En uno de los números de 2012 de“Le Cahier du Poher”, revista publicada por le Centre Généalogique et Historique du Poher (Carhaix-Plouguer), encontramos el relato de M.ª Magdalena Reina, una donostiarra que con 12 años debe dejar su casa al producirse el levantamiento militar (Gipuzkoa queda bajo el control de los sublevados) para irse a Santander, donde vive una tía. Ante la inminente caída de Cantabria debe partir a un exilio que compartió con cientos de miles de españoles, entre ellos con nuestra protagonista, a las que unió la travesía desde Santander a la Bretaña francesa, en una alianza que perduró mientras vivieron.
Nació Julia, según los datos de la familia, como Julia Alberta Juliana el lunes 7 de enero de 1907, en Bilbao. Lugar y fecha coinciden con el Padrón Municipal de Laredo de 1935, donde aparece como Julia a secas, pero el Registro de Bilbao no lo ha podido confirmar, bien por no coincidir la fecha, bien por no haber nacido exactamente en Bilbao, sino en alguna localidad cercana.
Julia queda huérfana de padre y madre, quizá a consecuencia de una epidemia de la época, a los ocho años y pasa a depender, ahora sí, por la Junta de Expósitos de Bilbao, que se la entrega en acogimiento al matrimonio burgalés formado por Pedro Pérez Pérez, Carabinero con destino en aquella capital, y su mujer María Pérez López. En mayo de 1931, un mes después de haberse proclamado la República y sin que hayan comenzado las reformas legislativas para dar derechos a las mujeres, Julia deber pedir a esa Junta permiso para contraer matrimonio con Gonzalo Salviejo, que se le concede “al presentar certificación de buena conducta”.
Cuando Julia cuenta con doce años, la familia se traslada a Laredo, tras la más que posible jubilación de su padre. Asiste a la escuela municipal, entonces situada en el Convento de las Madres Trinitarias, donde su padre encontrará trabajo cuidando las huertas y los jardines de la comunidad de religiosas, para complementar su escasa paga de jubilación.
En 1931 contrae matrimonio con Gonzalo Salviejo Marsella, laredano que, tras regresar de una etapa en Cuba, ha establecido un comercio de venta por representación de joyas,
Autorización de la Junta de Expósitos, para contraer matrimonio |
relojes, armas de caza, aparatos de radio, máquinas de escribir y -en exclusiva- las máquinas de coser Alfa, producidas por una Cooperativa de Éibar (Gipuzkoa) fundada en 1920 a iniciativa de la UGT.
Establecen su domicilio en el de su marido, en la Plaza de la Constitución número 16, frente al comercio que él posee y tienen 4 hijos, el menor nacido en mayo de 1936, tres meses antes de producirse el golpe de estado fascista.
Julia contribuye a la economía familiar cosiendo a máquina, recibiendo encargos, entre ellos sobre todo colchones para rellenarlos de lana, por lo que era conocida en Laredo como Julia, “La Colchonera”.
Tras las elecciones de Febrero de 1936, que gana el Frente Popular, su marido llega al ayuntamiento representando al partido socialista y siendo elegido alcalde, cargo que ostenta hasta que tras el levantamiento militar y la declaración de guerra por los golpistas. El Frente Popular hace decaer los ayuntamientos, sustituyéndolos por Consejos Municipales, constituidos por representantes de los partidos y sindicatos leales a la legalidad vigente, designados por aquellos y nombrados por el gobernador civil. Gonzalo lo es por el partido socialista. Esta vez es elegido alcalde el también socialista Toso Gutiérrez, mientras que Gonzalo preside la Comisión de Comercio junto a Baranda, también socialista.
En Julio de 1937, ante el avance de las tropas sublevadas desde Bizkaia, su marido propone la marcha de su familia a Francia y el grupo familiar compuesto por Julia, sus cuatro hijos, además de sus padres, emprenden, vía Santander, la huida hacia Francia.
El relato de María Magdalena, la Donostiarra, describe con memoria fotográfica el trayecto en barco y el acogimiento en Francia: “el 14 de julio de 1937, relata, dejando a mi padre en los muelles, embarcamos en un carguero inglés. Nos hicieron descender a las bodegas sombrías e insalubres. ¿Cuánto ha durado la travesía, no se decir… dos días? tres días? No tenía noción del tiempo. Íbamos sentados sobre la tierra del fondo de la bodega, como animales.
