Nos ha madurado, yo diría que nos entra en premenopausia precoz por más parches de THS que le pongan los galenos a los que conviene no enmendarla ni sustituirla. Se nos hizo mayor, presenta arrugas y una precoz osteoporosis que agujerea su osamenta hasta hacerla frágil, quebradiza e insegura. Sirvió, no diré yo que no, ni quitaré méritos a ese papelón que hoy han leído los pares de Borbonia, empezando por la Borbona heredera, que ya son ganas de dar alas a la chiquilla porque lo más probable es que no cumpla sus sueños y se quede en ex princesa destronada. O eso queremos muchas. En su momento pudo ser, y de hecho fue, exponente de un barniz, que se nos hizo creer reconciliatorio y se quedó en purpurina leve que restauró la cara de una autocracia reformada, que es lo que fue nuestra gloriosa Transición.
No se tocaron los estamentos importantes. El ejercito sigue con olor a naftalina corrupta y altanera (buen palo recibe de parte del nuestro querido entrevistado, Teniente Segura)https://www.lapajareramagazine.com/corrupcion-en-el-ejercito-espanol-entrevista-a-luis-gonzalez-segura El dinero en las mismas manos expoliadoras y cómplices con la dictadura que se reconvirtió al liberalismo económico sin pasar por el liberalismo social. Del poder político que les diré que ustedes no sepan. Mismos perros con distintos collares. Mismos desfalcos con diferentes caras, intercambiables como los cromos de los niños. Como muestra nos puede servir las conversaciones de esa aprendiza de Tartufa
venida a menos, mentirosa como pocas, falsa y estulta como muchas mostrando unas dotes de bellaquería que hasta a las más curtidas nos deja sin habla. La genuina María Dolores de Cospedal. Miren que es difícil sorprenderse en este país, rico en malvados políticos, que suplen su mediocridad con prácticas que avergonzarían a los Borgia. Hoy, precisamente hoy, cuando la abyección de una tipa que pacta con lo más nauseabundo de las cloacas del Estado para salvar su culo y el de su partido, celebramos el marco magno constitucional.
Y no. No podemos celebrar una carta que fue útil, quizá, para salir de puntillas de una dictadura, pero no tocó estamento alguno de la misma y sirvió de plataforma perfecta para el blanqueamiento dental de muchas piezas careadas e inservibles. Hoy ya no es de recibo muchos de los artículos que en ella residen. Debiéramos reformarla en breve porque es como un edificio viejo, mal construido, para salir del paso que se resquebraja y al que le suenan las tuberías.
Mientras escuchábamos a Cospedal recitar una letanía de infamias al Garganta Profunda del régime del 78, veíamos a la pobre niña Leonorcita, recitar un artículo de la Constitución mirando a cámara con seguridad ficticia porque es muy probable que Leonorcita esté gastando su niñez y juventud en aras de una encomienda que no cumplirá. No será reina. Quizá esa aseveración es deseo más que premonición, pero algo me dice que puede ser ambas cosas.
Y doña Finiquito chapoteando entre la basura. Feliz espectáculo. Feliz cumpleaños querida mía, hora es de hacerse un arreglito y restaurarse un poco.
María Toca
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