Valentina Tereshkova

 

 

Nace, la que luego llegaría más lejos que ninguna otra mujer hasta el momento, Valentina Tereshkova en un pueblecito en medio de la madre Rusia, en Bolshoye, comarca de Maslennikovo. El régimen soviético se ha asentado, es el seis de marzo de 1937, y se trabaja de firme para conseguir el paraíso. Su padre, Vladimir Tereshkov es tractorista y la madre trabaja en la pujante industria textil soviética. Poco faltaba para que la paz del enorme país se viera truncado por las botas alemanas. Vladimir, el padre, marcha al frente para luchar en la Guerra de Invierno, que haría retroceder a la bestia nazi propiciando la primera derrota y la herida de muerte de los invasores. Está destinado en territorio de Finlandia, región de  Carelia, donde cae muerto por balas enemigas desapareciendo su cuerpo envuelto en las nieves del norte. Años después, cuando a Valentina le preguntan, después de su proeza, que quiere que la URSS haga por ella, pedirá solo que busquen a su padre para honrarle. No fue encontrado porque la nieve y el frío es sudario que arropa, pero en la zona se levantó un monumento en su honor.

La pequeña Tereshkova solo cuenta dos años cuando el padre desaparece. Al acabar la guerra,  la pobreza y la dureza de una tierra maltratada la obligan a abandonar el colegio donde estudiaba. Con ocho años ya trabaja en lo mismo que su madre. La industria textil acoge a obreras y permite una vida mínimamente digna. Años después seguirá estudios por correspondencia por falta de otra posibilidad. Valentina se siente atraída por el paracaidismo y se apunta a un grupo con el que realiza saltos desde el aire.

Se hace miembro del Komsomol (Unión de Jóvenes del Partido Comunista Sovietico) y más tarde pasa a la militancia en el PCUS.

La Unión Soviética ha crecido hasta convertirse en una potencia mundial que compite con el enemigo EEUU, hasta mirarle a los ojos. Han entrado en la etapa espacial tomando la delantera al enemigo. Varios viajes hacen que el mundo se fije en el poder soviético que pronto conquistará el espacio. Yuri Gagarin se ha convertido en mito mundial y los soviéticos quieren dar otra vuelta de tuerca frente a los americanos. EEUU, aunque con menor ímpetu, ha entado en competición y  envía al espacio a Alan Shephard, por lo que en la URSS, deben dar un salto cualitativo.  Necesitan una mujer en  la carrera espacial con el fin de  demostrar al mundo que en la Rusia soviética se camina deprisa hacia la modernidad y la igualdad.

Más de cuatrocientas mujeres son seleccionadas para escoger a la mejor, a la que represente perfectamente el ideal de la fortaleza comunista. Entre ellas está Valentina Tereshkova, que tiene muchas posibilidades. Comunista convencida, hija de héroe de guerra, hija del pueblo, proletaria textil y experta en paracaidismo  lo cual es muy importante ya que una vez realizada la proeza del espacio hay que saltar de la capsula y descender a tierra en paracaídas.

//////////////////NO PUBLICAR SIN CONSULTAR CON FOTOGRAFÍA///////// Russian astronaut Valentina Tereshkova practises feeding in simulated flight conditions for her flight as the first woman in space on the Vostok VI mission. (Photo by Keystone/Getty Images)

Quedan solo cuatro finalistas hasta que Valentina se alza con el honor de ser la primera y única mujer en el mundo que saldrá de la órbita terrestre. No tiene estudios ni preparación para ello, pero nada detiene a los soviéticos. La preparan con duros entrenamientos: vuelos de ingravidez, aislamientos, prueba en centrifugador, le hacen aprender las teorías de cohetes y naves espaciales, también la forman en pilotar aviones de combate MIG-15UTI y realiza durante ese tiempo más de 120 saltos en paracaídas.

Valentina es fuerte y resiste el embate de la formación hasta que el día 16 de junio de 1963, enfundada en un traje espacial que apenas permite autonomía sube a la nave VOSTOK 6, para realizar 48 orbitas alrededor de la tierra durante casi tres días. Valentina va sola en la capsula espacial, muchas cosas dependen de ella, de su adaptación y destreza para solventar imprevistos.

Que surgen…los imprevistos, como unas fuertes jaquecas, y arcadas además de los dolores de cuello que le produce el casco. Los cálculos desde tierra resultan inexactos en la programación de la trayectoria del artilugio, que ella debe corregir desde dentro. A pesar del malestar físico que tiene, anota con precisión el diario de a bordo todo lo que observa en la travesía, hace fotos del exterior que servirán para el futuro de la estación y de la carrera espacial.

Ha estado 70 horas volando, contemplando el espacio exterior desde su nave. Hace poco, en una entrevista, confirmaba que aun seguía soñando con la visión de la tierra y el espacio que tuvo en las horas pasadas en el espacio.

El 19 de junio de 1963, Valentina Tereshkova alcanza la gloria abandonando la nave espacial y tocando tierra con sus pies después de un vuelo en paracaídas de más de 6000 metros de altura.

El nombre en clave que se le ha dado desde la estación soviética a la cosmonauta es el de  Chaika (gaviota) Había engañado a su madre para ocultar la verdad de su empeño, diciendo que eran solo entrenamientos de paracaídas.

Es recogida en Karaganda, en Kazajistán y pasa a la historia de forma definitiva.

Tereshkova, no se conforma con ser un personaje glorioso, decide estudiar ingeniería para lo que entra en la Academia de la Fuerza Aérea de Zhukouski, graduándose en 1969, obteniendo el doctorado en ingeniería en 1977.

Mientras tanto decide entrar en política. Es elegida diputada del Soviet Supremo en 1966 hasta 1974, donde impulsa proyectos de igualdad. Pasa por diversos cargos políticos de poder, es miembro del Comité Central del Partido Comunista hasta que en 1991 se produce el estallido y el estado soviético salta por los aires.

No perdió ni prestigio ni autoridad, Valentina Tereshkova sigue siendo una heroína nacional. Aunque perdió las elecciones a la Duma de 1994, siguió teniendo cargos con los nuevos gobiernos, también fue ascendida a general de División. Con Putin mantiene una amistad hasta el punto que fue invitada al 70 cumpleaños del jerarca, ocasión que la sirvió para  proponerle que la dejaran ir a Marte, aunque no hubiera viaje de vuelta. Se siente fascinada por este planeta y sueña con ir.

En 2011 es elegida de nuevo miembro de la Duma, formando parte del partido Rusia Unida…Las cosas han cambiado en el país que la vio nacer, de ser una furibunda comunista pasa a formar un grupo, con otras mujeres, de defensa de los valores cristianos, con el argumento de que la religión ortodoxa forma parte de la cultura rusa.

El 18 de septiembre de 2016 vuelve a ser elegida diputada de la Duma y vive con los honores debidos a la gran proeza que realizó en 1963. Ser la primera y la única mujer en volar sola al espacio.

María Toca Cañedo©

Sobre Maria Toca 1673 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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