-Cuando te asalta demasiado a menudo el recuerdo de algo que empezó bien.
-Cuando rogándote que no te lo tomes como algo personal, alguien te pide amablemente que abandones su sueño.
-Cuando te das cuenta que “Pero” ha ocupado todo el espacio vital reservado a “Vale”
-Cuando te preguntas porque te empeñaste entonces en sujetar las palabras que hoy pierdes en cada esquina.
-Cuando bajas la cabeza cada vez que alguien intenta fotografiarte el alma.
-Cuando te quedas solo en el andén y tu mundo se va empequeñeciendo a lo lejos.
-Cuando te extrañas de una risa diferente respondiéndote desde el asiento de al lado.
-Cuando se te ocurre dejar de usar el horizonte como un espejo.
-Cuando el maestro elemental termina metido en una relación compleja.
-Cuando vuelves a tener ganas de asomarte a la ventana de una casa que ya no existe.
-Cuando solo quieres hacer castillos con arena de un reloj.
-Cuando llaman a esa puerta y definitivamente no eres tú.
-Cuando buscas a tientas el interruptor de la oscuridad.
Texto: Jean Boucicaut
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