Yo que he ascendido a la boca
de los dioses, donde el humo
de sus ojos se expande hasta Cabo Mayor.
Yo que he descendido como
lo hace un rayo del cielo, y he roto
la cima de los invencibles en las montañas,
revelando la verdad a este lector,
que de mis agitadas palabras sea el triunfo
todo esto.
Dime, ¿qué sentido encontramos aquí,
entre las acciones de lo que ha sido
y lo que somos?
Qué será de nuestro cuerpo, si nos
hayamos envejecidos desde que se
esculpe la blanca mañana del invierno,
recogiendo el aire en las mejillas y
en los párpados.
Y todo está cubierto de una espesa nube
que reduce aquello que conocemos
al miedo.
Pero os juro que combatiré contra
esta realidad, quebrando cada mentira
que ensucie mis ojos.
Yo acabaré con este engaño.
Autor: Pedro Diego
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