El maestro que mataron dos veces.

 

 

“El maestro dice que iremos a bañarnos, yo digo que no voy a ir porque tengo miedo que me voy a ahogar”, escribía la alumna Lucía Carranza al respecto de la promesa. “El mar será muy grande. Yo no lo sé porque no he estado allá. También será muy ancho y tampoco sé si es ancho o no lo es”, dudaba Natividad Hernáez. “En el mar habrá más agua que toda la tierra que yo he visto. El agua estará muy caliente. En las orillas debe ser piedra, porque si no se lo tenía que llevar”,

Escrito en los  cuadernos de los alumnos de Antoni Beanives

Si algo singular distingue al fascismo es el odio, el enconado odio que sienten hacia la cultura, el conocimiento. Saben mejor que nadie que la democracia, la libertad, los derechos individuales expiran en el momento que la cultura es asfixiada. La cultura -cualquier clase de cultura- el arte -cualquier arte- expande la mente, activa el metabolismo neuronal ayudando al ser humano a pensar, a discernir,  por tanto a diferenciar y a decidir. Por eso ahogan cualquier forma de cultura de esa forma es más sencillo sembrar su odio, sus no/ideas simples y absurdas.

Pocos colectivos sufrieron más el terror en la postguerra como el de maestros/as de nuestros país. Creo que no hay ninguna cuneta en España que no contenga a un maestro. Fueron aniquilados en el momento  en que entraban. Fueron los primeros en caer, a los primeros que los matones falangistas iban a buscar, incluso antes que al guerrillero, que al politizado. Matad al maestro/a era la consigna grabada en las perversas mentes de la reacción.https://www.eldiario.es/sociedad/bibliocausto-espanol-quema-libros-franquismo-durante-guerra-posguerra_1_6430284.html Bien sabían que durante la República se formaron ejércitos de maestros/as que  marcharon hacia cualquier recóndito rincón de un país con analfabetismo endémico, donde los señoritos y los curas se encargaban de mantener aislado al pueblo de cualquier forma de cultura.  Nadie niega el valor de las misiones pedagógicas que la República envió  a formar a los niñas/os y también a los adultos que asistían, primero con cautela, luego con entusiasmo, a las clases de alfabetización.

Contaba hace poco Eugenio Silva, memorialista, que en una de las entrevista que hizo  a gente  que vivió la guerra, hablando con un anciano de 88 años, su hija  salió sigilosamente del salón donde se encontraban, dirigiéndose a la habitación del padre, al volver portaba un retrato que enseñó a Silva. Eran cuatro fotos descoloridas recogidas en un cuadro que su padre tenía en la mesita de noche. Se trataba de los retratos de sus cuatro maestros, quienes le enseñaron a leer, a escribir, la  historia de esta España que hiere cada poco, los ríos, los mares, le  contaron poesías, cuentos, en fin, le abrieron  la mente  durante los escasos años republicanos. El anciano había vivido toda su vida guardando el sagrado agradecimiento hacia los que le enseñaron a ser libre, a ser una persona pensante. Y dormía contemplado sus rostros.

Los dictadores, saben perfectamente que si sacas la cultura de las aulas, censuras bibliotecas y museos, puedes sembrar cualquier semilla porque la mente infantil es tierra bien fértil. Lo sabían las huestes que dieron el golpe fascista provocando una guerra y lo pusieron en práctica. Hoy, aun convalecemos del desfalco.

En estos días nos han llegado goteos de la misma censura que, las que tenemos años, recordamos. Cuando yo era niña había libros que no podía leer, autores prohibidos, otros señalados como peligrosos, Carmen de Burgos, Consuelo Berges, Elena Fortún, Matilde de la Torre, Matilde Zapata, Unamuno (sí, Unamuno era un autor muy castigado, doy fe) Machado, Lorca, Alberti, Hernández… y muchos otros que tuvieron que marchar de su tierra, publicar fuera porque aquí se les borró. Los primeros libros que saltaron por las ventanas del Ateneo santanderino en los albores de aquel  agosto negro de 1937 fueron los Episodios Nacionales, de Pérez Galdós, diluyéndose en la pira funeraria encendida por los “valientes” criminales falangistas que, imagino, ni sabían qué quemaban  ni a quién quemaban. Luego llegarían los fusilamientos en masa, la quema de más libros y la aniquilación de maestros y enseñanza libre.

Uno de esos maestros era Antoni Benaiges, nacido en Mont-Roig del Camp, Tarragona, campesino mucho ante de que en 1928 pudiera cumplir su sueño de estudiar en la Escuela  Normal de Barcelona  haciéndose maestro para ser uno de esos  peregrinos de la cultura. Además de estudiar la carrera, se había empapado de las enseñanzas de María Montessori, Ferrer i Guardia y sobre todo de Cèlestine Freinet, y sus novedades en la forma de hacer llegar los conocimientos a las mentes infantiles. Le destinaron a Bañuelo de Bureba, un pueblecito de Burgos de 200 habitantes, 58 casas y 32 niños. Llegó a una escuela destartalada y a un pueblo olvidado, con su carga de modernidad, un fonógrafo para que se escuchara  música, para que niños/as y grandes pudieran bailar, una pequeña imprenta además de  todo su empeño en enseñar a soñar a la gente. Pintó el aula que rezumaba olvido, sacó el crucifijo porque pensaba que  hay cosas que tienen su sitio en  las iglesias y que para templo y simbología religiosa llegaba con los libros.

