
Día triste el de hoy. Lo peor es que nos esperan más y peores en este mundo que atraviesa un avieso fin de ciclo histórico con noticias, no por esperadas, menos traumáticas. La corrupción es mal endémico en nuestro país. Endémico y congénito porque no parece que se escarmiente o exista vacuna contra esta plaga por más corruptos que sean pillados in fraganti y descansen su anatomía en la cárcel. Una y otra vez se produce la virulenta explosión catártica y desconcertante.
Se diría que los políticos, después de los años luctuosos de la Gurtel, Lezo, Villarejo y tantos más, debieran haber cauterizado el ansia de mordidas millonarias que expolian al estado y producen la desafección ciudadana llenando de escepticismo al personal que cae, desalentado, en brazos de populismos abrasadores de la democracia y del sistema que, imperfecto en grado sumo, mantiene mínimos de justicia social, aunque sea conseguidas a trancas y barrancas.
El concepto de qué significa el Estado, es lo que parece que esos delincuentes no entienden. El Estado soy yo. El Estado es usted, lectora/or amiga, los niños que van a un cole publico sin medios, el enfermo que languidece en listas de espera eternas, el menor en precario que carece de servicios sociales, la universitaria que va a unas clases masificadas con profesores/as mal pagados y desalentadas. El Estado es el servicio de salud publica agotado por jornadas extenuantes. El Estado es todo eso. Quien realiza mordidas a ese Estado nos arrebata lo nuestro porque construimos ese Estado con nuestros impuestos. Sin exclusión. El respeto por la cosa pública no cala en la administración porque falta cultura social, cultura de respeto supremo a lo público. Oiga, usted corrupto, me roba a mí, por eso su delito me lo tomo como algo personal. Si roba a un banco, a un gran almacén o a un transeúnte, solo implica al afectado/a pero si roba al Estado, es cosa personal.
La corrupción nos implica a cada una de nosotras porque nos arrebata nuestro dinero, nuestros planes de vida, nuestra justicia social, nuestras prioridades y las de nuestras hijas/os. Y el futuro.
Pero es mucho más. El informe de la UCO nos deja plenas de perplejidad arrojándonos en brazos de los más corruptos, de los resabiados de unos partidos que se aproximan peligrosamente al mal absoluto. En los momentos en que Trump batalla para conseguir una autarquía en un país (mentira, nunca fue la democracia mejor del mundo, ni la más antigua, al contrario, EEUU, no ha sido nunca modélico en nada, o en muy poco) que se está convirtiendo en autarquía y camina peligrosamente pero a paso ligero hacia la dictadura 2.0. En una Europa que avergüenza con su indiferencia ante el genocidio que escupe la realidad en Gaza, incapaz de frenar una guerra y a un tirano como Putin. Con sosias del autarca ruso o resabios trumpianos como Orban o Meloni, aprendices aventajadas como Le Pen, André Amaral Ventura, o el trumpista irredento Karol Nawrocki…Justo en esa Europa, la corrupción de unos macarras de manual de puti club de carretera, van a derrochar la mínima diferencia de este relativo gobierno para arrojar al pueblo español en los ansiosos brazos de la ultraderecha.
Porque además de robarnos a todas, además de esquilmar al estado, nos llevan sin remisión a los brazos de un PP arrodillado ante una demente prácticamente iletrada como es Ayuso y el tipo que pronuncia francés como una ardilla enloquecida. Nada menos que nos espera acogernos al pecho palomo de Abascal donde el futuro Consejo de Ministros se convertirá en la sede de frikis irredentos y la Moncloa en una casa de locos.
Y eso, queridas mías, eso, es obra de los mafiosos Koldo, Cerdán y Ábalos, pero también de quién o quiénes confían el poder a tipos que andan justos para ser porteros de discoteca de polígono.
La estructura de los partidos en España es defectuosa cuando tipos de conducta simiesca asumen tanto poder. Si dudan de la catadura, escuchen los audios y me entenderán. Su conducta diaria deja como catedráticos de estilo democrático a los Soprano.
Ellos, los corruptos… Ellos, los corrompedores (poco se habla de quien corrompe, de quien cede ante la basura y no lo denuncia) y ellos, los que lo consienten y miran para otro lado, son los que van a dar el gobierno a los ultras que anidan bajo el manto trumpiano y putiniano para dejarnos en cueros vivos.
Ando contrita en la seguridad que asistimos a un fin de ciclo histórico donde la democracia liberal (tan denostada por muchas, entre las que me incluyo, pero perfecta base donde construir una sociedad más justa) muere para dar paso a algo que me(nos) tememos será un régimen entre autárquico y golfo que permitirá a dementes como Ayuso confeccionar Protocolos de la Vergüenza, a Mazón pasarse las alarmas de futuras DANAS por debajo de los fondos de la churri de turno y al pecho palomo de Abascal galopar por la anchurosa Castilla con armadura de los Tercios de Flandes. Mientras, Feijoo y su amigo Marcial Dorado veranearan en un chozo de Arousa sin que la prensa -acallada o gregaria- o los manifestantes, amordazados por multas como Ayuso propone en las Universidades madrileñas, puedan decir ni mu.
Quedaremos la vanguardia veterana que recordaremos mejores tiempos que nunca fueron ideales, pero en comparación serán añorables.
No quiero dejarles con mal sabor de boca. Miremos a la gente sublevarse en EEUU, en contra de un mono loco anaranjado, como salen a jugarse la vida por defender a los inmigrantes. Miremos a gente como Greta Thunberg y sus acompañantes que se echan al mar en solidaridad con el bravo y mártir pueblo gazatí. Soñemos que queda gente con valor. Miremos a gentes que salen cada día a trabajar, que se manifiestan por los/as hermanos gazatíes cada poco. Miremos al futuro con la gente decente que no dudo que queda.
Soñemos que solo es una etapa, que pasará…Y mientras tanto sigamos peleando por la razón y la justicia. Y eduquemos en democracia y en respeto al Estado. Nos va mucho en ello.
María Toca Cañedo©
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