Chupa y calla

Llevo desde hace días dando vueltas a un artículo que la gran Lidia Falcón escribió en un diario. Se preguntaba ¿qué hemos hecho mal las feministas para no tener ni un ápice del poder de convocatoria que lgtbi tiene en el día del Orgullo? Creó polémica,  porque  como siempre alguien pretende pescar en río revuelto buscando lo que no hay. Lidia reconoce (como todas) que ambos movimientos tienen un adversario común: el patriarcado;  una lucha similar e imbricada hasta hace bien poco, justo hasta que mediaron los úteros de alquiler y los hijos sin madre de personajes de la farándula gay más procelosa. Ahí nos dividimos. Entre quienes creemos que el cuerpo de la mujer , por definición, no puede ser motivo de mercadeo y los que piensan que todo lo que se puede comprar es sujeto del mercado. Tal es la discordia que se llega a  discusiones acaloradas, incluso a callar  opiniones por temor a enemistades…

Siguiendo con el paralelismo de Falcón. El día del Orgullo, solo a Madrid, llegaron un millón y medio de visitantes. Hay celebraciones durante una semana;  en muchas ciudades del mundo se celebra, o fiesta o/y lucha reivindicativa. Muchos lo ven como  algo lúdico de carácter  reivindicativo, otros como una muestra de fuerza. Como sea, lo cierto es que es una unión de millones de personas en torno a la reivindicación de derechos e igualdad.

El movimiento lgtbi en España, tal como lo conocemos, data de principios de los años setenta del pasado siglo. El movimiento feminista tiene historia y personajes encumbrados desde el siglo XVII. Olimpe de Gouges, Mary Wonlstoncraff,  Emmeline Pankhurst,  Susan B. Anthony, Simone de Beauvoir, Virginia Woolf… por nombrar a las más relevantes. Los que seguís #LaPajarera comprobaréis la cantidad de mujeres que han tenido ideario y lucha feminista en la historia. Comparando ambos movimientos entendemos el porqué de la pregunta de Lidia Falcón y de mis dudas. Siendo  heroica la lucha lgtbi, no hay comparación con la trayectoria del recorrido que el feminismo a lo largo de los años ha recorrido. Entonces, ¿por qué una sí y la otra ni fu ni fa?

Por contradictoria que sea la ideología de cualquier integrante del colectivo lgtb, jamás se cuestiona el derecho que les asiste a competir en igualdad dentro de nuestra sociedad. Si a cualquiera lgtbi fuera discriminado/a en su sueldo, en competición deportiva, en derechos, o en cultura colectiva, las alarmas sociales saltarían (con razón) al momento. ¿Por qué no ocurre con las mujeres? ¿Por qué seguimos debatiendo de forma cansina y aburrida los mismos prejuicios de hace cien años? ¿Por qué seguimos tragando con insultos, vilipendios sin montar un sindios ni nuestras reivindicaciones calan en el común de las mujeres?

En estos momentos me llegan por diversos cauces la fotografía de machotes sanfermineros que lucen en sus camisetas un dibujo alegórico a su ideario: un tipo sentado y una tipa de rodillas con la cabeza dirigida a los genitales del tipo. Algunos, menos sutiles en su argumento, llevan una chapa que dice: chupa y calla.

Chupa y calla. Como norma suprema de lo que se nos demanda. Da placer sexual y no me compliques la vida. Dame un útero que yo a cambio te doy dinero y calla porque eres libre de hacerlo, pero si lo haces: calla. Haz las cosas de casa sin quejas ni malos humos, que yo me siento a ver la tele y uno de estos días te saco por ahí. Da gracias que no me lío con una jovencita y te dejo plantada que a ver quién te quiere a ti. Sé guapa y calla. Sé tía buena y no te quejes porque me agobias. No reivindiques porque aburres. Ríete de mis sainetes machistas porque si no pensaré que eres una amargada, malfollada. Calla. Sigue y calla. Con lo que has conseguido puedes darte por contenta, porque mira en África como están. Si te unes, haces lobby,  te sale Marías o Pérez Reverte a criticar y lanzar huestes twiteras y estás más que muerta. Chupa y calla.