El cura lo miró mal, como pueden imaginar, porque a los curas nunca les gustó la competencia. Ellos tienen el patrimonio del pensar, de la moral y de la vida. No importó, porque a Antoni Benaiges el pueblo lo quería y los niños más.

Durante el curso de 1936 hizo una promesa a sus alumnos/as.  Verían el mar. Él los iba a llevar a conocer la inmensa planicie verdiazul del mar para que explayaran los ojos con los contornos marinos. Y los niños lo contaron en sus cuadernos del cole. Con mala ortografía, con una composición infantil que nos produce ternura, pero lo contaron.

Llegó el verano, Antoni no marchó de vacaciones a su tierra, Tarragona, como hubiera sido lógico porque había hecho una promesa a sus niños y había que cumplirla. La excursión marítima estaba programada para el día 19 de julio. De 1936. Lo que ocurrió el día anterior nos ha dejado marca indeleble a millones de españolas/es y creo que durará mucho aún. Los falangistas entraron en el pueblito calmo de Bañuelo de Bureba  y su primera visita fue, como no, a  la casa del maestro que el cura y las fuerzas vivas habían señalado como peligroso porque enseñó a leer, a bailar, a escribir y a pensar a la gente y ahora pretendía que conocieran el mar.

Le arrastraron a un  lugar siniestro donde le arrancaron los dientes, le apalearon con saña y luego, desnudo le pasearon por el pueblo en un coche descapotable. Poco después, de madrugada, los tiros se llevaron la vida de Antoni Benaiges y de  más gente. Los niños se quedaron sin ver el mar, algunos vecinos escondieron los pequeños recuerdos que guardaban del maestro. Hoy, las pertenencias conservadas caben en una caja de cartón. Poco tenía.

En 2010, durante una exhumación de la  fosa La Pedraja salió el cadáver de Benaives junto a otros seiscientos que yacían olvidados.

Esta historia ha sido investigada por el documentalista Sergi Bernal al descubrir por casualidad  uno de los cuadernos que alguno de aquellos niños guardaba, luego  el relato terrible, fue   llevado a un documental, El Retratista, y teatralizado.

Hace unos días, una compañía de teatro debidamente contratada por la anterior corporación municipal pensaba llevar la obra de teatro donde se cuenta la historia de aquellos  niños que se quedaron sin ver el mar. Y de Antoni Benaiges. Con mucho cuidado, sin politizar porque ya se sabe… Ha dado igual, la nueva corporación municipal formada por ese dúo de siameses* que conforman el PP y Vox, decidieron que no, que no se podía contar la historia de los niños sin mar. Ni de Antoni. Cancelaron la representación con solo tres semanas de antelación, entradas compradas, ensayos y demás encomiendas.

En Getafe, se ha prohibido representar la obra de Lope de Vega, La villana de Getafe, porque según los siameses PP y Vox, es una obra perversa porque hace insinuaciones sexuales. De Lope de Vega, adalid del Siglo de Oro español.

La concejalía de Cultura de Valdemorillo, prohíbe la representación de la obra de Virginia Woolf, Orlando porque creen que glorifica la reasignación de género.

En mi tierra, municipio de Santa Cruz de Bezana,  se ha prohibido la película Lightyear, porque  dos mujeres se besan. Un pico de dos mujeres. Censurada por los siameses.

Sara Álvarez, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Gijón,  de Vox (nombrada por su siamesa PP)  confirma que no contratarán ninguna obra que potencie el habla asturianos. Sí…porque son muy de tradiciones y de arraigos populares pero solo de toros y caza. El resto es cosa de rojos peligrosos. El bable, también.

El 15 de julio el alcalde José Solas, de Palma (otra vez del PP) anula la obra Nua por considerarla inadecuada para  los nuevos parámetros políticos que piensan instaurar.

No sé a ustedes, pero yo tengo la total seguridad que si a esos siameses los acompañaran  tropas armadas, tuvieran el poder del estado, Antoni Benaiges volvía a ser asesinado en una tapia al amanecer. Porque si algo nos enseña la historia es que si les dejamos entrar en la patria, se la quedan y nos aniquilan a los/as que disentimos de sus criminales ideas. Ya lo dijeron unos milicos no hace tanto, “hay que matar a veintidós millones de españoles” Algunos respondieron que era su gente y que había que dejarlos en paz. Los dejamos en paz, nadie les dijo nada ni reprimió. Ahora los tenemos llamando a la puerta.

Las pistolas matan, pero siempre son empuñadas o dirigidas por las personas y a estas les guían ideas. Las ideas son las que asesinan y los hermanos siameses tienen las mismas ideas de quienes llenaron las fosas de España de maestros que solo querían que sus niñas soñaran y vieran el mar.

María Toca Cañedo©

 

*Los llamo dúo de siameses porque puede que piensen algo diferente, o que tengan un corazón más o menos expandido, pero ambos salen del tronco común: los herederos que aquellos que asesinaron a la cultura.

Sobre Maria Toca 1673 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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