Mal te quieren, amiga, mal te quieren
si la voz la levanta y el brazo
permanece frente a ti, marcando la distancia,
si el rumor de pasos te altera
o te quiebra el sonido de su voz.
Mal te quieren, compañera,
si a cada rato, tienes que plegar alas
para no levantar vuelo y apagas,
cada día tu pábilo vital.
Mal, muy mal, te quieren
si vistes, peinas o caminas
al paso que él te marca, sin fisura
porque de no hacerlo,
salta la paz, la voz se le abronca,
la mirada se le tuerce
en un momento que puede ser fatal.
Mal te quiere, si te impone,
si te mina la moral…te empequeñece;
si tu aire se resguarda en una nube
y apenas puedes respirar
cuando te mira o te contempla
con el ceño fruncido de cemento.
Mal te quiere, hermana,
si no te deja respirar, ser tú,
amar, bailar, reír, vibrar,
si no gozas la pasión de estar bien viva
y te sientes maniatada,
en cárcel de cristal.
Mal amada, eres, mujer,
si no medras, no caminas y te enraízas
en mil bosques…para no crecer más que él.
Si te agachas, te arrodillas,
o te entierras entre las brumas
para que tu piel se difumine
y él pueda brillar.
Mal te quiso, amiga, hermana, compañera
y cuando al paso de los años te agrie la mirada
y notes que te rodean barrotes de cristal,
vas a caminar despacio hacia la muerte,
triste, fatigada y contrita, porque la vida
se la llevó quien fue tu carcelero
y, créeme, jamás nunca te amó.
María Toca Cañedo©
Santander- 18-08-2022. 11,35
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