Tambores de guerra suenan por Europa. Esta Europa en la que creímos, patria común de libertades y gloria de ideologías democráticas que abrazó con amor el liberalismo sangrante y rampante en lo económico y la protección de sus fronteras e intereses ante los huidos, ante los desheredados de los nadie. Fue un bonito sueño del que despertamos a manguerazos de agua fría con los que eran recibidos los refugiados en Hungría, mientras mirábamos para otro lado. Nuestro gobierno, tan dado a cumplir leyes en Cataluña, elude reiteradamente cumplir el compromiso de aceptar a refugiados. Esta Europa de la formamos parte, los arroja en campos inmundos y se olvida del incendio que provocan sus políticas suicidas.
Se nos rompió el amor de tanto usarlo…Permítanme la licencia coplera. Se nos resquebrajó la Europa de tanto hacer de ella un mercado sangrante del ideario de los padres que la fundaron. Ayer fue Grecia inmolada en la pira funeraria del capitalismo, hoy Alemania paga las consecuencias de no se sabe bien qué. La señora Merkel pierde votos y los pierde por la derecha. Algo se nos escapa. Es la zona oriental, justo la que vivió bajo la bota soviética, la que vota mayoritariamente a los neonazis. Es esa Alemania impiadosa que crece a base de ahogar al vecino al que antes le prestó dinero con mano larga, la que considera que debe apretar más, que no es bastante ahogarnos con los intereses de una deuda que dio de corrido y sin mirar. Son los que sufrieron opresión los que fueron admitidos de pleno derecho al convite liberal los que quieren aherrojar puertas y ventanas a los que llegan huyendo del sistema creado por ellos. La vuelta de tuerca de la Rebelión en la granja orwelliana, se cumple a rajatabla.
No entendemos que si la crisis se produjo por los desfalcos económicos, la huida hacia delante suicida de unos locos que hicieron de la economía bombas de relojería, no sean los propios mercados los que se autorregulen, los que bajen la presión, o que se queden a resguardo. Ocurre todo lo contrario, están más envalentonados cada día, más chulos. Creemos que se le ha ido de las manos el rebenque que utilizan para atizar al obrero o que este capitalismo enloqueció con sus plusvalías y está convencido de que apretando y sangrando más, habrá mayores dividendos.
El descalabro de la socialdemocracia en Alemania, como antes en Francia, no por previsible, nos deja menos perplejas. No entendemos como siguen sin ver que el desastre que les sume en la inanición, sea, posiblemente, por apartarse y dejar fuera a sus bases y apostar por el territorio tan bien defendido por la derecha liberal. Dan ganas de zarandearles y gritarles: «que eso ya lo hace la derecha, que ese sitio está ocupado. El tuyo es otro» pero nada, ellos inasequibles al desaliento, siguen alineándose con el poder corrupto y derechón.
Aquí en el suelo patrio, el PSOE desflora la margarita entre puñaladas de hermano a hermano y aficiones al PP. De estar a la izquierda pero no mucho, a la derecha pero que no se note, que sí defendemos el estado federal pero apoyamos al Rajoyismo en su invasión a Cataluña. Este PSOE, que no tuvo agallas para doblar la rodilla del gobierno y flexibilizar la política del NO a todo lo que provenía de Cataluña, después de haber integrado un gobierno tripartito con los independentistas de Carot Rovira (Josep Lluis, aquí y en la China Popular, ¿recuerdan?)…Ese mismo PSOE, avala al gobierno y abandona a la oposición en su intento de buscar solución a un conflicto que enmierda a todo el estado a la vez que saca de la cloaca a todo el facherío nacional. Y ni mu, oiga no se oye una voz de condena a los graves altercados ocurridos en Zaragoza. Sobra decir que si los agredidos fueran miembros selectos del gobierno o de su línea blanca C,s los llantos y llamadas a rebato se oirían en todo el solar patrio.
Y siguen matando mujeres, saben ustedes, pero no parece preocupar a nadie. Ya se nos pasó el furor de Juana, ahora la dejamos a merced del maltratador para que trasmita a sus hijos toda su mala baba. No les deja hablar con ella, entorpece la relación madre e hijos, pero da igual. La ley hay que cumplirla y una madre va a ser procesada por el que la agredió. No pasa nada, nos entretiene mucho Cataluña y sus Piolines. Mientras, ellos, los de las botas militares, los de los cristales rotos, avanzan. Con sus banderas de aguilucho, con sus brazos al aire, con su saludo fascista, avanzan. Aquí defienden a España. En Alemania defienden a Europa. Lo que no sé es quien nos defiende de ellos.
María Toca
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