Wangari Maathai

 

Nacida esta mujer en el pueblo Ithithe del distrito de Nyeri, Kenia,   el 1 de abril de 1940.  Pertenecía a la tribu kikuyu  mayoritaria en Kenia (tribu que se hizo famosa debido al libro y película Memorias de África). En 1943 su padre obtiene trabajo en una de las numerosas granjas de blancos puesto que aun Kenia estaba colonizada por los británicos. La familia se traslada al Gran Valle del Rift, cerca de Nakuro. Poco tiempo después, junto a su madre y dos hermanos, deciden regresar a Ithithe con el fin de ser escolarizados ya que en la granja era imposible. Maahtai, ingresa a los once años en la escuela primaria de Santa Cecilia, como interna. Se trata de un colegio católico fundado por la Misión Católica Mathari en Nyeri. La joven muestra pasión por los estudios sacando buenas notas,  además de convertirse al catolicismo. Wangari sigue estudiando, lo que era inusual en las mujeres de su época. Durante ese tiempo tiene lugar la sublevación Mau Mau, de la que se salva ya que sigue interna en la misión donde no llega la revuelta. Su madre y el resto de la familia tuvieron que esconderse durante la masacre que siguió  al levantamiento .En 1956 acaba los estudios siendo la primera de su clase. Es admitida, debido a sus notas, en la Loreto High School de Limuru  que se trata de  una escuela preparatoria de Kenia. Poco después, en 1966,  es seleccionada junto a trescientas personas más por la Fundación Joseph P. Kennedy Jr.,  que el entonces senador John F. Kennedy había creado y financiado como puente  cultural entre África y América.

Vuelve a obtener una beca para la Mount St. Soholastica Colege, en Atchinson Kansas, donde se gradúa en Biología especializada en Química y alemán. En 1964 completa estudios con la maestría en Biología en la Universidad de Pittsburg en donde comienza a interesarse por la restauración medioambiental debido al contacto con ecologistas locales.

Obtiene trabajo en Kenia  regresando con alegría a su país de origen, pero alguien ha interceptado el puesto de trabajo adjudicándoselo de forma injusta, poco después Wangari,  recibe una propuesta de trabajo en Alemania para ser ayudante de investigación en la sección de microanatomia y se traslada puesto que domina el idioma. Allí conoce al keniata Mwanji Mathai con el que contrae matrimonio poco después.

En 1967 obtiene un nuevo doctorado en la Universidad de Munich,  ya que el profesor Hofman de la Universidad de Giessen en Alemania, la patrocina. Llega el momento de regresar a Nairobi como profesora adjunta en su Universidad, puesto que le han ofrecido y esta vez no se lo arrebatan.

Son tiempos convulsos de descolonización los que vive el continente africano; el político Tom Mboya es asesinado momento que aprovecha el presidente Jomo Kenyatta para terminar con la democracia multipartidista en Kenia. Nace su primer hijo al que siguen dos más. En 1971 se convierte en la primera mujer africana en estar doctorada. Su marido decide postularse como diputado, pero pierde las elecciones.

Durante ese tiempo crea la empresa Enviocare Ltd. que se dedica a la reforestación, vieja ambición que mantiene  desde los tiempos de estudiante . Por diversos avatares la empresa fracasa pero la experiencia obtenida la lleva a participar en el Consejo Nacional de la mujer en Kenia, donde da conferencias sobre reforestación y entabla contactos que la impulsarán más adelante a continuar con la labor.

Durante este tiempo el esposo vuelve a presentar su candidatura  ganando el escaño, a la vez el matrimonio se deteriora. Mwanji Mathai, alega en su divorcio que su mujer ha adquirido demasiada importancia… No puede dominarla, alega, debido a que es “demasiado masculina” Tienen un divorcio muy duro, largo y con unos costes económicos muy altos. La sentencia del juez condena a Wangari que pierde derecho a domicilio y asignación. En una entrevista con la prensa,  ella critica con dureza  tanto la sentencia como al propio juez,  el cual la acusa de desacato condenándola  a seis meses de cárcel, que solo cumple semanas, debido a que su abogado lucha por matizar las palabras vertidas en la entrevista. Como consecuencia de todo ello, es expulsada de la Universidad con lo que pierde la casa que habitaba en el recinto universitario.

Wangari se encuentra con tres hijos y sin posibilidad de subsistir. Cuando mayor apuro sufre, le surgió la oportunidad de trabajar en la Comisión Económica para África a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Este trabajo requería viajar por África, ya que  la base estaba en Lusaka, Zambia, por lo que no podía llevar a sus hijos con ella. Decidió enviarlos con su exmarido y aceptar el empleo, aunque los visitaba regularmente. Los niños vivieron con su padre hasta 1985

Todo lo ocurrido le hace consciente de la situación  de la mujer en la sociedad, no solo en África, porque  entiende que  aunque el ambiente sea cultural y desahogado siguen sufriendo marginación y maltratos variados, lo que despierta su conciencia feminista ofreciendo conferencias y escritos variados sobre la situación de la mujer en el mundo.

La capacidad de lucha así como de crítica de Wangari Maathai, la hacen incómoda para el poder. Es criticada y perseguida por el régimen del presidente Daniel Arap Moi, que la boicotea diversos trabajos y la acusa de ser “mala mujer”, lo que le hace también tomar opción política y luchar por la democracia en su país.

