Asistimos con un cierta desolación, no solo al no reconocimiento del victimario o genocidio que supuso la postguerra con la sucesión de represalias que ensangrentaron la península ibérica y siguen con su huella en las numerosas fosas comunes en las que yacen los represaliados, sino que al calor de la “nueva” (que ironía llamar nueva a la casposa derecha de siempre) derecha que reivindica nombres que debiera callar la historia amparados en el silencio de los vencidos y en la vesania de los vencedores .
No se piden represalias, aunque se debería. No se exigen compensaciones al dolor, al expolio de pertenencias y propiedades de insignes republicanos. No se repara el pesar causado que nos lastra a los/as hijas/nietas de los vencidos, porque durante más de ochenta años se ha callado y guardado la tristeza y la humillación, muchas veces, hasta en la propia familia.
Me encuentro, en la tarea que me impuse de conocer historias, con el desconocimiento, o el descubrimiento tardío de represiones y crímenes padecidos hasta el paroxismo. Recuerdo las tristes palabras con que Josefina Mier (hija del Cariñoso) cuando me refería las vivencias con su abuela Amparo, en los tristes días que vagaban sin casa, sin comida, sin nada por los valles del Miera al amparo de las vecinas que las auxiliaban con un plato de comida o un techo cuando el tiempo arreciaba.https://www.lapajareramagazine.com/la-semilla-del-carinoso-del-miera O las humillaciones vividas por la familia Cortezón por la vesania de unos vecinos que se ensañaban con la viuda de un fusilado y sus hijos…https://www.lapajareramagazine.com/tag/eusebio-cortezon
No hay rencor en las familias de los perdedores, lo constato a cada momento. No hay rencor pero sí el justo deseo de reparar el nombre del mártir. De ennoblecer con la verdad la historia truculenta de unos tristes años.
Comprobamos cada poco que el rearme intelectual de esa derecha irredenta y guerracivilista se espolea con las tímidas leyes que pretenden una reparación tardía y silente. No les vale la tardía y cicatera memoria, es tal la mentalidad vencedora que les ofende la reparación de las víctimas. Quizá sea una huida hacia delante, ¿a quién le gusta saber que un antepasado pegó tiros en la nuca a pobres huidos, o delató por una finca o una malquerencia pasada? Quizá, o es posible que el sentido de propiedad de un país, de un territorio y de un ideario no les permita entender la diversidad.
Hemos asistido a una escaramuza pública con el nombre de José María Pemán. En Junio de 2021 la corporación de Cádiz eliminó el busto y el bajo relieve que adornaba la casa natalicia del autor. En 2016 fue denunciada una edil por llamar a Pemán fascista y asesino. La denuncia de la familia fue archivada lo que no excluyó el trastorno que supuso el proceso.
Hemos vuelto a saber de dicho señor ante la defensa numantina que los conspicuos adalides de la “cultura” y defensores del buen nombre del autor han emprendido para reivindicarle. Desde la prensa afín, con los voceros de la caspa patria se alzaron las voces en defensa del escritor José María Pemán, clamando por sus ¿valores literarios? y por su ¿liberalismo político?
Explicaremos en este texto quién fue José María Pemán. Hijo de familia de la alta burguesía andaluza, muestra clara del señoritismo jerezano de jaca y florido lenguaje, mostró desde muy joven talento. Su padre era abogado y diputado conservador y gran defensor del dictador Primo de Rivera, incluso colaboró en la confección de la Constitución pergeñada por el dictador. Se educó en el colegio Oratorio de San Felipe Neri, en Cádiz, en todo momento fue un alumno destacado con notas de sobresalientes y notables. Su contacto con los jesuitas le marcó de forma indeleble forjando un catolicismo militante e integrista. Hace el servicio militar en el cuartel de Artillería de La Bomba, también en Cádiz. Poco después se matricula en la Universidad Central de Madrid, en Derecho, carrera que cursa con éxito, publicando su tesis “Ensayo sobre ideas filosófico jurídicas de la República de Platón” con mención cum laude. Dos años como penalista conforman su vida profesional.
Mientras tanto, se hace socio del Casino gaditano, de club de Tenis, del Ateneo…como buen señorito andaluz de primera se integra en los ambientes aristocráticos que admiraba. Tanto él como su familia admiran a la monarquía por su legendaria trascendencia, adoran las tradiciones con una mirada atrás en la historia gloriosa de una España que posiblemente estuviera solo en sus mentes. Son monárquicos, tradicionalistas, burgueses que aborrecen las formas democráticas y el nuevo liberalismo que se desarrolla en Europa. Cristianos viejos y tradicionales.
