Nació esta mujer, en 1098, en Bermersheim, Alemania, fue la décima hija de una familia muy creyente por lo que fue entregada a los ocho años a la iglesia, en concepto de diezmo. Tuvo una infancia enfermiza, y precaria. Jutta von Spannheim se convierte en su preceptora en el convento, dedicándose a la vida contemplativa y al estudio. Confesará a la edad de cuarenta y cuatro años, que comenzó a tener visiones a los tres años, por lo que pronto fue considerada un persona en conexión con el espíritu.
Vivía, tanto ella como su preceptora Jutta, en un cenobio masculino, pronto llegaron más monjas al monasterio, residiendo en un ala común con los monjes. Al descubrirse una de ellas embarazada, Hildegarda pidió permiso para fundar un convento femenino, cosa que molestaba a los monjes. Pronto obtuvo el permiso debido a la protección de los poderosos entre los que se codeaba con comodidad. Fundó Rupersberg, y luego Eibigen, que visitaba dos veces a la semana, a pesar de mantener la clausura.
Se dedicó a predicar; aconsejaba a reyes y papas. Se tenía en alta consideración sus palabras, era escuchada en pleno siglo XII donde la mujer no tenía voz. Aprovechó su mala salud para experimentar con remedios naturales que luego recogió en un libro, Causae y Curae, donde además de practicar un medicina natural demuestra un gran conocimiento de la naturaleza, animales y plantas. También escribió sobre Teología, criticando con dureza en sus predicas la corrupción del clero y a los cántaros. Como anécdota aportada por un lector, debemos a Hildegarda, la cerveza puesto que investigo con el lúpulo hasta conseguir la popular bebida.
El conocimiento que tuvo sobre el cuerpo humano, la psique y la naturaleza fue deslumbrante, llegó a describir el embrión humano, el embarazo, los problemas de la melancolía. Fue la primera mujer que describió con total exactitud el orgasmo femenino, y proclamó las virtudes de la sexualidad no enfocada a la procreación, haciendo textos bellísimos sobre el deseo sexual y el acoplamiento placentero del hombre y la mujer.
Decidió escribir sobre las visiones que había tenido, con sumo cuidado, ya que podían ser causa de penalización, ya que si los superiores interpretaban que no eran obra de Dios y sí del diablo, su integridad física podría peligrar. Lo hizo con una prosa magnífica siendo una grafista ilustre ya que dibujó sus visiones con una óptica artística indudable. Llegó a ser consultada por reyes y papas en pleno siglo XII donde, reiteramos, la mujer no tenía ninguna voz en la sociedad. Hildegarda, puede considerarse una protofeminista ya que se atrevió a cuestionar el pecado de Eva, culpando del mismo al demonio, por un sentimiento de envidia ante la capacidad femenina de dar vida.
Compuso música monofónica y angelical, bellísima. Ordo Virtutum es una pieza teatral musical compuesta por ella. Se la ha considerado la inventora de la ópera.
A pesar de su enfermiza salud vivió hasta los 81 años, el 17 de Septiembre de 1179 murió, siendo venerada como santa en vida y después de muerta. La canonización eclesiástica tardó en llegar, no fue hasta 2012, en que el papa Benedicto XVI la entronizó en los altares como Santa Hildegarda. Es considerada doctora de la Iglesia y está entre el grupo de grandes junto a Santa Teresa o Santa Catalina de Médicis.
María Toca
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