En Salamanca conocimos a Lucía Medrana, doncella eloquentíssima. A la cual oymos no solamente hablando como orador, mas también leyendo y declarando en el estudio de Salamanca libros latinos públicamente.
Lucius Marineus Siculus: la menciona en el último volumen de una especie de enciclopedia temática. De Rebus Hispaniae Memorabilibus, también publicado en Castellano como “De las cosas memorables de España”
«Tú que en las letras y elocuencia has levantado bien alta la cabeza por encima de los hombres, que eres en España la única niña y tierna joven que trabajas con diligencia y aplicación no la lana sino el libro; no el huso sino la pluma; no la aguja sino el estilo»
Lucio Marineo Sículo, en 1514, sobre Luisa de Medrano.
Nuevas palabra del catedrático Lucio Marineo Sículo, para quien Luisa sería aquella que trabajaba «con diligencia y aplicación no la lana sino el libro; no el huso sino la pluma; no la aguja sino el estilo»
Nació Luisa de Medrano en Atienza, Guadalajra un 9 de Agosto de 1484, era la penúltima de nueve hermanos y su familia era de linaje aristocrático. El abuelo apoyó a la reina Isabel I frente a Enrique IV, conquistando a traición el castillo de Atienza donde se estableció como alcaide. El comunero Juan Bravo pertenecía a la familia de Luisa, también. Uno de sus hermanos fue catedrático y rector de la Universidad de Salamanca. El padre y el abuelo murieron combatiendo en la conquista de Granada, cosa que la reina católica agradeció trayendo a la viuda y a los hijos a la corte, encargándose de su formación y manutención. Al amparo de la reina estudió Luisa, formándose con una amplia cultura. Fue contemporánea de Beatriz Galindo, “La Latina”, Beatriz de Bobadilla, Beatriz de Silva, María Pacheco, Mencía de Mendoza, Juana I de Castilla y Catalina de Aragón.
Con solo 24 años, cuentan las crónicas que en una tarde soleada en el claustro de Salamanca se formó un gran expectación porque la joven Luisa de Medrano accedía a la cátedra en sustitución de Antonio de Nebrija, las bocas enmudecieron ante la elocuencia y la grandiosa cultura que mostró la joven. Con este acto, Luisa de Medrano se convirtió en la primera mujer catedrática de Europa.
Poco más sabemos de esta mujer porque no se conserva ningún escrito de ella, ni hay imágenes que nos la muestren. Sabemos de su genio y de su vida, por lo que otros dejaron escrito sobre ella. Siendo varios textos los que elogian su cultura.
A la muerte de Isabel I, que fue protectora de muchas mujeres a las que reunió en la Corte, haciendo que se cultivasen y encontrándolas marido dentro de la aristocracia cercana a ella, Luisa se quedó a la intemperie en manos de hombres que no la protegían como hiciera Isabel I.
Murrio con apenas 43 años, sin que podamos precisar fecha ni lugar, en 1527.
Una mujer de enorme talla a la que la historia robó su vida y nos hurtó un mayor conocimiento sobre su obra por falta de datos sobre ella.
María Toca
Deja un comentario