Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrar me los
me queda la palabra
En En el principio de Blas de Otero
Y hoy heme aquí.
Heme aquí a mis 75 años a punto de cumplir,
doliente, cansado y agostado,
en esta tierra enferma de cristianos viejos
que es España,
conviviendo a tientas entre el cisco
en un redil completamente
convertido en establo desbordado
por la mierda.
Ciudadano de un reino al que la trilogía,
de la libertad, igualdad y fraternidad,
le fue robada
por un golpista venerado bajo palio
que dejo el país atado,
primero desde la cama,
y posteriormente por la acólita sumisión
de los auto proclamados padres de la patria,
controlados de cerca por un ejército caínita
y el beneplácito de la iglesia y la justicia,
para que la añagaza vigilada
disfrazada de modernidad y democracia
no pudiese nunca transmutarse en ruptura,
dejando así el paquete atado y bien atado
y que ahora pringándonos de mierda
nos explota en plena cara
por haber rescatado del silencio la palabra.
Historiografía fratricida similar a aquella
cuyas heces cayeron
cual centellas desatadas,
sobre los salones, almenas y atalayas
del castillo de Kronborg en Dinamarca,
denunciando al mundo
la traición y la perfidia de un hermano
que para proclamarse soberano
impuso un reino gobernado por el crimen.
II
En este reino enlodazado ,
compré una nueva escobilla de lavabo,
y mientras la compra realizaba
vinieron a mi mente
las miles de veces que sentado cerca de la antigua,
en el acogedor regazo del inodoro de mi casa,
fui inmensamente feliz
sintiendo como las generosas heces fecales
que anidaban en mis tripas,
a veces con urgencia, a veces remisas,
iban depositándose lentamente en su hospitalario seno
o cayendo diligentes a las aguas del desagüe,
para al momento sumergirse en sus entrañas.
Descanso igualitario este el del cagar
como la muerte,
quién sabe si concebidos ambos
a modo de regalo por los dioses
con la única intención de asemejar
a todos los animales del planeta,
en un caso como a “caganets”,
por el culo,
proporcionando nos ese gran sosiego
que siente el que evacúa
al liberarse de tales odoríficas vergüenzas
a las que el vulgo llama mierda
y los más refinados chocolate
y en el otro,
como recordatorio de que la vida es solo mierda
y la mierda siempre es deyección.
III
Y hoy turbado y tembloroso heme aquí
sumido en profundas reflexiones
como un triste Hamlet reencarnado,
vagando por entre estrechos y sombríos corredores,
viendo me obligado a pediros ayuda
reflexionando sobre la primera línea
de ese grandioso soliloquio que todos conocemos,
“To be or not to be”,
para que me orientéis qué hacer
con la vieja escobilla del lavabo,
¿guardarla envuelta en la fina lámina flexible,
delgada y transparente
de un crepitante papel de celofán en un armario,
en recuerdo de la complaciente vida
vivida otrora entre los dos
compartiendo la gran cantidad
de tufaradas placenteras cumplidas
retirando la mierda de mi vista,
o verme obligado a depositar la,
tras tantos años de resplandeciente convivencia,
como un juguete roto más en la basura,
a causa del visible deterioro de las cerdas
del peinado “Rocabilly”
que engalana su redondeada cabellera limpiadora?
Y es a ella, solo a ella,
a esa diosa de lo comido y lo cagado,
reencarnada en Ofelia limpiadora,
que fue la sumisa compañera de mis
apremiantes o remolonas deposiciones de mierda
en el agujero de la taza,
a la que dedico conturbado
este humilde poema, borrador de cicatrices,
“ pro defunto nominatim in memorian”
de los tiempos que apremiado por angustiosas contracciones
que anunciaban el glorioso nacimiento de una mierda,
nunca me abandonó en el retrete.
IV
Ya os contaré amigos
como transcurre mi estrenada convivencia
con la otra nueva “mater dolorosa” frente al calvario
de mis mierdas,
en un planeta en el que los humanos
por permanecer ciegos, sordos y mudos,
frente al cumplimiento de la Regla de Oro
que Confucio definiera:
“No hagas a los demás
lo que no quieras que ellos te hagan a ti”,
lo que le falta son suficientes escobillas de lavabo
para suprimir las cagadas que le sobran.
¿To be or not to be?
¿Dejar que el futuro del siglo XXI
camine por el ventoso primitivismo ideológico
entre feroz Aquilón y Austro fiero
de las capitalistas cagadas del neoliberalismo,
hijas directas del fascismo original
o liberar con escobillas limpiadoras
de libertad poética
la paloma redentora de la paz,
denunciando el paso del vanidosos buitre americano
que la imita.
¿Poesía o fascismo?
¿Cuál es vuestra elección?
Enrique Ibáñez Villegas.
Te deseo mucha mierda querido Enrique.
Gracias Jesús por tus amables deseos de mierda