Después de darle vueltas al argumentario de Lidia, una idea se abre paso. ¿No será que los lgtb se relacionan con lgtb y nosotras con el adversario? ¿No será causa y medida el amor romántico que aplaca la lucha, que divide y alecciona en contra de la confrontación? ¿No será que el llamado amor romántico anquilosa la ofensiva? Porque de todos es sabido que a nosotras nos aprieta el zapato por una piedrecita grabada a fuego desde la tierna infancia: el amor. Que cine, televisión, música, y demás formas de socializar, atacan ese flanco sin piedad.  Por amor, hacemos mucho. Hasta desangrarnos o disolvernos en una sociedad que produce engendros como los sanfermineros de la foto. La gran manada.

Aquí dejo la duda. Maestras/os tiene la iglesia a las que pido aporten sugerencias porque el tema tiene sombras. Mientras tanto, ya sabes, sanferminera: chupa y calla.

Texto: MariaToca

Sobre Maria Toca 1750 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

5 comentarios

  1. Y no será que, mediante vuestra obscena generalización, estáis alienando a la mitad de la población por llamarles «el enemigo» y culparlos de todos los males?

    Y ya de paso, decir que os falta poder de convocatoria por ser seres amorosos es recurrir a los más básicos estereotipos, esos contra los que en teoría lucháis.

  2. No será que dais por hecho que los hombres o han de ser machistas o feministas y usáis con ellos solo el palo y nunca la zanahoria. Permitid que los hombres que buscan la igualdad se denominen masculinistas y valorarlos en la justa medida. Se pueden tener los mismos derechos y querer ser diferentes. A la mayoría de los hombres les asquea el machismo tanto como a las mujeres, pero no se atreven a identificarse con el feminismo porque lo ven como un ataque hacia ellos, no hacia el machismo imperante.

  3. Maria, menos mal que ha venido 475 a explicarnos qué hacemos mal. Imagínate que tontas que somos, que pedimos que no nos violen en lugar de decirles que nos ayuden a construir un mundo de piruletas, chupi guai, en el que perderán sus privilegios pero oye, que alegría, que es fiesta mayor, que eso en absoluto les puede afectar, porqué los hombres, a diferencia de los otros colectivos privilegiados, ansian ceder sus privilegios. Lo único que nosotras no lo hacemos bien, porqué les exigimos respeto en lugar de darles chupa chups y premios. 475 no piensa que tengamos que chupar y callar, no. Él quiere que hablemos, pero con la polla en la boca mientras reímos y les decimos lo majos que son.

    Mientrastanto, los derechos del colectivo LGTB ya se han conseguido, porqué por todo lo que luchan es por poder casarse, pobres. Que es lo único en lo que sufren opresión. Igual que lxs negrxs, que sólo quieren votar, porqué todo el mundo sabe que cuando un colectivo oprimido vota, se acaban los problemas. Por eso, como la gran mayoría de personas somos de clase baja gobiernan personas que se preocupan de…Oh, wait.

    Ánimo Maria. Me parece muy interesante tu reflexión. Creo que alimentamos los privilegios del colectivo opresor porqué los amamos, los parimos y los criamos.

    Seguimos luchando!

  4. Muy buen artículo María, y excelente argumentación y paciencia hacia varios de los comentarios que se te han lanzado. No te conocía, pero a partir de ahora comenzaré a leerte.

  5. Es fácil saber por qué las feministas no tenéis el mismo poder de convocatoria que el colectivo LGTBI:

    – Las feministas buscais bronca, el colectivo LGTBI busca la paz.
    – Las feministas gritais, el colectivo LGTBI, hace cosas.

    Mientras vosotras seguís ensalzando «victorias» para dar sentido a vuestra cruzada y engañandoos a vosotras mismas el mundo avanza y ha dejado vuestras reivindicaciones fuera de lugar.

    ¿Tan complicado es aceptar una victoria?

    ¿O es que ahora que se ha conseguido lo que se pretendía ya no os sentís importantes?

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