Es probable que la vida de Rosa María Calaf hubiera sido diferente de no haber tenido un abuelo que a principios del siglo XX viajó por el mundo. Visitó la India, EEUU, gran parte de Europa. A su vuelta, refería a la niña Rosa, las historias vividas en los viajes haciéndola soñar con aventuras dichosas.
Rosa María Calaf nación un 17 de junio de 1945, en Barcelona, dentro de una familia liberal y burguesa, que amaban la cultura y contemplaban el exterior como salida y oxigeno a un triste país que mantenía los goznes bien apretados. La enviaron a estudiar a Francia y a EEUU, además de inculcarle valores de libertad y cultura.
Estudió primero Derecho en la Universidad de Barcelona ya que aún no existían los estudios de periodismo. Más tarde, cuando se impuso esta carrera la cursó en la Autónoma de Barcelona. Realiza un máster en Instituciones Europeas en la Universidad Libre de Bruselas, también cursó Ciencias Políticas en la Universidad de California.
En 1970 comienza su vida laboral en los estudios de Miramar que tiene la TVE de Barcelona. Cuenta con gracejo que la entrevista que le hacen ya pone de manifiesto sus intenciones. Ser reportera, hacer periodismo real, nada de dedicarse a las columnas femeninas. Cuando cree que no la escogerán debido a sus demandas, es elegida para el trabajo. El primer reportaje que le encargan, a pesar de sus antecedentes, fue hacer la crónica de un desfile de modelos.
Rosa María Calaf, dice que se hizo periodista para viajar. Pronto consigue su ideal de ser reportera de exterior comenzando una andadura que le hará recorrer varias veces el mundo visitando 183 países sumidos, en su mayoría, en sucesos noticiables por lo dramáticos.
La figura menuda de Rosa María Calaf se nos termina de hacer familiar a base de encontrarla en la pantalla esgrimiendo un micrófono mientras nos cuenta los dramas que ocurren en el mundo.
En 1973 decide, junto a su compañero, José Antonio Rodríguez, recorrer África entera en una coloreada furgoneta. Su viaje arrancó en Marruecos, cruzan el Sáhara por Argelia y siguieron por Níger, Burkina Faso, Mali, el golfo de Guinea, Nigeria, Chad, República Centroafricana y Congo. Tras atravesar Uganda y Ruanda llegaron al Índico recorriendo Kenia hasta el norte. Después enfilaron rumbo sur y pasando por Zambia, alcanzaron Sudáfrica. Desde Namibia regresaron en un barco pesquero gallego cargado de langostinos. Las numerosas aventuras que tuvieron que sortear fueron muchas y peligrosas teniendo que pedir ayuda a personas locales y periodistas europeos como Kapuscinsky, que les ayudaron a continuar su viaje.
En 1982 solicita una excedencia para formar TV3, junto con varios compañeros. La nueva televisión autonómica comienza a emitir en 1983 con Rosa María como jefa de programación.
No estaba cómoda en despacho por lo que pide su reintegro en TVE consignándola como corresponsal en Nueva York. Poco después abre la delegación en Moscú, a la que siguen Buenos Aires, Viena (delegación de TVE para los países del Este) Hong Kong, Pekín…
A preguntas de qué suceso consideró el más terrible de su andadura, no duda en señalar “El tsunami de Indonesia de 2004. Porque era la devastación absoluta y, sobre todo, la ruptura total del tejido social. Y, claro, esas sociedades no tienen infraestructuras, no hay una posibilidad de protección civil y, por supuesto, a sus gobiernos, sus gentes les interesan más bien poco.”
Ha estado en guerras, desastres naturales, bombardeos, matanzas siempre buscando la noticia con sentido humano y periodístico
“Cuando te vas, las cámaras se van, pero las víctimas se quedan. Lo que pasa con ellos después, es importantísimo que se sepa, fundamental para evitar errores. Entonces, pude volver a ver a personas que había visto, incluso celebrar el cumpleaños del bebé que había nacido en una palmera. Realmente fue muy impactante”.
Informó del accidente de Chernóbil, la guerra en Chechenia además de realizar las cronicas sobre la caída del bloque socialista de los países del Este.
En 2007, TVE realiza un ERE que la afecta, no obstante se queda hasta 2008 para retransmitir los juegos Olímpicos de Pekín, ciudad que conoce a la perfección por haber residido como corresponsal. A la vuelta es forzada a asumir un ERE forzado/voluntario y se prejubila el uno de enero del 2009.
Rosa María Calaf no ha perdido las ganas de viajar, en 2013 realizó un viaje en solitario que la llevó desde Madrid a Mongolia, pasando por Irán. Ha viajado también a Madagascar, Islandia, Guinea Bissau, Sudán. De los medios de transporte prefiere el tren, porque le permite contemplar los paisajes con calma, o viajar en su todo terreno que le da libertad y el poder llegar a cualquier lugar del mundo por inhóspito que sea.
Feminista y militante de un periodismo de verdad, mantiene la frescura juvenil y las ganas de vivir continuando una labor divulgativa impartiendo conferencias allá donde se la demanda.
En 2008 es doctorada Honoris Causapor la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona,y en 2010por laUniversidad Miguel Hernández de Elche.
María Toca Cañedo©
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