La otra España se estaba abriendo paso, con la pujante Generación del 27, la Institución Libre de Enseñanza, la Residencia de Estudiantes que acoge a lo más granado de la intelectualidad con la que el joven andaluz no quiere tener nada que ver, ni ellos con él.
Pemán no puede leer libros censurados por la iglesia, que son casi todos. Don José María huye de los libertinajes de la modernidad que atrapa a los intelectuales que abogan por la liberación de costumbres, por instruir al pueblo, por democratizar las instituciones. Pemán aborrece todo lo que respira modernidad y democracia. Su cultura literaria se ve mermada por el dogma católico por lo que se refugia en la Biblioteca de Autores Españolas de Rivadeneyra (nada menos que 71 volumenes…)
Le influye Menéndez Pelayo y Mauricio Carlavilla. Como buen reaccionario español, bebe en las fuentes ideológicas extranjeras. Entre los ideólogos europeos tuvo gran predicamento Emmanuel Malynski, Édouard Drumont, Jacques Maritain, Pío XI, Pierre Gaxotte, Léon de Poncins, Nikolái Berdiáyev, Charles Maurras y Sir Charles Petrie
Tiene afanes literarios desde muy joven. Sus primeros poemas se los dedica a la Virgen María, convirtiéndose en un celebrado poeta de Juegos Florales, fiestas patronales y loas a santitos y héroes afines. Nada destacable.
En 1922 contrae matrimonio con Carmen Domecq Rivero Núñez de Villavicencio, confirmándose como cónyuge de una jerezana de tronío. Los apellidos de la aristocracia son largos y firmes, como sus costumbres.
Se autopublica los libros que escribe enviándoselos a las altas autoridades del momento. Conoce así al Cardenal Herrera Oria, que al leerle descubre a una pluma necesaria para la carcunda hispana y religiosa. Lo introduce como articulista en el periódico El Debate en cuyas columnas vierte su ideario conservador y tradicional.
En 1924 es elegido presidente del Ateneo gaditano, dando el salto a las alturas sociales y culturales de la ciudad. Durante ese tiempo escribe obras costumbristas: A la rueda rueda, El barrio de Santa Cruz…Todas ellas han quedado rezagadas por su falta de calidad en la memoria de la historia literaria del país.
Su monarquismo palaciego es contumaz derivando conforme se desvanece la dictadura de Primo de Rivera en un fascismo entusiasta. Más tarde hará un viaje revelador a la Italia mussoliniana. Conoce al dictador fascista tornando a España entusiasmado de la visión de la parda república fascista.
La generación del 27 celebra su homenaje a Góngora del que es excluido y del que posiblemente jamás hubiera querido participar y comienza la eclosión cultural más importante de la España del siglo XX. Una España moderna, democrática, en donde la cultura y la inteligencia se hagan populares.
Al llegar la República su ideología se radicaliza –si es posible radicalizarse más- Es miembro de Asociación Católica Nacional de Propagandistas de Cádiz. Poco después su ideología fascista, antiliberal, antidemocrática toma forma en el partido Unión Patriótica. Le debemos el extraño honor de haber inventado las frases de contubernio judeo marxista, para referirse a la izquierda patria. Como más tarde nombrará a la guerra como Cruzada, quedando en los anales de la memoria fascista ese nombre. Sus escritos cada día más ditirámbicos, su pertenencia a la oligarquía gaditana, haciendo pandilla con Ramón de Carranza, Fernandez de la Reguera y afines que son los caciques de la ciudad andaluza.
Recibe honores del exiguo monarca a poco de salir hacia Cartagena. Le nombra gentilhombre de cámara y otros honores por el estilo que son recibidos con placer por el palaciego.
En 1930 cae Primo de Rivera y crea la Unión Monárquica con Ramiro de Maeztu, Calvo Sotelo, Antonio Goicoechera, José Antonio Primo de Rivera, este partido es presidido por su ilustrísima el conde de Guadalhorce.
Los paradigmas de de Pemán son la familia, patria, monarquía, orden, tradición, religión, sufren un colapso al proclamarse la II República, comenzando a conspirar desde el mismo mes de Abril del 31 cuando se proclama. Se une con entusiasmo cauto a la Sanjurjada, consigue salvarse y no ser detenido ni molestado. Siempre supo nadar y guardar bien su ropa.
