Según costumbre, nos vemos obligadas a hacer balance porque de no hacerse más parecería desafección que desgana. Y no. Aunque andamos tocadas por los variados virus que patrimonían los inviernos y la acción cuesta más de lo habitual, vamos a cumplir el precepto y balanceemos.
Año que nos llegó con una primavera lastimosa debido al susto de las municipales y autonómicas cuyos resultados, no por esperados, nos resultaron menos dolorosos. Nos dimos cuenta de que no hay camino trillado ni campo conquistado de forme definitiva porque los atavismos patrios siegan el progreso en cuanto lo ven crecer. En mi tierra, Cantabria, lo vivimos con un cambio de gobierno regional que nos privó, por ejemplo, de la biblioteca de Penilla de Toranzo. Ejemplo que sirve para demostrar las enormes diferencias que existen entre un gobierno de derechas y otro de izquierda, por más descafeinada que sea. No, por mucho que nos cabreemos con determinada izquierda y por mucho que sigamos empujando cuando las medidas tomadas nos parezcan tibias o insuficientes, no son lo mismo. Y con esta afirmación entono mea culpa porque si me dieran un euro por cada vez que he comparado, rica me hacía.
Tuvimos que soliviantarnos y acudir a la explanada del Ayuntamiento de Bezana, cuando comenzaron las censuras de ciertas ediles que más parecen sacadas del XIX cuando Calomarde organizaba la cosa pública y las beatas rezaban el rosario envueltas en moho y resmas de tocino, que en pleno 2023. Las censuras siguen, los insultos a la cultura, al libre desempeño del teatro y cualquier manifestación cultural que no se integre en la estrechez de unas consejerías y concejalías de Cultura, entregadas al más tonto de la clase para gozo y disfrute de los retrógrados más zafios del país. Siempre se supo que la cultura y el arte era cosa de la izquierda, que Lorca, Machado, Voltaire, y hasta Cervantes, eran zurdos mientras que la diestra se conformaba con Pemanes, Conchas Espinas y similares (salvando porque sirva de excepción el talento literario de Pereda que es indiscutible) Lo que ocurre es que la zafiedad de ese matrimonio de conveniencia entre PPVOX resulta más vistoso que nunca.
La capacidad de resucitar, de elevarse a la categoría de gato sublime (por lo de las siete vidas) de un tipo como Pedro Sánchez cuya baraka nos lanzó el salvavidas en julio, para pasmo de adversarios y perplejidad de afines. Se le podrá criticar mucho pero no me nieguen que el tipo tiene una capacidad de reinvención inusitada. También de desdecirse -eso que el PP llama traicionar- de cambiar argumentarios, de decir algo y lo contrario, de chapalear por aguas pantanosas y salir, impoluto, a flote aun con las corrientes más adversas. Pedro, el Superviviente. O Perro, el Ladrador. O como quieran, pero yo en julio celebré. Y gracias que doy por ello porque la disyuntiva de tener como ministro de interior a Ortega Smith dando mandobles o a Abascal, uniformado de duque de Alba, gestionando Exteriores, me eriza los vellos muy mucho.
Toco de pasada el tema de moda, la amnistía, porque mis lectoras/es conocen bien el posicionamiento personal que tuve durante todo el sinsentido del Procés y considero que conceder una amnistía total y sin condiciones es lo menos que desde el estado se debe hacer para algo que nunca jamás debió suceder. No, los conflictos jamás se solucionan a garrotazos, ni enviando policía al grito de ¡A por ellos! Vergüenza que aún me ladra en la retina.
En lo que toca como cercano, octubre nos comenzó con el Parlamento de Cantabria, tomando la primera medida urgente de la legislatura…A saber: derogar la Ley de Memoria Democrática que el anterior gobierno de Cantabria, después de cuatro años de idas y venidas, había aprobado. A nivel personal hay un antes y un después de ese pleno, al que asistí, pudiendo darme cuenta de la clase de infames que nos representan. Infames e inanes, porque si bien recuerdo con indignación la ideología que desprendían la señora Díaz y el señor Fernández, más, mucho más indignante fue comprobar que son tan ignorantes como malos políticos. Con lo fácil que hubiera resultado hacer lo que explicó Rajoy en aquella lejana entrevista:
- No, no derogué la ley de Memoria, pero oiga, no se invirtió ni un euro con lo que se la desactivó totalmente.
