Leyendo las últimas noticias sobre la retirada de la Fiscalía de la acusación sobre el padre Román, saltan a los ojos unas palabras donde se encuentra, a mi entender, la clave de esa indulgencia imprevista. No se entiende el viraje, si no ha cambiado nada de las pruebas aportadas; los testigos se mantienen firmes en sus declaraciones, salvo imprecisiones como que el pene del principal acusado no estuviera circuncidado y Daniel (víctima) dijera que sí, o determinadas características del color y lunares del famoso y santo órgano. Dudas más que frágiles, como ha llegado a afirmar el juez. El criterio de que si no hubo penetración no hubo delito, nos espanta sobre manera, como argumento legal. Nada ha cambiado sustancialmente en el juicio, solo cambia la Fiscalía.
En la negación del Parlamento español a debatir la ley de Eutanasia presentada por las Mareas y UP, ocurre algo similar. Las bases de todos los partidos del arco parlamentario, muestran una aceptación mayoritaria a legislar para hacer el tránsito entre la vida y la muerte llevadero, sin sufrimiento y ensañamiento gratuito ¿Qué pasa si la gente acepta algo que desecha el Parlamento? ¿Qué pasa para que la Fiscalía cambie de pronto las acusaciones sobre los Romanones? Ambos casos tienen un denominador común: la genuina, la sin par Obra. Los Romanones tienen una imbricación sutil con el Opus. Y En todos los hospitales de España, los Comités de Ética están en manos del Opus. Lo que comenzó zumbándome en el oído como una conspiranoia va tomando cuerpo a tenor de informaciones recibidas, creciendo como realidad más que tangible.
La Obra, considera “pecadillos” de la carne a los abusos, es nexo común en ambos casos. Sobre la Eutanasia opinan que el sufrimiento sublima y ya que Cristo murió en la cruz, nosotros podemos hacerlo rabiando. Esa Obra cuya mira superior está en ampliar el Reino de Dios, para triunfo de su Santo Ideario. Esa Obra, que tiene como santo y “Padre” al Monseñor que decía a sus fieles: “esto vir”*, embarrando sus palabras con la más viscosa tergiversación de la espiritualidad, cazurrismo y una enorme ola de fanatismo. No es extraño que estos hijos, un poco descarriados del Padre, a fuerza de ser tan “vir” pequen. Pero no mucho, no hay que dramatizar, que son “pecadillos” de gente piadosa, que lucha y sufre escarnio por el engrandecimiento de la Obra del Reino de Dios.
Para ellos, lo importante, lo importante de verdad, es trabajar en pos del engrandecimiento de ese Reino. Atar bien firmes las manos poderosas, las del dinero, para engrandecer al rebaño que va en dirección a los Cielos. Eso es lo que importa. Si en el camino alguien sufre un poco, no pasa nada: “esto vir”*Haz fuerte tu voluntad sometiéndote al jefe, porque El no se equivoca. Dobla tu individualidad para llegar a ser una arcilla moldeada por el “Señor” y siempre, siempre: «esto vir»*
Esto es la Obra del Señor, y los “pecadillos” se resuelven en familia, como siempre se hizo. “Camino” es tu senda, joven. El pecado está al acecho, entre las redes de esa permisividad democrática, de esos discursos igualitarios que asesinan la fuerza de la autoridad.
Son los viejos tentáculos de la Obra. La viscosidad de esa marea negra de pura mierda fanática y poderosa, se extendió en los años sesenta del pasado siglo, llegó a todos los estamentos: banca, gobierno, partidos políticos, judicatura, prensa, empresas importantes. Ellos quieren el poder para, si llega el momento, tener todo bien atado y tensar las bridas a fin de que triunfe el Reino de Dios y su santa Obra.
Leamos entre líneas, veremos como la Obra protege a los suyos. Como hace malabares para salvar su ideario. Frente a la ley y el sentido común.
No lo duden, cuando no entiendan algo de la moral, busquen, verán como encuentra algo que huele a Obra…Sea la ley de Eutanasia, sea la indulgencia contra los abusos a menores. Busquen, la Obra anda cerca. Y del dinero, más.
*esto vir: se hombre
Texto: #MariaToca
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