Todo da igual

Va el tipo y dice que es normal. Y se queda tan ancho. Es normal que todo un presidente de un gobierno europeo declare en juicio por corrupción de su partido. Es normal que no sepa de sus finanzas, porque él se ocupa de gobernar. Habría que decirle que el desconocimiento de la ley no exime de cumplirla, que el que está al frente de algo, sea empresa, o gobierno, es responsable subsidiario de todo lo que ocurra bajo su mandato. Pero da igual. A él  y a sus votantes les resbala todo. Les resbala la vergüenza. Les da igual que los pensionistas vegeten en la miseria, que los colegios públicos estén en las últimas, o que la sanidad esté saqueada. Les da igual.

Nuestro Patrone, normaliza todo. Que envía un mensaje a un ladrón diciéndole que sea fuerte: normal. Que le responda que se hace todo lo posible: lógico, es que estaban hablando de otra cosa, sabe usted señor juez. Y el juez con vaselina, como un compañero/amigo. Todo normal.

Lo que más avergüenza no es tener un presidente ladrón, que ya es. No es que nos gobierne un partido que ganó con trampa (aquí, no en Venezuela) No es que expolien  las arcas, que hayan hecho de su capa un sayo, que han dado poder a tipos que su único fin era el latrocinio, ineptos con manos largas. Todo eso da mucho coraje, mucha vergüenza, pero lo que de verdad asusta es que tienen razón en una cosa: ocho millones de votantes les avalan.

Ocho millones de personas como usted y como yo, porque no hay ocho millones de ladrones en España, muchos de ellos son gente decente, que trabaja, que subsiste, que padece la crisis con resignación. Y les votan. A ellos, a los ladrones, a los que nos han apretado la soga.

Eso es lo que en estos momentos asusta y estremece. Lo que hace pensar que nuestro país se desmenuza en indignidad. Y no, no es porque se desgaje Cataluña, es porque nos gobiernan ladrones con la aquiescencia de un pueblo aborregado y cobarde.

#MariaToca