Soy coleccionista de los sellos que desde hace un tiempo emite Correos homenajeando a personas de valor, sobre manera a mujeres*. Salen de forma mensual y suelo pasar a recoger las novedades. Una cara y nombre desconocido espolearon mi curiosidad, por lo que investigando me pude encontrar con una extraordinaria y desconocida mujer.
Nacida, en Serchs, el veinte de noviembre de 1882, con el nombre de Montserrat Casals Bagué, que luego cambiaría por el de Elena Jordi. Su padre era un emprendedor con suerte. Bonaventura Casals, pasó de trabajar como capataz a ser empresario de minas y hornos de cemento en Serchs. En 1900 la familia vive en Berga, está formada por una hermana mayor, y Tina, la menor de la familia con la que siempre estuvo muy unida. La madre, María Bagué, junto con sus hijas, mantienen una actividad cultural y social, prominente. Montserrat, en 1901 contrae matrimonio con el veterinario Josep Capellera Casals, a los nueve días nace su primera hija. En 1903 nace una segunda niña, lo que no impide que al año siguiente el matrimonio se disuelva.
En 1905 se produce la muerte del padre, motivo por el que la madre de Montserrat, junto con Tina la hermana menor, y las dos pequeñas nacidas del matrimonio de Montserrat, deciden trasladarse a Barcelona regentando un estanco, situado en la esquina de la calle Boquería con Rauric.
Este traslado fue la decisión que cambiaría la vida de Montserrat, ya que en el estanco se forma una tertulia de personas relacionadas con el arte, periodistas, y gente de la cultura. Uno de los asiduos es el escenógrafo Soler i Rovira y también, Alexandre Soler Maryé que la convencen para introducirse en el ámbito teatral. Alexandre, se hizo íntimo amigo y en momentos, compañero sentimental, es quien la apadrina en la aventura. Entre 1908 y 1914 Elena Jordi (justo entonces cambia el nombre) participa con papeles sencillos, sin texto. Al llegar el año 1909 le proponen realizar una colaboración en el teatro íntimo de Adriá Gual, donde la actriz principal es una jovencita de gran talento, llamada Margarita Xirgú. Poco después, la Xirgú marcha al teatro Principal para realizar elegantes voldeviles llevándose con ella a Elena Jordi, que recibe críticas, al principio, positivas sobre su elegancia y belleza para poco a poco ser considerada una gran actriz, cosa de mérito porque participa en escena con la gran dama del teatro, Margarita Xirgú.
También actuó en la compañía de Enric Borràs y en la de Josep Santpere (1910-1914). Después de participar en obras como La educación del príncipe; de Maurice Donnay; Llevan nada de pago?, de Hennequin y Veber o Zazà, de Berton y Charles,
La censura le da problemas a Elena Jordi ya que en alguna ocasión ha realizado escenas desnuda, provocando un estrepitoso escandalo en la Ciudad Condal. Su fama y talento son ya imparables, lo que conduce a que en 1914 forme compañía propia, la Compañía Catalana de Vodevil Elena Jordi. Siempre se mantuvo en el espacio vodevilesco, manteniendo obras de gran categoría y elegancia, apreciadas por el público como las obras, Salomé, de Oscar Wilde (que ya había estrenado Xirgu); Cuídate de Amèlia, de Georges Feydeau; La lepra, de Santiago Rusiñol, y La mujer desnuda, de Henry Bataille, obra que catapultó a Elena Jordi a la fama siendo su talento incontestable. El prestigio de su compañía fue imparable con obras como La Presidenta, de Hennequin; Faltan cinco minutos, de Paul Gavault y Georges Berr; La Baberos se nos ha casado, y Las hijas de Venus, de Maurice Donnay. Además, Jordi estrenó vodevils que Santiago Rusiñol escribió con el pseudónimo Jordi de Peracamps: El señor Josep falta a la mujer y La mujer del señor Josep falta al hombre, así como El pobre viudo y El triunfo de la carne.
En 1916 el cine tiene ya prestigio y espectadores, Barcelona se ha convertido en una meca importante de este arte a nivel europeo, Elena Jordi, atenta a las nuevas formas de interpretar, se interesa por el cine y junto a su hermana Tina, realizan papeles en películas rodadas en los estudios Studio Films. No contenta con ello, en 1918 la inquietud y el emprendimiento la llevan a realizar tareas de producción y dirección de cine. Rodará la película muda Thais, convirtiéndose en la primera mujer española directora de cine. La pena es que la cinta se ha perdido, ni tan siquiera en el Ministerio de Cultura se ha podido localizar ninguna copia de la película.
Elena Jordi ha conseguido una fortuna considerable con su trabajo, tanto es así que en 1918 adquiere un solar en la vía Layetana, con la idea de fundar un teatro. Poco después muere su amigo y compañero Alexadre Soler. Durante los años siguientes sigue actuando tanto en cine como en teatro, llegando en 1929 a realizar una exitosa obra en el Teatro Goya de Madrid.
Pasado ese tiempo, apenas hay trabajos realizados por Elena Jordi, incluso lo que iba a ser su Teatro Elena Jordi, pasa a llamarse Pathé Palace, cambiándose de nombre en 1940, pasando a ser el Palacio del Cine. Poco se sabe de ella a partir de 1929, desaparece de la escena y de la vida pública, hasta que el cinco de diciembre de 1945, muere en Barcelona, totalmente olvidada.
La entierran en el Cementerio de Les Corts, en una tumba desconocida hasta hace poco que se consiguió poner una lápida en el lugar. Ha sido la investigadora María de la Concepción Martínez Tejedor en su obra «Directoras. Pioneras del cine español. De los años veinte a los años sesenta» la que recopiló datos de la vida de esta olvidada mujer.
Consideramos que ser la primera mujer directora de cine en España, además de haber tenido una exitosa vida en los escenarios y en el cine mudo, es suficiente mérito para dar a conocer a la singular Elena Jordi.
María Toca Cañedo©
https://www.youtube.com/watch?v=R6arq5k-bzw
https://www.youtube.com/watch?v=3MRLro1Hh50
*Agradecemos al servicio de Correos por reivindicar a personas, sobre todo mujeres, notables que permanecen en el olvido.
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