Enfrentarse a la biografía de Nan Green es constatar una forma de vivir, desde la óptica de una mujer idealista, luchadora y emancipada hasta la extenuación. Nan Green, nació un 19 de Noviembre de 1904, en Nottinghan, en una familia de clase media con ínfulas de crecimiento social, por parte de un padre conservador que vivía momentos de esplendor durante la niñez de Nan. Su nombre original es Nancy Farrow. La prosperidad de su primera infancia se trunca pronto, viéndose Nan, obligada a atender a la familia, además de renunciar a sus estudios por trabajos precarios.
Nan, ama leer, dar largas caminatas por el campo y la montaña, además de la música. En los escasos momentos que le deja libre de su trabajo y las obligaciones familiares, se entrega a su pasiones. El amor a la música le lleva a relacionarse con el que fue su gran amor, compañero de vida y de hazañas, George Green.
La familia de George es muy distinta a la de Nan, son afectivos, alegres, con vocación musical, ella se integra canalizando su ansia de amor en ese grupo que la acoge con cariño familiar.
No fue un amor pasional el que la une a George, sino la camaradería, el compañerismo, y un profundo amor que resolverá avatares diversos. Pronto se casa, a la vez que comienza su movilización política, primero en el Partido Laborista Independiente (ILP) para poco después, junto con George, pasar a militar en el Partido Comunista de la Gran Bretaña (CPGB). Para ellos la militancia comunista fue una forma de vida, de lucha idealista. Pensaban en que las nuevas ideas que propugnaba el comunismo liberarían al mundo de forma definitiva equiparando a los seres humanos.
Vivían de forma coherente con su ideología, dedicando a la lucha tiempo y esfuerzo en detrimento de su vida personal ya que se entregaron con toda el alma a la consecución de sus ideas. Tuvieron dos hijos en poco tiempo y el mantenimiento de la familia era precario. George era músico, tocaba en los pubs, fiestas locales, a veces ella acompañaba al grupo y hacía diversos trabajos de subsistencia.
La noticia del golpe de estado fascista en España deja a la pareja noqueada ,como a tantos antifascistas europeos que piensan que deben parar las hordas fascistas en España porque de eso depende el futuro de Europa. George llega un día a casa y le dice que se ha inscrito en las Brigadas Internacionales y que pronto marchará a España para luchar activamente en la guerra civil. La economía familiar era precaria pero Nan le anima. Saldrán adelante, le afirma, es preciso que George luche por lo que cree, por sus hijos, por los hijos de todos. George llega a España junto a tantos internacionalistas que lucharon con generosidad e idealismo en la guerra española.
Nan, ha quedado sola con sus pequeños. La familia de George y los camaradas del partido la ayudan a sobrevivir pero pronto se abre en ella la necesidad de dar otro paso al frente. Añora a George, piensa que debe involucrarse también en la guerra de España de forma activa. Un camarada adinerado del partido se ofrece a pagar un internado de cierta categoría para los niños. Nan, con grandes dudas y dolor materno, los deja en el colegio Summerville y se encamina hacia un país devastado por la guerra. Se ha formado como enfermera y tiene conocimientos de organización y administrativos.
El primer destino de Nan, es el Hospital Inglés que atiende a brigadistas, mantiene la esperanza de encontrarse con George porque le añora mucho aunque durante el tiempo de la contienda se cruzaron no más de tres veces y de forma esporádica. En ese tiempo se enviaron muchas cartas donde, ambos, se explayan sobre las impresiones que la guerra española les produce, el dolor que sufren ante las derrotas, las heridas, el fuego, el horror que acompaña a la lucha. A la vez las esperanzas de estar labrando un mundo mejor para sus hijos.
Más tarde marcha al hospital de Huete, Valdeganga, Velés y el de las cuevas del Ebro. Además de las tareas sanitarias terribles que lleva a cabo, colabora en la organización y estadísticas de los hospitales de guerra ayudando con sus datos a organizar la precaria sanidad. Sufre cierto acoso por parte de alguno de los médicos jefes, así como la envidia y la maledicencia de compañeras que la calumnian pretendiendo manchar su implicación ideológica.
Son tiempos de obediencia a Moscú, por parte del comunismo mundial. Nan, no obstante, como le pasó a muchas personas comunistas, siente una total perplejidad ante el acercamiento de Stalin a Hitler. Ha oído algo sobre las purgas, los juicios sumarísimos que han realizado en la URSS, pero mantiene su fe inquebrantable en las ideas que la mueven, no sin cierta decepción ante los acontecimientos que vive e intuye.
