Al despuntar el nuevo día, sale la luna engalanada,
Antes de que rompa el alba naciente, se pone el sol al este, los días de equinoccios otoñales.
Con olor a bebé, el anciano despierta a la vida.
El recién nacido mece con ternura a su madre apenada.
La rana de ojos anaranjados bala en la cima del ciprés solitario.
El cerezo japonés echa sus raíces en el cielo, balancea su copa a ras de suelo.
El tigre de bengala llora, desconsolado, entre los juncos áureos del estanque.
En el patio, a la hora del recreo, hombres y mujeres juegan a piedra papel y tijera.
Las niñas colocan orejas de burro a sus maestros desobedientes.
Hambriento, el ratón devora a los gatos medrosos.
Con números dígitos, el poeta inspirado compone sus rimas consonantes.
Por los cielos estrellados, las locomotoras rondan los luceros de la tarde.
Por los Campos Elíseos, los transeúntes apresurados caminan de manos.
Los payasos sollozan, los malabaristas doman las fieras salvajes, los trapecistas escupen fuego.
Dime qué sueño al revés se te antoja cada mañana y te diré quién eres.
(1)vesre, verse o verre (“revés” al revés) es el mecanismo de formación de palabras que consiste en la metátesis de las sílabas de una palabra. Fenómeno sobre todo rioplatense, utilizado y popularizado por los tangueros a principios del siglo XX. Troesma: maestro, llocaba:caballo, tamami:mamita, gotán:tango…
Texto: Dominique Gaviard
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