Nació en 1905, hija de Juan Monstseny Carret, maestro y editor periodístico, y de Teresa Mañé Miravent, maestra también, que dedicó su vida a la formación laica y libertaria. Anarquistas ambos progenitores, entregados a la causa cada uno en su ámbito profesional, Juan Montseny editó la revista La Blanca, y El Luchador, donde también Federica escribió más adelante, en 1920, con tan solo quince años.
A poco de llegar la familia a Barcelona, nace Federica y pronto se desencadenan los sucesos de la Semana Trágica, y la fundación de la CNT, participando ambos progenitores en los sucesos acaecidos.
A la edad de quince años, pública su primera novela, a la que seguirían cuarenta y nueve más, a lo largo de su vida, además de artículos de prensa, discursos y una continua militancia anarquista.
Al poco de nacer, una gran hambruna se cernió sobre nuestro país. Juan Montseny se implicó en la lucha de los trabajadores por mejorar su vida, también emprendió la ardua tarea de desenmascar a Arturo Soria , que se enriqueció construyendo Ciudad Lineal. Juan Montseny, le acusó en sus publicaciones, de esquilmar a los trabajadores a los que, engañó con la construcción de casas que no vieron la luz, apropiándose del exiguo dinero que los confiados compradores, le pagaron. Como consecuencia de las continuas denuncias, fue encarcelado y deportado fuera del país, orden que no cumplió ya que permaneció escondido en casa; Federica, vigilaba y avisaba cuando la Guardia Civil venía a detenerlo, siendo tan solo una niña. Comprobó desde la infancia que la justicia era precaria para el proletario y que una gran injusticia social reinaba en España.
No fue a la escuela, por la desconfianza de la madre hacia la educación en manos de la iglesia. Tuvo una formación, impartida en el propio domicilio por Teresa, siempre respetando la libertad de conocimiento y con las ideas libertarias como bandera.
Conoció a Ángel Pestaña, siendo muy joven; la impulsó a la militancia activa dentro del anarquismo sindical. Apenas contando con diecisiete años, la invita a colaborar con sus escritos en la causa libertaria.En esa época , Federica, participó en la primera manifestación de mujeres realizada en Plaza de Cataluña de Barcelona, pidiendo el abaratamiento de productos de consumo.
Eran los años que en Cataluña, campaban Anido y Arregui organizando las bandas de matones a sueldo del capital que diezmaron las filas de los sindicalista que no se plegaban a sus órdenes. Tiroteos, asesinatos, razzias que dejaron exhaustas las filas del sindicalismo. Federica, milita con toda la actividad de su energía y edad dentro de las filas del anarcosindicalismo, implicándose con fuerza en la lucha sindical y libertaria.
Mujer fuerte, jamás se plegó al ideario femenino de la época, que relegaba a la mujer al matrimonio, o a la iglesia. Se negó a mantener relaciones de dependencia en la que su papel se diluyera y tuviera que renunciar a la más mínima libertad o la actividad que se había impuesto. Fue poco proclive a amistades femeninas debido a la frivolidad y la incultura que en su época tenían las mujeres.
Pueden ver una magnífica entrevista realizada por RTVE en plena transición.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/personajes-en-el-archivo-de-rtve/anarquismo-montseny/947306/
Conoció en la cárcel a Germinal Esgleas, anarcosindicalista, como ella, con el que realiza un simulacro de “boda” en plena naturaleza, con la conciencia de un ecologismo libertario. Para dar validez a su unión nada mejor que el contacto con la tierra, haciendo participe a la naturaleza de un amor y compromiso social y personal. Tienen tres hijos, Vida, Germinal, nacido en el periodo de la Guerra Civil y Blanca, nacida en el exilio.
En 1936, ya en plena Guerra Civil ,fue nombrada ministra en el gobierno de Largo Caballero, junto con sus compañeros Joan García Oliver, compañero de Durruti, en Justicia, Juan López Sánchez en Comercio, quedándose Federica con la cartera de Sanidad. Joan Peiró, es ministro de Industria (exiliado en Francia, las autoridades lo devolvieron a Franco, siendo fusilado en 1942)
Tuvo un gran debate personal con su participación en el gobierno, ya que atentaba contra la ideología libertaria. Aceptó obligada por la situación de guerra y de confrontación militante, casi como una orden impuesta por la situación.
En el gabinete de Largo Caballero, se denegó el indulto a la pena de muerte de José Antonio Primo de Rivera, Federica fue una de las que votó en contra de la conmutación de la pena. Se dio la circunstancia, que el día que fue fusilado, caía también bajo bala desconocida, Buenaventura Durruti, que además de participar en la guerra, fundó comunas libertarias en las zonas liberadas.
En solo seis meses de ministra impulsó medidas importantes como los LIBERATORIOS DE PROSTITUTAS, que eran casas tuteladas donde se refugiaban las mujeres que ejercían la prostitución. Se les enseñaba oficios variados como forma de ganarse la vida fuera de la prostitución. Se dio la circunstancia que, al salir del Liberatorio, ninguna retornó al antiguo oficio. Impulsó, también, la salida, en plena guerra, de los niños de España hacia países europeos y la URSS, cosa que en sus últimos años, declaró sentirse arrepentida , debido al desarraigo familiar y del país de los niños que jamás (o muy mayores) volvieron a España. Impulsó una ley de Aborto, modélica, que fue copiada por diversos países muchos años después. Intentó crear comedores para niños y para embarazadas, guarderías y orfanatos alejados de las ideas religiosas que los alentaban hasta entonces, proyectos que no vieron la luz debido a la brevedad de su función ministerial, apenas seis meses. Al salir del gobierno, cuando cayó Largo Caballero, se mostró decepcionada de la función política dentro del poder, reafirmándose en su ideario anarquista. Hizo suya las palabras de Pi y Maragall, que dijo que el poder es una charca pestilente, donde todo el que bebe de ella queda contaminado por su podredumbre.
Al final de la contienda, salió al exilio, como tantos, con toda su familia. La madre fue trasladada en camilla, murió cinco días después de cruzar la frontera. Federica sufrió la decepción de encontrarse con la incomprensión del pueblo francés ante la premonición que fue la guerra española. En una ocasión le pidieron que diera nombres de dinamiteros asturianos para formar a las tropas francesas, respondiendo ella que estaban tirados en los campos de concentración, pasando hambre y frío y negándose a facilitar su filiación. El gobierno francés, por su parte, sí contactó con ellos y tal como recoge la historia, los combatientes españoles respondieron como un solo hombre integrándose en la lucha contra los invasores alemanes en la esperanza de que en España, de ganar los aliados, cayera la dictadura franquista. Triste decepción la que sufrieron los exiliados, entre ellos Federica, a la que siguió un largo y penoso exilio .
Federica Monstseny, mantuvo su lucha e ideario, hasta la muerte. En 1977 volvió a España, siendo considerada fuerza viva de la historia de España y de la liberación femenina, de la que fue pionera y visionaria, tanto en lo público como en su vida privada.
#MariaToca
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