El paradigma (y mito) del Ave Fénix nos explica:
Cuando al Fénix le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía. El Fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave Fénix, siempre única y eterna. Esto ocurría cada quinientos años.
AUTOTEST
¿Es Mi Nueva Masculinidad avefénica?
Suma 1 punto cada vez que te sientas reflejado en alguna de las siguientes situaciones:
- Siempre estoy tenso ante mujeres feministas porque me acongoja que me riñan por alguna actitud machista (fluyo menos que la lija). Por favor, por favor, aplaudid mi deconstrucción.
- Cuando una Feminista me critica por alguna machirulada, me siento como un gatito mojado abandonado y trato de explicarle hasta la saciedad que en realidad ella me ha interpretado mal. Si insiste, por dentro me enfado al sentirme rechazado y acabo concluyendo con desprecio que esa feminista no tiene ni idea de feminismo (por supuesto, no me atrevo a decírselo). Pensar que la pobre está loca por lo que ha sufrido también vale.
- Me angustia que ellas descubran algunos «episodios» de mi pasado.
- No creo que haya que precipitarse en decidir entre abolicionismo y regulacionismo. Esperemos a ver qué acuerdan las feministas. Ojalá tarden mucho.
- No tengo ni repajolera idea de transexualidad, pero estoy súper atento para saber lo que conviene decir.
- Compito constantemente con otros nuevos hombres a ver quién es más feministo. Siempre gano yo.
- Estoy convencido de que mi Nueva Masculinidad es la buena, todas las demás son neomachistas.
- Siento que soy el único hombre «all around the world» que percibe que los tíos no estamos haciendo lo suficiente en igualdad. De hecho, creo que nada de lo que se está haciendo vale. No dejo títere con cabeza.
- En los últimos tiempos he abrazado y besado a más hombres que en toda mi vida. Poco a poco me voy acostumbrando.
- Yo me he liberado de la influencia de los 12.000 años de mente patriarcal en 36 meses. No sé a qué esperan los demás.
- Creo que aporto mucho y que valgo un huevo. Deberían pagarme por ello. Y cuando lo hacen no me importa que me paguen más que a mujeres feministas activistas. En este territorio no aplica lo de la brecha salarial.
- Estoy convencido de que se puede lograr un IBEX35 igualitario.
- Necesito más de 500 palabras para explicar si me considero un hombre Feminista. Cualquiera cosa menos decir simplemente si, no o no lo sé.
- Mi privilegio es que de cuando en cuando renuncio temporalmente a alguno de mis privilegios. Y por supuesto lo cuento.
- Yo negocio todo con mi pareja, como deberían hacer los buenos empresarios con sus trabajadores.
- Trato exactamente igual a mis hijas que a mis hijos. Exactamente igual de regular.
- Tener cientos de contactos de mujeres feministas en las redes es un festival de oportunidades para follisquear. Algunas están muy buenas.
- Sigo viendo porno, ahora de manera consciente.
- En mi fuero interno sé que mi afectividad y sexualidad tóxicas no tienen arreglo. Prefiero no hablar de ello. Con que no se me note al principio me basta.
- Uso mi hemisferio izquierdo para simular que uso mi hemisferio derecho.
- Cuento una y otra vez que a los hombres nos han atrofiado la expresión emocional olvidando que la ira es también una emoción.
- Me irrita este test. Creo que es una mierda. Típico de un «recién llegao», ignorante y oportunista.
Si has obtenido más de 5 puntos … en fin …
Y llora conmigo, yo he sacado 7.
Nota: Este texto está escrito con mucho amor, por eso sé que mis queridos compañeros trapecistas no me echarán del circo.
Justo Fernández
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