REVIVIR EL FUTURO

Dicen que es síntoma claro del peso de los años, de que la balanza entre lo vivido y lo que queda por vivir ha perdido el equilibrio en favor del pasado. Dicen que es síntoma claro de que el presente, lo que soy, se ve lastrado por aquello que fui. Lo cierto es que, mientras que se me acumulan cada vez más las emociones con la lectura de las páginas vividas, me siento más incapaz de escribir, de imaginar las páginas que todavía me quedan en blanco, tanto en lo individual como en lo colectivo. Será el miedo, me digo, o tal vez mi creciente fragilidad.
Envejecer debe de ser esto, nostalgia de lo que fue y miedo a lo que será. Escribo esto, porque hoy me han emocionado de manera muy intensa unas imágenes, unas duras imágenes de la transición. Me he preguntado si es saludable sentir una emocionada nostalgia de una etapa tan dura como fueron los estertores de la dictadura franquista, de una etapa histórica tan negra de asesinatos y muertes firmadas con la mano temblorosa del asesino en su crepúsculo.
Es posible que tenga que ser así, que, en la inmensa negrura, una luz, por pequeña que fuera, iluminó el camino, nos ayudó a seguir. Es posible que los vientos de la esperanza, de la ilusión que ésta transmitía, redoblarán la juventud que atesorábamos, aquella que limpiaba nuestra pensamiento de la telaraña fascista.
Allí es donde me encuentro, allí es donde a veces quisiera estar, allí es donde me gustaría recoger el equipaje del que ahora me siento desnudo. Seguramente, porque me cuesta imaginar, porque hay poca luz en esta oscuridad sobrevenida (y anunciada por la Historia), porque mis ojos han envejecido, porque la miopía que padezco sólo me permite mirar al pasado, porque dudo de las respuestas interesadas que me ofrece -que me ofrezco.
Así que mi búsqueda, la única que considero fiable está en recordar lo que fui, lo que fuimos, porque, con suerte, en ella conjugaremos el futuro, en ella divisaremos el punto de luz, el momento de inflexión de este relato infinito y circular al que denominamos vida.
De esta manera, busco al joven que entre jóvenes con más de cuarenta años de lucha a sus espaladas nos cantaban y nos contaban primaveras, busco al joven portador del niño que soñaba que los sueños existían, busco al lector impenitente que se emocionaba entre verso y verso imaginando lo que el poeta no había escrito con tinta, sino con sangre.
La vejez, mi próxima vejez será un estado pasajero, tan pasajero que la muerte la barrerá de la faz de la tierra, sólo quedará en la memoria del amor entregado y compartido aquel joven que nunca dejó de luchar, incluso, cuando sólo se atisbaba el minúsculo punto de luz de una estrella perdida en el mar de la Historia.
Juan Jurado
Sobre JuanJ Jurado 91 artículos
Profesor de Lengua y Literatura española. Publicaciones en La prensa en el Aula. Octaedro. Cuaderno para la comprensión de textos. Octaedro. Ponente del Diseño curricular base para la enseñanza de la Lengua y la literatura española en la ESO, en Andalucía. He sido portavoz y concejal por el grupo municipal de IU en Úbeda. Actualmente no milito en ninguna organización política, pero si la calle me llama, voy.

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