Sigue la vida, pasan los días, llegan los años.
Maryuma, en la edad de la inocencia,
es ajena todavía al rito de la primera mentira, que hace unos 70 años,
mi familia, la sociedad en que nací
y el nacional catolicismo de la escuela española nos inculcaron a mi hermana Mayte y a mí,
limpiar bien los zapatitos
la noche anterior a reyes,
para recibir muchos juguetes.
También es ajena a la mentira
de donde está ese cielo
al que dicen algunos ha viajado,
con la llegada del Año Nuevo,
un Papa Emérito de sabiduría embuchado,
cómo si fuese un roscón regalo de reyes.
Ni de ese otro siniestro invento humano
de dioses, diablos, guerra, hambre y delitos.
Tampoco es consciente de lo que sí es verdad,
que la madre naturaleza está en guerra
contra sus descendientes
y de que por eso nos agrede.
II
Maryuma , en este casi su segundo añito,
vive feliz jugando y gozando del juego,
dentro de este gran laberinto de espejos cambiantes que es la vida,
ajena todavía,
esperemos que durante mucho tiempo,
al miedo que late
en las interrogaciones de los incendios apocalípticos de la memoria de los adultos.
Pasan los días, pasan los años, sigue la vida,
el fuego sigue, nunca se apaga
en las visiones apocalípticas de los espejos del laberinto de la memoria de los adultos.
Enrique Ibáñez Villegas
Barcelona 11-1-2023
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