Ser fascista

Para «ser» no solo no hace falta que te reconozcas a ti mismo, sino que no es necesario.

«Ser» es un estado y un proceso marcado por decisiones, acciones y reivindicaciones.

No es necesario ser un experto filósofo y teórico de «ser» algo, para serlo.

«Ser» no se simplifica en una cuestión de abogar por todos los principios de una lógica de ese «ser».

Por tanto, para ser fascista no hace falta reconocerse como tal, hace falta tomar decisiones en esa línea, sin tener obligatoriamente tan solo una definición clara de lo que eso implica y aun teniéndolo claro, no estar obligatoriamente de acuerdo con absolutamente todo lo que implique serlo, como si hubiera requisitos a modo de impedimento.

14 características del fascismo según Umberto Eco.

1. Culto de la tradición: especialmente a aquellas reaccionarias. En este caso, todo lo que tiene que ver con el catolicismo, la familia, el ejército y la tauromaquia.

2. Rechazo del modernismo: Se burlan de la gente ilustrada, del conocimiento, de los pensadores…

3. Culto de la acción por la acción: toda la cultura es sospechosa. Por ejemplo: el cine Español.

4. Rechazo del pensamiento crítico: El negacionismo científico, la ciencia es una opinión y la conspiración permanente. Por ejemplo: el cambio climático no existe o los chiringuitos feministas que abordan un tema que simplemente no existe.

5. Miedo a la diferencia: todo lo que no sea lo que ellos idean como una figura ejemplar de seguridad y comodidad ciudadana, es un intruso. Por ejemplo: migrantes y refugiados, musulmanes… Todo lo que no sea hombre, blanco, heterosexual, católico y si tiene dinero, mejor que mejor. De ahí el discurso machista, racista, homófobo, islamófobo y aporófobo.

6. Llamamiento a las clases medias frustradas: vivimos una crisis por culpa de la ideología progre. Una vez extinguida, mejoraremos y para eso les necesitamos a ellos.

7. Nacionalismo y xenofobia: una única identidad nacional excluyente basada en la exaltación de la familia tradicional.

8. Envidia y miedo al “enemigo”: todo lo que viene de fuera es malo, todo lo que está dentro y no respeta el ser español, también. Y las famosas ayudas de los migrantes partiendo de la base de que les ayudan más a ellos que a nosotros. Además, no es que nosotros les odiemos, sino que son ellos los que nos odian a nosotros.

9. Principio de guerra permanente: son muy bélicos. La extrema derecha solo quiere un gobierno del estado para cuestiones que consideran de estado, es decir, el ministerio de defensa, de interior, asuntos exteriores, pero nada que tenga que ver con política pública. Para ellos eso es meterse en temas privados.

10. Elitismo: Por supuesto, ellos no vivirán de cartillas de racionamiento.

11. Heroísmo, culto a la muerte: se puede ver fácilmente como elogian el trabajo de la Legión, el Ejército y la Guardia Civil. Especialmente aquellas fuerzas que tienen relación histórica con el franquismo.

12. Transferencia de la voluntad de poder a cuestiones sexuales. Creo que lo describe muy bien el famoso titular de Abascal: «Normalmente la mujer no puede competir al mismo nivel que el hombre» y el eslogan habitual en contra del feminismo: «esto es una guerra de sexos«. La idea es que las desigualdades se basan en diferencias cualitativas. Lo que quieren decir es que debemos aceptarlas y que si hay menos mujeres en cualquier sector, será por algo.

13. Populismo cualitativo: el antiparlamentarismo es típico. En este caso no lo es tanto, porque se nutren a través de él, pero siempre han mostrado mucha indiferencia ante los gobiernos autonómicos y lo descentralizado. Quizás el antiparlamentarismo más explícito lo encontramos en La Falange.

14. Neolengua: no es violencia de género, es violencia intrafamiliar o la famosa Ideología de género.

Por tanto, sí. Santiago Abascal y VOX son fascistas.

Definiciones de fascismo hay muchas, todas comparten lo esencial y en todas encajan sin demasiado esfuerzo.

Con los fascistas NO se habla.