QUERIDO MAX

Soy el dolor de un mal sueño»)
Lo que fue el dibujo de una España que creíamos disecada en las páginas de un libro, lo que fueron unas lágrimas y una desesperación, que seguimos sin saber interpretar, se nos ha hecho realidad. Esta España de nuestro dolor, este mal sueño, se nos ha vuelto a colocar frente al espejo cóncavo y el esperpento aquel que, con tanto sufrimiento y lucidez nos quisiste mostrar, amenaza otra vez con devorarnos.
De qué sirvió tu doloroso paseo por los infiernos, por un Madrid que no era más que el reflejo de una España, la que mata rezando, la que reza matando todo aquello que tiene que ver con la razón, con la creatividad, con la armonía de lo plural, de lo distinto, con la música que aflora del sentimiento, con la literatura que nos retrata como humanos, con la belleza, incomprendido amigo, que no hay más verdad que ésta, la que no es, que no hay más mentira que esa, la que nos pretenden imponer.
Todavía recuerdo tu presencia en el aula, tal vez, imbuido, asimilado por el sistema, no supe mostrarles la lucidez de tu verbo, no supe dotarlos de las alas que les hiciera sobrevalorar un prosaico examen de selectividad, que les hiciera trascender el tiempo y el espacio, que les ayudara a tomar la altura suficiente para atisbar que tu viaje era también el nuestro, que, con tu dolor y con tu muerte, intentabas salvarnos de la nuestra, de la de un país condenado a perpetuidad a repetir la macabra historia.
Hoy, cuando los telediarios calcan y recalcan ante nuestros ojos miopes, la concavidad del espejo al que estamos enfrentados, cuando el esperpento más nauseabundo ha abandonado las páginas del libro, acudo a ti con la quimera de obtener tu perdón, de implorar tu lucidez, aquella que malbaraté y que, probablemente, seguimos malbaratando. Permíteme entonces que, como redención, en el nombre de tu sufrimiento, en el del amor dolido que nos mostraste por la España nonata, busque las fuerzas para seguir en la lucha, la que nunca debí abandonar.
Recordado amigo, habrá un mañana, tiene que haberlo tras esta negrura que nos asola el horizonte, un amanecer donde en un aula tus palabras doloridas sean semillas de esperanza, de futuro, de vida, Max, de vida, de justicia y de belleza. El esperpento habita en nosotras, en lo individual y en lo colectivo, lo alimentamos cuando lo ignoramos, cuando la amnesia invade nuestra convivencia democrática, aquella que no es final, sino camino, sendero eterno que cada día hay que transitar.
Olvidado amigo, hoy me veo, junto a ti, entre los barrotes de la ignominia.
Max. -Soy un poeta ciego
Preso. -¡No es pequeña desgracia!… En España, el trabajo y la inteligencia siempre se han visto menospreciados.
Juan Jurado
Sobre JuanJ Jurado 107 artículos
Profesor de Lengua y Literatura española. Publicaciones en La prensa en el Aula. Octaedro. Cuaderno para la comprensión de textos. Octaedro. Ponente del Diseño curricular base para la enseñanza de la Lengua y la literatura española en la ESO, en Andalucía. He sido portavoz y concejal por el grupo municipal de IU en Úbeda. Actualmente no milito en ninguna organización política, pero si la calle me llama, voy.

1 comentario

  1. “Recordado amigo, habrá un mañana, tiene que haberlo tras esta negrura que nos asola el horizonte, un amanecer donde en un aula tus palabras doloridas sean semillas de esperanza, de futuro, de vida, Max, de vida, de justicia y de belleza.”
    … ¡ojalá!!

Deja un comentario