
El rey del orbe
En el cuerpo
deifica la sombra,
en el dominio, la luz.
El oído interpreta,
la escucha.
La naturaleza
origina la elocuencia,
brota agua clara
de la fuente.
Él habla desde su ser,
la voz se hace fuego
en el desierto vergel.
El flujo de su sangre
insufla vida
a través del
Espíritu Santo.
Infinito pie
de su morada,
vive azul.
En el cielo
habitará
el esposo.
En su presencia,
dorados silencios
espigarán.
Tiempos santos
en Trinidad
santifican.
Cuando retorne
la paz al hogar,
la travesía
alcanzará su final.
deifica la sombra,
en el dominio, la luz.
El oído interpreta,
la escucha.
La naturaleza
origina la elocuencia,
brota agua clara
de la fuente.
Él habla desde su ser,
la voz se hace fuego
en el desierto vergel.
El flujo de su sangre
insufla vida
a través del
Espíritu Santo.
Infinito pie
de su morada,
vive azul.
En el cielo
habitará
el esposo.
En su presencia,
dorados silencios
espigarán.
Tiempos santos
en Trinidad
santifican.
Cuando retorne
la paz al hogar,
la travesía
alcanzará su final.

En su espada
La noche esplende en plata,
¿oye el cárabo la poligrafía
de tantas galaxias?
¡Sin alma todo trayecto es estéril!
La umbría fortalece, del cantil,
el infinito cauce,
de cáfilas de estetas.
La tormenta mitigada,
las brasas entecas humean
formas de raigambre.
En el incorporal embate,
gobierna con voluntad
el arcángel san Miguel.
¡Arma al batallador que brega!
¿oye el cárabo la poligrafía
de tantas galaxias?
¡Sin alma todo trayecto es estéril!
La umbría fortalece, del cantil,
el infinito cauce,
de cáfilas de estetas.
La tormenta mitigada,
las brasas entecas humean
formas de raigambre.
En el incorporal embate,
gobierna con voluntad
el arcángel san Miguel.
¡Arma al batallador que brega!

En lo que nos descuida
Me indigna el frío corpóreo
de lo inacabado.
Fuera de la misericordia,
esconde el espejismo, su dolor,
curando las cicatrices
de antaño.
Desde el hórreo esconden los proyectos
que emigran al exilio de la voluntad.
En el ámbito de las pausas divaga,
se permite discernir.
¿Qué vínculo vigila desde el espacio
que nos descuida y nos desprotege?
No extenúes la mirada,
encuentra la huella de la luz en la libertad
que rutila el existir.
Requieren voces,
con la ocurrencia del deseo vienen,
buscando releerse
en ínsulas duales.
Desde la melodía oíble.
Me indigna el frío corpóreo
de lo inacabado.
Fuera de la misericordia,
esconde el espejismo, su dolor,
curando las cicatrices
de antaño.
Desde el hórreo esconden los proyectos
que emigran al exilio de la voluntad.
En el ámbito de las pausas divaga,
se permite discernir.
¿Qué vínculo vigila desde el espacio
que nos descuida y nos desprotege?
No extenúes la mirada,
encuentra la huella de la luz en la libertad
que rutila el existir.
Requieren voces,
con la ocurrencia del deseo vienen,
buscando releerse
en ínsulas duales.
Desde la melodía oíble.
Cristina Peris García
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