¿Qué más desengaño aguardáis que el desdoro de vuestra fama en manos de los hombres? (…) ¿Es posible que con tantas cosas como habéis visto y oído no reconozcáis que en los hombres no dura más la voluntad que mientras dura el apetito, y en acabándose, se acabó?
“Quién duda que habrá muchos que atribuyan a locura esta virtuosa osadía de sacar a luz mis borrones, siendo mujer, que en opinión de algunos necios, es lo mismo que una cosa incapaz”
“Ni comedia se representa ni libro se imprime que no sea en ofensa de las mujeres”
“Y así, en empezando a tener discurso las niñas, pónenlas a labrar y hacer vainillas, y si las enseñan a leer es por milagro, que hay padre que tiene por caso de menos valer que sepan leer y escribir sus hijas, dando por causa que de saberlo son malas, como si no hubiera muchas más que no lo saben y lo son, y ésta es natural envidia y temor de que los han de pasar en todo”.
Coetánea de los grandes del siglo de Oro español, María de Zayas, no les va a la zaga a ninguno de los grandes . Convive en la época de Tirso de Molina, Quevedo, Calderón, Lope de Vega. Admiradora confesa de Cervantes, incluso se percibe una influencia alta en alguna de sus obras.
María de Zayas nace en Madrid en 1590, hija de familia de nobleza baja. Su padre, Fernando de Zayas y Sotomayor, capitán de infantería que recibe la Orden de Santiago en 1628 y de María Barrasa. Su padre estuvo al servicio del Duque de Osuna, viviendo en diversas ciudades por esta causa, al ser nombrado virrey el Duque, de Nápoles, la familia Zayas se traslada a vivir a su sombra. También vivieron en Zaragoza donde María publicó sus Novelas ejemplares y amorosas.
Poco se sabe de la vida de la autora, pero sí de su obra, que ha llegado hasta nosotros mostrando unas características peculiares. Podríamos calificar a María Zayas la primera escritora feminista española. Sus protagonistas femeninas, tienen fuerza, una sexualidad libre que muestran sin pudor a la vez que se cuestiona las formas de la época, como la honra, la virtud y la escasa formación cultural que se da a las mujeres, sometidas a la vida familiar, conyugal o conventual.
La primera parte de su obra es próxima a la picaresca, mantiene la influencia, citada, de Cervantes y de Boccaccio, desde una perspectiva eminentemente femenina.
María de Zayas, construye personajes femeninos sorprendentes para la pacatería del siglo XVII: mujeres que persiguen a hombres por los que siente mera atracción sexual. Una de sus mujeres mantiene a un criado negro secuestrado a fin de satisfacerse con él hasta la extenuación del hombre…Tal es así que la Inquisición tomó buena cuenta del escándalo que suponían las novelas de Zayas, prohibiéndolas.
Propugna con fuerza que se ofrezca la cultura y la enseñanza a las mujeres como forma de liberarlas de la carga de una incultura que las mantiene ignorantes: “Si en nuestra crianza, como nos ponen el cambray en las almohadillas y los dibujos en el bastidor, nos dieran libros y preceptores, fuéramos tan aptas para los puestos y para las cátedras como los hombres y quizá más agudas”
En la primera época edita diez novelas, también es dramaturga y poeta. Más tarde son editadas otras diez novelas sin la supervisión de la autora, contienen bastantes fallos que se hubieran evitado al ser repasadas.
Sus personajes son emocionales, con pasiones desatadas que no tienen compostura para saciar dichas pasiones: “Si en nuestra crianza, como nos ponen el cambray en las almohadillas y los dibujos en el bastidor, nos dieran libros y preceptores, fuéramos tan aptas para los puestos y para las cátedras como los hombres y quizá más agudas”
Su primera época es festiva, intenta llegar a todo el mundo con una prosa fácil, alejándose de culteranismo tan típico de entonces. En cambio conforme pasan los años, se torna más sombría, pesimista incluso truculenta, manteniendo la sencillez de su prosa: “ Yo, como no traigo propósito de canonizarme por bien entendida sino por buena desengañadora, es lo cierto que ni en lo hablado ni en lo que hablaré he buscado razones retóricas ni cultas porque, demás de ser un lenguaje que con extremo aborrezco, querría que me entendiesen todos: el culto y el lego […] Y así he procurado hablar en el idioma que mi natural me enseña y deprendí de mis padres, que, lo demás, es una sofistería en que han dado los escritores por diferenciarse de los demás y dicen a veces cosas que ellos mismos no las entienden. ¿Cómo las entenderán los demás sino en diciendo (como algunas veces me ha sucedido a mí) que, cansado el sentido por saber qué quiere decir, y no sacando fruto de mi fatiga, digo: «Muy bueno debe de ser, pues que yo no lo entiendo”
En la última parte de su obra, las mujeres ya no son tan activas y escandalosas, sino que narran sus desengaños y pugnan por hacerse oír. Zayas propugna la creación de lazos fuertes de amistad solidaria entre mujeres, lo que hoy llamaríamos sororidad. Es partidaria de la vida conventual como forma de evadirse del poder del varón, incluso hace una incursión en el lesbianismo o la bisexualidad: «tengo el gusto y deseos más de galán que de dama, y donde las veo y más tan bellas, como esta hermosa señora, se me van los ojos tras ellas y se me enternece el corazón»
Sorprende encontrar en los textos de María Zayas los preliminares de un feminismo que necesitó muchos años para cuajar pero que estaba latente en toda su obra. Por lo que se le considera precursora del feminismo español, así como adalid de modernidad literaria, además de una calidad fuera de duda, incluso superior a autores masculinos que la superan en popularidad.
No se conoce ni la fecha ni los motivos de su muerte acaecida probablemente en 1661, pero se desconoce el momento exacto.
María Toca©
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