Lento, como crecen las flores en invierno,
al socaire de viento y tempestades
que se abaten, cual furias desatadas
entre el mar y la solana, de esta parte.
Despacio, contemplando paisajes
y dando tiempo a la costumbre…
no como antes, cuando la prisa
era norma y el viento me trasladaba,
ufana, a cualquier parte.
En sordina, escuchando la música
del viento y dejando que las gotas
de lluvia campen en mi sitio,
haciendo cortina con ellas
y besando la brisa con mis labios.
Quisiera dedicar el resto de mi vida
a eso, tan sencillo y quizá por ello,
poco visto. Lo juro, a partir de ahora
caminaré de tu mano y bien despacio.
María Toca
Santander 15-09-2019. 14,34
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