Es ahí donde nació una amistad inquebrantable entre mi madre y otra mujer joven, Julia Salviejo, quien huyó en compañía de sus padres y sus cuatro hijos, de entre cinco años la mayor y el menor de apenas uno. En todas las etapas de su viaje, mi madre y Julia siempre lograban no separarse y así llegar juntas a Callac. ¿Podían imaginar que vivirían allí hasta que murieran? ¿Cómo surgió esta amistad? Mamá se había apiadado de esta joven que le parecía aún más digna de compasión que ella misma y habían compartido los pocos terrones de azúcar que mi padre nos había dado antes de irnos. Era poco pero, para ambas, era mucho.”
Llegan a Saint-Nazaire, Región de los Países del Loira, Bretaña Francesa y trasladados al norte de esta zona, a Saint-Brieuc, del Departamento de Costas de Armor, donde son retenidos en lo que parece una cuarentena en el Campo de Gouédic. En una localidad cercana, Callac, son acogidos temporalmente en distintos domicilios, en una caótica campaña promovida y subvencionada por el Ayuntamiento, en las que las familias son divididas entre varios domicilios; también la familia Salviejo Martínez, que llega a esta localidad el 28 de agosto de 1937. Finalizados los fondos para acogidas, deben dejar sus alojamientos, comenzando una acogida real por los vecinos más comprometidos, organizados en torno a los partidos más comprometidos de la izquierda de Francia.
El marido, Gonzalo Salviejo, que ha permanecido en Laredo hasta las vísperas de la entrada de los fascistas a finales de agosto, sale con parte del resto de la corporación y decenas de laredanos al llegar a Francia son enviados a la zona republicana de Cataluña, donde Gonzalo con un nutrido grupo de paisanos relacionados con los movimientos anarquistas son acogidos en la localidad tarraconense de Santa Coloma de Queralt (Segarra de Gaia, durante la II República), donde los anarquistas locales han organizado la acogida en una Casa Palacio, denominada “El Castell”, donde permanecen hasta la caída de Cataluña, pasando de nuevo la frontera en febrero de 1938. Gonzalo es retenido en el campo de refugiados de Argelès-sur-Mer, para ser trasladado posteriormente al de Bram, departamento del Aude.
La familia Salviejo Martínez tras el reagrupamiento familiar en 1939.
Falta la madre de Julia, fallecida el año anterior. La mujer de la izquierda está sin identificar
La familia había sido acogida al completo por TrémeurBurlot, secretario adjunto de la sección socialista del cantón de Callac y Adjunto a la alcaldía de Callac que tras conocer Julia la situación de su marido, a finales de febrero de 1939 escribe al dirigente socialista francés Léon Blum solicitando sus gestiones para la liberación de Gonzalo Salviejo, con el objeto de lograr el reagrupamiento lo que sucede en menos de un mes, pero Gonzalo sale tremendamente marcado por su tránsito por aquellos campos, no logrando recuperarse del trauma padecido.
La familia depende ahora de las iniciativas de Julia, que saca adelante a su familia trabajando en su antiguo oficio de costurera.
Julia y sus familiares colaboran, además, con organizaciones antifascistas, como Solidaridad Española, la Unión de Mujeres Españolas (U.M.J.) y la Unión de Jóvenes Republicanos Franceses (U.J.R.F.). Es destacada su actividad en la recaudación de fondos para otros acogidos.
Diversos Carnets de Adheridos a Asociaciones Antfascistas
Desde 1956, Julia veraneaba en Laredo, con algunos de sus hijos. Logró que su marido viniera en dos ocasiones, la última el año de su fallecimiento, ocurrido en 1962 y su hijo menor, Vicente, no regresó nunca, por miedo a que le obligaran a cumplir el servicio militar. Su último viaje fue en 2002
A la izquierda, con una amiga, su ultimo verano en Laredo
Falleció el 22 de Noviembre de 2003 en Callac.
José Pajares y Archivo Memoria Colectiva
- Testimonio de familiares (nietas y nieto político)
- Cahier du Poher (revuepubliée par le Centre Généalogique et Historique du Poher): “De San Sebastian à Callac – Itinéraired’uneréfugiéeespagnole”. Relato de la exiliada donostiarra Madeleine Auffret, compañera de itinerario desde la salida en barco desde Santander y amiga de Julia Martínez Bollada
- Padrón Municipal 1935 de Laredo del Archivo Municipal
Un muy buen trabajo, Pajares.