La mejor venganza es ser diferente
a quién causó el daño.
En Meditaciones de Marco Aurelio
I
Vivo días herméticos.
Ayer tuve un sueño feliz,
soñé que el monstruo
no estaba entre nosotros,
pero hoy al levantarme,
después de sesenta y nueve días confinado
vi que había sido únicamente eso,
un bello sueño,
no solo el monstruo seguía allí
sino que también paseaba libremente por las calles sonriendo,
como aguardando tropezarse
con la complicidad ignorante de algún
conciudadano o conciudadana que se prestase
a facilitarle un cálido refugio,
para seguir cumpliendo
su única misión en este mundo,
lo que da sentido a su existencia,
crecer y multiplicarse.
II
Por ello, ahora qué sé que fue solo un bello sueño,
cuando salgo enmascarado a pasear
guardo una distancia prudencial
de mis congéneres,
principalmente de los que
apiñados como estorninos y desenmascarados como
si fuesen semidioses
han decidido convertirse
en los cooperantes necesarios
para propagar la sonrisa cariñosa de ese monstruo
que no solo te lleva diligente al hospital,
sino que también,
para gratificar a algunos de estos semidioses
que le dieron de comer cuando tuvo hambre
y de beber cuando tuvo sed,
al ser ingresados de urgencias en las UCIS,
envía un rápido exhorto,
a ese asesino en serie que es la muerte,
para que con una sonrisa cariñosa
les arrulle con su última sonata.
Se nota que el monstruo está bien educado,
no solo se mantiene sonriente
sino que también es agradecido,
en especial con aquellos cooperantes
que con mayor decisión
llevaron hasta las últimas consecuencias
algo tan nuestro
como el genio y figura hasta la sepultura
del esperpento español.
Enrique Ibáñez Villegas
Barcelona 21/05/2020
Estimat Amic Que Real el Teu Escrit.
Es per a reflegsionar ,Els cuitadans ja ens poden dar de castic que no,escarmetem mai.el SUPERM MAI ENTENDRA EL PERJUDISI QUE CUSA PENSAN QUE EL MON ES SEU, UNA ABRASADA I FINS AVIAT.