Me bajo del mundo

Me apeo del mundo, me bajo, me la piro, me multiplico por cero, me deshago como azucarillo en un tazón de leche caliente con colacao. Paso de esta puta mierda de lugar.
Otra vez la he vuelto a liar.
Mira que me muerdo la lengua, que me contengo, que acallo mi voz interior y la silencio una y mil veces ante comentarios y afirmaciones en las que me nacería de forma instintiva comenzar a despotricar.
Pero ahí es donde fallo estrepitosamente, me pongo tan nerviosa cuando me pongo a contra argumentar que poco a poco, la Hulka que habita en mi va cogiendo las riendas de mi cuerpo hasta agarrar con absoluta y total unanimidad mis cuerdas vocales para articular todo lo que le venga en gana.
Y no es que no comparta lo que ella expone con rabia e impotencia, es que se desde algún tiempo que nadie está en posesión de la razón de manera inequívoca. De modo que ni ellos están equivocados, ni mi verdad es la más justa de todas.
Y aún con esa teoría tan rebonica en mi cabeza, la cago una y otra vez.
Hoy mi padre venía de comprarme una nueva cerradura para mi casa porque no encuentro la tarjeta que se precisa para hacerme una nueva llave. Para variar, mi mierda memoria y cero organización, han hecho que esa tarjeta, ande hecha pedacitos, doblada o tirada en algún vertedero de plástico aquí en mi ciudad o puede que tal vez en la cochinchina.
El caso es que el hombre venía de hacer cosas por mi.
De pronto, no se a cuento de qué ni porqué hostias, me ha puesto su móvil delante con un video de una televisión árabe, en el que se veía como pegaban a una chica joven que salía con la cara ensangrentada. Ella aturdida, quería salir de ese lugar en el que estaba rodeada de hombres, de pronto en ese intento de huir y estando tan mareada, vuelve a caer al suelo, momento en el que alguien le arroja un líquido inflamable y empieza a arder, al inicio solo el tronco, suficiente para morir, pero posteriormente le vuelven a tirar, esta vez muchísima más cantidad de líquido inflamable y su cuerpo entero se convierte en una antorcha humana.
Deja de moverse, con su rostro mirando al cielo.
Ha sido tan sumamente duro para mi ver semejante atrocidad que, de la contención he pasado directamente a la Hulka que habita en mi y le he empezado a decir que no se qué me quiere decir con ese video, que si pretende hacerme creer que los que le han pasado el vídeo, que se perfectamente que son personas con ideología de derecha y extrema derecha, pretenden presumir de civilizados frente a los bárbaros de los musulmanes y luego andan negándose a manifestarse en contra de los asesinatos por violencia de género y restando miles de euros a todas las ayudas a mujeres maltratadas, al menos en la comunidad valenciana que es donde gobiernan desde hace dos telediarios.
Mi madre que estaba delante me ha empezado a decir que despotrico de los de extrema derecha pero yo soy de extrema izquierda y por lo tanto soy equiparable a ellos.
Con esa afirmación mi Hulka se encendía todavía más y le decía absolutamente exaltada, que cómo podía equiparar a personas que van en contra de los derechos humanos con personas que luchan por defender los derechos humanos.
Entonces me ha largado que ella también comparte el pensamiento de que España se está llenando de inmigrantes y que eso no puede ser porque genera inseguridad. Que vengan pero todos con papeles, como con Franco. Nos ha jodido.
Y ya no he aguantado ni un puto segundo más y me he largado con un cabreo de mil pares de cojones (más bien ovarios) y al mismo tiempo con una sensación de culpabilidad enorme en el centro de mi estómago.
Que son septuagenarios avanzados, que no han tenido maldad en su puta vida, que en realidad son víctimas de este sistema criminal que los adoctrina y voy yo y les doy un disgusto de la hostia porque, mal que me pese, soy una radical de extrema izquierda.
Que me he radicalizado me dice mi madre. Joder, ¿no será que soy más consciente con la edad de las cosas que andan sucediendo por el mundo?. Pues a esa consciencia, si la cuentas exaltada, se le da un nombre: Radical.
Y vuelvo a mi teoría de que cada persona razona sus pensamientos a partir de una mierda del 5% de la información total de lo que nos rodea y que de ese 5% ni siquiera alcanzamos a ser conscientes más que de un 10% del total de lo que percibimos, por lo que las conclusiones a las que llegamos son, de todo, menos correctas. Tampoco lo son las de los demás.
Así que vagamos todos en un mar de niebla densa que no nos deja más que observarnos a nosotros mismos y a duras penas.
No me gusta hacerle daño a mis padres con mis palabras, ni que me consideren una radical por no saber contener a la mierda Hulka que habita en mi.
Valenia Gil.

1 comentario

  1. Identificación total con tu texto. Dan arcadas, rabia, indignación, mala hostia… y mucho más sentir todo lo que está ocurriendo. Solo quedar, que no es poco, denunciarlo, aportar algún rayito de luz, y no darmos por vencidos. Buena mañana, aunque granize, haga frio o se desate un infierno.

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