Hay que ser muy zote de la política para, de forma tan gratuita, zaherir a un colectivo combativo y acostumbrado a la batalla perpetua, como somos las memorialistas. Prefirieron abolir con urgencia una ley poco molesta que, como ironía les refiero, sirvió para investigar y sacar de una fosa a un ejecutado por la guerrilla. Sí, el primer desenterrado de la Ley de Memoria Democrática de Cantabria fue el que delató en 1945 la guardia civil que los guerrilleros andaban de celebración por la caída de Berlín, en Tama, lo que supuso que en el enfrentamiento cayera Ceferino Roiz (Machado) y poco después se abatiera el odio criminal sobre la familia de Dominador Gómez Herrera, su esposa Carmen de Miguel Fernández y Carmina Gómez de Miguel hija de ambos además de otros guerrilleros que fueron abatidos también. Poco después el delator que propició la masacre, Eloy Campillo, fue ejecutado y ese ha sido el primer cadáver recuperado. De los suyos.
La indignación ante aquel pleno fue tal que propició una organización y unos actos que han tenido gran repercusión incluso a nivel nacional, en una región, Cantabria, poco dada unidades y revueltas. Tan buenos resultados hemos obtenido que es posible que se continúe con el camino emprendido: docencia, guías de Memoria, charlas, coloquios y lo que haga falta con tal de acercar la Memoria y la historia de nuestra tierra a sus habitantes.
El feminismo sigue respondiendo con vigor, aunque los tropiezos y las controversias no han faltado. Salió la ley del Solo Sí es Sí, aunque el torpedeo y las graves torpezas de quienes debieron dejar los egos olvidados para actuar con seriedad y contundencia, la maltrataron durante un tiempo. Parece que todo se ha calmado, que quienes la atacaban ahora les parece perfecta y aquí paz y luego gloria. Ya saben, las cloacas de la política.
Se creó Sumar y se destiñó Podemos, con esos saltos suicidas al vacío que propicia la izquierda para que, por si fuera poco el ataque desde la derecha, nos sobramos y nos bastamos nosotras para descalabrar cualquier proyecto unitario. Y no, no hablo de que se deba ir unidos a cualquier precio, lo que digo es que debiéramos superar la fase del piolet en la cabeza del ¿adversario? Porque si ustedes miran bien, la disensión de la izquierda no es por programas, o por diferencias de concepto. No. Es puro y genuino personalismo. Esos egos enfermos que chocan como en las más soeces berreas. Queremos lo mismo. Buscamos lo mismo. Tenemos el mismo fin ¿Qué nos separa tanto? Apuesto a que me llegan variadas respuestas intercambiables entre sí.
Prosigamos.
Dejo para el final lo más trágico del año. Esas dos guerras que nos desangran menguando la esperanza de avance en justicia y en la consecución de la paz.
Si en una nos posicionamos, como estado, frente al invasor apoyando a la parte más débil (sí, de acuerdo, discutible hasta donde quieran) en la otra -si bien como país hemos tenido posturas de cierta gallardía- se siguen surtiendo las armas al genocida invasor (esta vez sí, sin discusión) se siguen manteniendo componendas con un gobierno que no tengo ni una duda, será juzgado por la historia como criminal sin ambages. El gobierno de Netanyahu y las potencias que le apoyan deberán ser juzgados en la Corte Penal por crímenes de guerra, porque están asesinando a un pueblo entero, sin ninguna piedad hacia niños/as indefensas ni población civil que se encuentra inmersa en una ratonera donde el futuro y el deseo a cumplir es morir cuanto antes con el menor sufrimiento.
Lo vemos, lo sabemos. Salimos a la calle, lanzamos alaridos de rabia contra un gobierno criminal y contra quienes no cortan el genocidio pudiendo hacerlo. Nos sentimos impotentes como ciudadanas ante el horror que se desarrolla ante nuestros ojos. Debemos seguir gritando, debemos seguir e impulsar medidas mayores contra esa masacre de gente palestina que se siente abandonada del mundo. Antes de que la vergüenza de ver morir a un pueblo nos inunde y nos deje a la altura de Nuremberg, el genocidio palestino debe ser parado de inmediato.
Este repaso sobre la historia de 2023 se deja mucho afuera porque he querido realizar el trayecto ligera de equipaje y solicitando de ustedes que sigan con nosotras un año más…que estamos preparando sorpresas y ampliaciones variadas a lo largo de este 2024 que comienza con problemas, cojitranco pero con la esperanza y la fuerza impolutas.
Sean felices y sigamos en la brega.
Feliz Año 2024.
María Toca Cañedo©
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