Con todas las luchas, fracasos, recuperaciones, no ha olvidado su interés medio ambiental consciente del deterioro del planeta. En 1977, de forma casi simbólica, un grupo de personas entre las que se encuentra Wangari plantan siete arboles en un parque en honor a los siete héroes nacionales. Poco después toma forma un movimiento llamado Cinturón Verde, que se ocupa de la reforestación en toda África, liderado por ella.

Este movimiento encabezado y fundado por Wangari Maathai, ha llegado a conseguir que sean plantados cincuenta millones de árboles, que 35 mil mujeres tengan empleo en la organización y que se mantengan tres mil viveros alrededor de África con semillas autóctonas para la replantación. Se construyen invernaderos donde se recolectan las semillas nativas de bosques de cada lugar donde replantan.

Fue elegida miembro del Parlamento de Kenia (Cámara Baja, también  de la Asamblea Nacional) donde ejerció como ayudante del ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales durante el gobierno del presidente Mwai Kibaki entre enero de 2003 y noviembre de 2006. Formó parte del Consejo de Honor del Consejo para el futuro del mundo.

Maathai tuvo el orgullo de ser  la primera mujer de África Oriental en obtener un doctorado.

En octubre de 1989, Maathai se opuso a un plan para construir el complejo de 60 plantas,  Kenya Times Media Trust en el Parque Uhuru. El complejo pretendía albergar las oficinas centrales de KANU, el periódico Kenya Times, un centro de negocios, oficinas, auditorio, galerías, centro comercial y aparcamiento para 2000 vehículos. El plan también incluía una estatua del presidente Daniel arap Moi. Maathai escribió muchas cartas de protesta a Kenya Times, a la Oficina del Presidente, la Comisión de la Ciudad de Nairobi, el Comisionado Provincial, el Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, los directores ejecutivos del UNEP y el Centro Ambiental Liaison, el Director Ejecutivo de la UNESCO, el Ministro de Obras Públicas y el Secretario Permanente en el departamento de Seguridad Internacional y Administración. Escribió también a John Johnson, el Alto Comisionado Británico en Nairobi, instándole a hablar con Robert Maxwell, el mayor accionista del proyecto, equiparando la construcción de una torre en el Parque Uhuru con una construcción similar en el Hyde Park o en Central Park y sosteniendo que eso sería intolerable.​

La lucha emprendida en contra del parque tuvo un costo brutal para ella, fue tachada de loca, por la prensa y por el gobierno, invitada a renunciar a su país incitándola a marchar a Europa. Incluso había listas de amenazados de muerte en donde el nombre de  Maathai estaba destacado. Fue encarcelada junto a otros activistas que defendían la no construcción del entramado empresarial en el parque Uruhu.

Poco a poco su lucha y su figura fue obteniendo reconocimiento. En 1991 obtuvo el Premio Ambiental Goldman en San Francisco y en Londres el Premio al Liderazgo en África de The Hunger Project. La CNN emitió un fragmento de tres minutos relacionado con el premio Goldman, pero cuando fue emitido en Kenia, ese corte había sido borrado. En junio de 1992 mientras la protesta en el parque Uhuro continuaba, Maathai y el presidente Arap Moi viajaron a Río de Janeiro para asistir a la Cumbre de la Tierra.  Mientras tanto, el gobierno de Kenia acusó a Maathai de incitar y animar a las mujeres a pelear en el Rincón de la Libertad, instando a que no se le permitiera hablar en la conferencia. Pese a ello, Maathai fue elegida portavoz principal de la cumbre.

Durante mucho tiempo se enfrentó a los diversos gobiernos y estamentos corruptos de su país luchando por los derechos ambientales, la democracia y los derechos de las mujeres, siendo  insultada sin descanso. En cambio su prestigio internacional era cada vez más valorado por la valentía y la inteligencia con que se desarrollaban sus luchas. Aunque la marginaban e intentaban silenciarla, siendo encarcelada jamás dio un paso atrás en las luchas que consideraba justas.

Además de su labor sobre el terreno, Maathai fue una destacada oradora y escritora. Publicó varios libros, incluyendo su autobiografía «Unbowed», donde relata su vida y su lucha. También fue nombrada Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas, utilizando su plataforma para abogar por la acción climática y la sostenibilidad global.

Su tarea ingente,  a pesar de  los fracasos y restricciones por el hecho de ser mujer y la lucha emprendida en diversos frentes la llevaron a que en 2004 recibiera el Premio Nobel de la Paz, siendo la primera mujer africana en recibirlo.

Wangari Maathai falleció  el 25 de septiembre de 2011 pero su legado perdura. El Movimiento del Cinturón Verde continúa su trabajo y su visión de un futuro sostenible y equitativo sigue inspirando a personas y organizaciones en todo el mundo. Su vida es un testimonio del impacto que una sola persona, con determinación y compromiso, puede tener en la transformación de su comunidad y del planeta.

Gloriosa luchadora que batalló de fracaso en fracaso sobreponiéndose al patriarcado ancestral, merece todos nuestros recuerdos. Que sirva como ejemplo y acicate.

María Toca Cañedo©

 

 

 

Sobre Maria Toca 1768 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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