Estrena en Madrid, en 1932, en pleno auge republicano El Divino Impaciente con enorme éxito lo cual tira por tierra muchas de las críticas a la supuesta falta de cintura democrática de la República. También es su época de mitinero en cafés y ateneos afines. Con verbo florido y ditirámbico embelesa a los fieles. Tiempo después sería compañero e ideólogo de Queipo de Llano, incluso se dice que confeccionaba sus discursos.
El 8 de Diciembre de 1934 se adhiere al Bloque Nacional, escribe contra la monarquía liberal que propugna tímidamente la CEDA, tildándolos de tibios y de desgarradores del ideario tradicionalista.
Fue por un escaso tiempo diputado en Cortes. No destacó en ningún momento en el hemiciclo ni por sus propuestas ni por sus discursos. Él era más orador de cafetines donde se le coreaba sin ambages. Ha fundado la revista Acción Española, con el patrocinio de la aristocracia bajo la advocación de la Cruz de Santiago convertida en auténtico vivero de ideólogos contrarrevolucionarios. La revista se definiría como «partidaria del mando único, de la tradición, de la autoridad, de la organización corporativa y enemiga del parlamentarismo demo-liberal» Puro y genuino fascismo.
Sigue publicando poesía floral también artículos incendiarios en contra de la democracia y de la República, con un discurso cada vez más fanático y fascista.
La muerte de Calvo Sotelo lo conmociona ya que siente por él cercanía amistosa y admiración. Poco después de enterarse del crimen expresa su idea: «España tiene desde ayer un mártir […]. De esto no hay nada que decir. ¡Hay mucho que hacer! ¡Y por Dios y por Santiago que se hará!
En la guerra civil pasea por el frente –lo bastante lejos para que no le rozara ni las balas ni el sudor del combatiente, por supuesto- arengando a las tropas. Nunca luchó en el frente, ni expuso su elegante figura a nada peligroso. Ideólogo, agitador, mitinero y poeta de salón fueron sus logros durante la contienda. Formó parte de la llamada intelectualidad que apoyó al bando franquista, con Agustín de Foxá, Manuel Machado, Luis Felipe Vivanco y Dionisio Ridruejo, todos ellos con más talento pero menos fama que él.
En Burgos, al amparo del dictador, pergeñó lo que sería su gran obra, participó en la estrategia , definición y eliminación de lo que consideraron la «Anti-España». Se empezó por la depuración del personal funcionarial docente. Pemán junto con sus colaboradores pretendió una depuración punitiva y preventiva estableciendo los cimientos del sistema educativo nacional-católico. A la imposición ideológica de los textos se añadió la expansión de un importante negocio editorial de capital católico en su mayoría (Edelvives, Bruño, SM, Edebé, Lumen, Santillana y otros).
Pemán intentó exculpar esa parte de su vida, años más tarde, lo cierto es que la actuación de este equipo (monárquicos del grupo de Acción Española) fue sumamente eficaz: entre 15.000 y 16.000 sancionados, de los que 6.000 maestros fueron separados definitivamente de la enseñanza, 3.000 fueron suspendidos de empleo y sueldo y alrededor de 6.000 perdieron su plaza al ser trasladados forzosamente de su localidad. Se puede estimar que, aproximadamente, un tercio de los catedráticos de Universidad fueron represaliados
Fue en la postguerra donde se mostró su naturaleza. Abogó, desde el principio, por arrancar de raíz la ideología que perdió la guerra, para ello incitó y propulsó la criba, en muchos casos física, de la escuadra de maestros/as republicanas que habían sembrado el país de cultura y saber. No, él no disparó ni juzgó, pero señaló con vigor y extendió con sus palabras la idea de la radical extinción de la inteligencia y de la cultura. En adelante la fe cerrada y tridentina, el vigor patrio, el ideario patriarcal y fascista debieran de guiar a los nuevos gobernantes arrancando la ideología anterior de la Nueva España. A grandes rasgos fueron estas las ideas que sembró en los jerarcas del Régimen, que con su ascendente cundieron totalmente.
Hay un largo poema del que es autor La Bestia y el Ángel, que si dudan de mis palabras pueden leer y les explicará mejor que yo lo anteriormente expuesto. Sobra decir que la Bestia era un acorazado ruso que se enfrenta a un pobre y hambriento soldado español cristiano y fascista, ganando éste en sufrida contienda. Irónica historia que falsea los hechos de una guerra tan desigual, en donde el armamento, la aviación y las vituallas estaban del lado fascista y la pobreza en el lado republicano. El antisemitismo más burdo también se muestra en este poema, con la semblanza de unos “moros” amigos de España (no olvidemos que Franco trajo consigo las tropas moras participes de grandes batallas en su bando…habría que contárselo a los amigos de Vox a ver qué opinan de un Caudillo de España guarecido por moros) Rodrigo Díaz de Vivar fue nombrado por Pemán capitán de Regulares, así era él de chulo haciendo con la historia un refrito al gusto de la época.
