Hola Andrés, Manuel, Iván.
Sentirte «exigido» cada vez que tu pareja mujer te pide alguna dosis de afecto, un abrazo, caricias durante el intercambio sexual.
Sentirte «exigido» cada vez que se te reclama verdadera corresponsabilidad en los cuidados, responsabilidad con el compromiso común y se te expresa que limpiar el baño no puede ser por tu parte un «acto de amor».
Sentirte «exigido» cada vez que se te hace saber que te encapsulas emocionalmente y el mutismo, el silencio, no son la forma de responder a las cuestiones candentes de pareja.
Sentirte «exigido» cada vez que se colocan encima de la mesa todos tus privilegios relacionales y el rédito que conllevan. Cada vez que se te confronta que NO puedes tenerlo TODO.
Sentirte «exigido» si se pone de manifiesto que estás en pareja manteniendo estructura de soltería siempre que te interesa.
Sentirte «exigido» por pedirte respeto. Respeto a los cuerpos ajenos, a los mundos ajenos, a las necesidades ajenas.
Sentirte «exigido» como forma de desactivar cualquier planteamiento de tu compañera que no cuadre con lo que estás dispuesto a ofrecer y obligar a la de enfrente a creer que sus mínimos son un exceso abismal.
Y que pedir buen trato, piel, afecto y compromiso una auténtica extravagancia.
Una excentricidad de más, propia de las mujeres.
Menudas exigentes somos.
Buen día, otro día.
María Sabroso
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