Forjando sueños donde habitar se pueda
con la sutil inocencia preparada
labrando una casa, con paredes
de justicia y de olvidos, que se nacen
entre escombros de heridas viejas
cegadas a base de poesía.
La palabra cicatriza,
los sueños ponen tiritas a la vida
quizá, será por eso, que algunas
sobrevivimos a la inquina.
El alma serena se alimenta
con la sustancia esencial de la poesía
y al cabo, finiquita la existencia
con la rima y el ritmo de la vida.
Por eso, pido, encarecidamente, cada día
despertar con ausencia de rabia, de acritud,
naciendo, como nueva, a la esperanza
y esperando el milagro de la savia
que nos renueva y nos hace fuertes
dibujando un paisaje mejorado
mientras, las huellas, se desdibujan
en la arena, y el mar se lleva lejos, lo pasado .
María Toca
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