Fue uno de los presentes el aciago día 12 de Octubre en el Paranifo de la Universidad de Salamanca cuando la fiera tuerta de Millán Astray fulminó con sus gritos y exabruptos al anciano Unamuno y no fue capaz de dar un paso o tender la mano al viejo profesor insultado y vejado por los falangistas.
Compuso sonetos a José Antonio más para congraciarse con el régimen que por verdadera y sentida loa. No le merecía mucho respeto El Ausente, incluso tuvo un gran rifi rafe cuando lo dijo de forma poco disimulada en un discurso que le acarreo disgusto ya que el hermano del Ausente, Miguel Primo de Rivera le retó a duelo solventándose de forma amigable el tema pero dejándole tocado y avisado de que debía bridar su verbo.
A partir de la victoria se convirtió en el adalid cultural del Régimen, vapuleado por la huida de toda la inteligencia y cultura de un país en el que solo pensar te hacía reo de bala o de larga prisión. Fue el intelectual de Franco, el escritor, el autor teatral, el articulista que adornaba la dictadura.
Si tienen duda de su afecto fascista les insto a que busquen el libro ¡Atención!… ¡Atención!… Arengas y crónicas de guerra, publicado en Cádiz en 1937.que les reflejara mejor que nada la ideología y la categoría humana del escritor.
Como poeta fue malo y no trascendió. Como autor teatral parece que poco o nada ha llegado por ser obras hijas de un tradicionalismo y religiosidad sonrojante. Como articulista parece ser que hacía juegos malabares con el lenguaje pretendiendo decir algo sin decir nada, hacer apologías y nula critica. Dicen que era buen articulista y yo me pregunto si un apologeta puede serlo en una dictadura. Y si un tipo que propulsó crímenes y censuras, que calló ante las mil tropelías de la dictadura puede trascender por sus artificios literarios.
Y ese, queridas lectoras/es es a grandes rasgos en bueno de don José María Pemán, que la derecha representada por los ideólogos del ABC y de la prensa más amarilla del Estado quieren restituir con honores en el panorama literario del país, blanqueando su biografía y dando mérito a su obra cómplice y aplaudidora de una dictadura sangrienta y cruel como pocas.
Dejamos unas pocas joyitas salidas de la pluma envenanda del autor andaluz:
Así gritan, al fondo de la calleja oscura // los bramidos de las fieras, // de mil hombres borrachos de locura // y mil sucias rameras, // en furia de sexo hambriento y sin ternura«
“Una guerra, que por dura que sea, yo os digo que era necesaria y conveniente”.
“La idea de turno político ha sido sustituida para siempre por la idea de exterminio y de expulsión, única válida frente a un enemigo que está haciendo en España un destrozo como jamás en la Historia nos lo causó ninguna nación invasora«.
“Como el enemigo está en casa no puede hablarse propiamente de un frente enemigo que se retira; pues siempre, aun después de derrotado y deshecho queda enemigo conviviendo receloso a nuestro lado, huido en el monte, emboscado en el disimulo. Todo esto exige, tras cada paso ganado, una labor de limpieza de policía, de guarnecimiento de los pueblos, etcétera, que necesariamente distrae fuerzas, siendo necesario que sean tan numerosas las que alcancen para la toma de ciudades tan importantes como las que se esperan»
El historiador Francisco Espinosa, que ha recopilado durante tiempo la historia de José María Pemán, concluye que contribuyó de forma activa a la eliminación física de miles de españoles, provocando con sus arengas, ideario y escritos una verdadera limpieza étnica y genocida. En particular destrozó la vida de miles de maestros, profesores universitarios y docentes en general provocando su exterminio y la consiguiente pobreza intelectual en que se sumió este país después de pasar la larga noche de la dictadura.
María Toca Cañedo
Miembro de AGE
Dejo como complemento el enlace de este blog, que su magnífico artículo nos certifica el artículo:
http://todoslosrostros.blogspot.com/2018/08/peman-desmontando-el-mito-de-figura.html
Interesante artículo. Sabía de Pemán, pero con esta lectura me queda mucho mas claro quien era.
El régimen fascista le propuso durante muchos años en la Academia sueca para el premio Nobel. Nunca fue aceptada dicha propuesta.
Con muy buen sentido por la Academia sueca…un fascista recalcitrante reconvertido en monárquico no tiene cabida en la docta casa.