
Su nombre completo es, Luisa Ignacia Roldán Villavicencio. Nacida en Sevilla un ocho de septiembre de 1652, Luisa Roldán fue una artista excepcional en un mundo dominado por hombres. Aprendió el oficio de escultora y policromía en el taller de su padre, el también escultor Pedro Roldán, pero rápidamente demostró un talento y una originalidad que la distinguieron entre el resto de las hermanas y de los operarios del taller que el padre, debido a la cantidad de encargos, tenía. Pedro Roldán, era también profesor de la Academia de Sevilla. La madre, cuyo nombre era Teresa de Jesús Mena Ortega, no se le conoce más profesión que ama de casa.
La maestría de Luisa Roldán en la talla de madera policromada y terracota llegó a ser asombrosa. Creaba figuras llenas de vida y expresividad, con un gran dominio de la anatomía y los detalles. Sus obras religiosas, especialmente las imágenes de la Pasión de Cristo y las representaciones de la Virgen María, además de los santos, eran profundamente emotivas y lograron una gran devoción popular.
Hay pocas figuras documentadas a nombre de Luisa Roldán, pero diversos estudiosos de las tallas principales de vírgenes y temática religiosa, aseguran que fue autora de muchas que se consideran anónimas. Varias Dolorosas de diversas parroquias sevillanas, la Virgen de la Regla, y belenes diseminados por diversas parroquias se le atribuyen con bastante precisión a ella. Las figuras características de Luisa Roldán son de tamaño natural, policromadas y en terracota o arcilla (a ella le gustaba más la escultura pero su padre la enseñó a policromar con destreza) mantienen rasgos comunes con las que sí se acreditaron como suyas.
Conoce al que sería su marido , Luis Antonio Navarra de los Arcos , que es aprendiz de escultor en otro taller; su padre se opone al casorio sin motivo aparente, cosa que también hizo al resto de las hermanas. Esa oposición, le hacen pasar por vicisitudes hasta que consiguen casarse sin la aprobación paterna. A partir de ese momento, el matrimonio colabora en la realización de las obras. Es el marido quien la ayuda en la confección de nueva imaginería y no al revés como ciertos historiadores del arte creyeron.
Posteriormente la familia se traslada a Cádiz, debido a los encargos que el cabildo municipal y catedralicio le hacen. Volvemos a encontrar el mismo problema en esta etapa ya que el anonimato de muchas de las figuras que presentan características propias de Luisa Roldán se hacen pasar por anónimas hasta estudios recientes que confirman su autoría. Un poco más tarde deciden marchar a Madrid, donde se convierte en la escultora de cámara de Carlos II, posteriormente de Felipe V. Después de mucho trabajo y esperas realizando una obra extensa durante su estancia en la corte, consigue consolidar su prestigio tallando figuras de gran importancia.
Al cabo del tiempo fue reconocido su talento por la Corte española y gozó de un gran prestigio durante su vida, lo que no impidió que obras suyas hayan sido atribuidas a otros autores, ya que su condición de mujer impedía que la historia la reconociera como lo que fue, una gran maestra en imaginería. Es probable que ni tan siquiera estuviera a sueldo de la Corte, como cualquier artista del momento, y se le concediera solo “dadivas” el pago de su obra. Pasado bastante tiempo, se le concedió el pago de cien ducados anuales, que muchas veces no le pagaban teniendo que recurrir a los tribunales para cobrar lo prometido por su trabajo. Durante los primeros tiempos de su estancia en la Corte, pasaron verdaderas penurias por la falta de pago por su extensa obra.
A pesar del éxito conseguido durante su vida, tras su muerte en 1706, la obra fue, en muchos casos, olvidada o atribuida a otros artistas, principalmente a su padre o a su marido. Esta es una historia común para muchas mujeres artistas a lo largo de la historia.
En la actualidad, gracias al trabajo de historiadores del arte y a una creciente conciencia sobre la necesidad de recuperar la memoria de las mujeres artistas, la figura de Luisa Roldán está siendo reivindicada y su legado reconocido. Sus esculturas se encuentran en importantes colecciones y museos, y su contribución al barroco español es cada vez más valorada.
Algunas de sus obras más destacadas incluyen:
- El «Cristo Yacente» del Monasterio de El Escorial.
- Arcángel San Miguel, en el Monasterio del El Escorial
- Las esculturas de la Virgen de la Soledad en varias iglesias andaluzas.
- Los pequeños grupos escultóricos en terracota con escenas religiosas o de la vida cotidiana, llenos de dinamismo y realismo.
- En Santiago está la Virgen de la Leche, posiblemente regalo del rey a su prometida, Mariana que desembarcó en Santiago cuando arribó a España para casarse con él.
En el año 1700 murió el rey Carlos II y el nuevo rey Felipe V, llegó a España en abril de 1701. Luisa Roldán presentó al nuevo rey dos obras, un Entierro de Cristo y un Nacimiento, a la vez que le enviaba una solicitud para que se sirviera nombrarla nuevamente escultora de Cámara, pidiéndole «casa para vivir y ración para mantenerse ella y sus hijos… pongo en consideración de Vuestra Majestad, que lo que sabe lo ejecuta en piedra, en madera, en barro, en bronce, en plata, y en otra cualquier materia». Las peticiones continuaron por parte del matrimonio, hasta que con fecha de octubre de 1701 en que el nuevo rey le concedió otra vez el nombramiento de escultora de Cámara. Carlos II había encargado a la escultora una imagen de Jesús Nazareno para enviarla como presente a Inocencio XI, pero ante el fallecimiento del papa en 1689, se destinó para el monasterio de El Escorial. Finalmente, debido a la muerte del rey, la escultura se quedó en el taller de Roldán pasando a poder de sus hijos, quienes se desprendieron de ella junto con una Dolorosa para ser enviada al convento de las Religiosas Clarisas ―conocidas como Nazarenas― de Sisante.
- De esta última época son un Arcángel San Miguelen el monasterio de las Descalzas Reales junto con un Ángel de la Guarda atribuido a La Roldana. En la Colegiata de San Isidro existen seis ángeles pasionarios colocados en un retablo barroco de la capilla de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder; estos ángeles guardan una gran similitud con los cuatro ángeles pasionarios de la Hermandad de La Exaltación de Sevilla.
- El 10 de enero de 1706, la Academia de San Lucasde Roma la nombró académica de Mérito, el mismo día que le sobrevenía la muerte en En la iglesia parroquial de San Andrés (de Madrid) se encontró su partida de defunción. Unos días antes, enferma y ante la proximidad de su muerte hizo una declaración de extrema pobreza, indicando que no poseía ningún bien ni nada sobre lo que hacer testamento, apelando incluso a la caridad para su sepultura. A Luisa le sobrevivieron sus hijos Francisco y María, así como su marido que moriría en 1711.
Luisa Roldán fue una mujer pionera y una artista excepcional cuyo talento trascendió las barreras de género de su tiempo. Su historia es un recordatorio de la importancia de rescatar del olvido las contribuciones de las mujeres que dejaron una huella imborrable en la historia del arte y del mundo.
María Toca Cañedo©
Les dejamos un video de esta gloriosa mujer que fue la primera escultora de España
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