Las Brigadas van a ser disueltas y a los integrantes se les ordena volver a su orígenes, como forma que tiene el gobierno republicano de mostrar su buena voluntad a fin de que las democracias europeas se impliquen en un hipotético apoyo. En la frontera francesa hay armamento detenido, Negrín piensa que de esa forma se desbloqueará.
Nan y George, piensan en volver a Inglaterra cada uno por su lado, porque es imposible reunirse en una España partida en dos. Hacen un pacto de no ver a los niños hasta que estén juntos como forma de no hurtarse el momento del reencuentro. Se aman y desean volver a casa con sus pequeños, sin menoscabo de seguir luchando por la España que les ha cautivado para siempre. Días antes de la marcha, George desaparece en combate…Nadie sabe decirle a Nan si ha muerto o está prisionero. Le busca desesperada hasta que el peor augurio se confirma. George ha muerto por lo que ha luchado, por la libertad de los españoles. Su compañero amado se ha ido y ella rota de dolor entiende que ha volado alto y digno luchando. Es realmente emotivo leer las palabras que muchos años después expresa en una entrevista sobre la muerte de su amor, George dichas palabras son claro exponente de la generosidad que movió a todas las personas que llegaron a España durante la guerra. Idealistas que pagaron dinero para el viaje, muchos perdieron la vida y otros, al volver a su lugar de origen, sufrieron represalias.
Torna sola a Inglaterra, destrozada. Tarda bastante en confirmar a los niños que ya no tienen padre. España ha entrado en su corazón, la derrota republicana la deja maltrecha y decide volver a implicarse en la ayuda a los españoles que salen en bandadas perseguidos y apátridas después de la derrota. Torna a dejar a los niños internos y marcha a los campos franceses, comprobando desconsolada como trata Francia a los vencidos. Argelés sur Mer y el resto de campos son morideros donde los exiliados mueren de hambre, enfermedades y quizá de asco.
Emprende una campaña para conseguir un barco que lleve a México a 2000 exiliados, que ella acompaña ayudándolos a establecerse en el país que con infinita generosidad recoge a los que nadie quiere. Apenas es una gota en el mar de desesperación del exilio español, por lo que Nan, impotente, decide seguir luchando por ellos. Forma parte activa del Comité Nacional Conjunto de Socorro Español, ayudando en todo momento a salvar vidas. También se integra en la Asociación de Brigadas Internacionales. Al estallar la II Guerra Mundial forma el Movimiento por la Paz Mundial trabajando sin descanso por derrotar al fascismo.
En plena postguerra, torna a España en una delegación que visita a presas inglesas en Yeserías. Las autoridades franquistas conceden el visado sin saber que ha formado parte de las sanitarias de la República. Nan hace un informe sobre la situación de las presas que es demoledor para la dictadura franquista.
Sigue militando en el comunismo, no sin sentir las decepciones que sufrieron muchas personas ante el declive de la lucha revolucionaria y el estatismo de la URSS, con Stalin al frente. Al subir al poder Nikita Kruschev y exponer ante el Politburó las aberraciones de la época estalinista sufrió mucho por la confirmación de sus sospechas. Pero nada hizo que dejara la creencia de que el comunismo fuera una ideología liberadora y digna de todo su empeño.
Durante toda su vida se dedicó a luchar por los desterrados, por los que sufrían represión. Hizo un viaje largo a través de Sudáfrica, en pleno apartheid, sin que las autoridades supieran que estaba en el país. Al publicar los informes que pudo recabar mostraron su rabia por haberse dejado engañar.
Fue llamada a China donde tuvo colaboración con el gobierno comunista. En las zonas fronterizas con la URSS, tomó conciencia de las diferencias que marcaban ambos países supuestamente hermanos en ideología. Otra decepción dolorosa para su internacionalismo proletario.
Fue viajera, por los países del Sudeste asiático, y por cualquier sitio donde se necesitara impulso político.
Siempre mantuvo el amor por España y el dolor de la derrota así como la devoción hacia George, aunque se casó con un compañero años después, quizá como forma de unir soledades. Se divorciaron amistosamente al cabo de unos años.
Murió el 6 de Abril de 1984 sin abjurar jamás de su ideología pero con la heterodoxia de un gran corazón.
Maria Toca Cañedo©
Ese libro de Preston, como casi todos los suyos, ha sido fuente de inspiración para la biografía de algunas que hemos traído a las páginas de https://www.lapajareramagazine.com Gracias por ello.