Hoy vuelve a ser domingo, como entonces,
el día enrevesado en que tú te marchaste.
Despertaré despacio, no como aquel otro
que el disparo del miedo atravesó el silencio.
Tornaré a vivir, con la calma inherente
que aprendí a tener, a base de sufrirlo.
No me quedó remedio, hijo…
no me cupo más vuelta,
porque de no haberlo hecho
hoy sería una luz más, en tu universo pleno.
Tuve que resistir, ya sabes…
“la mama es así, fuerte, cimbreando a lo alto
sin nada que la doble”. ¿Recuerdas, hijo mío
cuando me lo decías?
“La mama puede doblarse un poco
pero nunca se rompe”.
Me rompí, hijo mío. Claro que me rompí,
solo que no se nota, porque ando escorada,
con trozos bien pegados y sigo aquí esperando
el tiempo del camino de vernos reunidos.
Hoy es domingo, hijo…como aquella mañana
las nubes no levantan, el sol anda ocultado
y yo despierto lenta, no crujida de miedo.
Ya la herida no parte el alma con el dolor umbrío,
ya no sangran los ojos con la lumbre salada.
No me escuecen las sombras por haberte perdido
han pasado seis años y ya me he acostumbrado
a saberte afuera. A no verte tangible
y que no estés conmigo.
Ahora el recuerdo es dulce
como lo fue tu abrigo…
Apenas lloro, sabes,
se me secó el manantial y la fuente está huida.
¿Cómo olvidarte, peque, si eras mi amor querido?
¿cómo olvidarte, si te llevé en mi vientre?
Aunque no duela y el duelo se tiñera
de esperanza y futuro
y te vea en las sombras
no dejo, cada día, de sentirte a mi lado,
de hablarte, de conocerte y de suplir con fuego,
tu ausencia con mi apego.
Te escribí mucho, inspiraste los versos
que luego al volcarlos, te crecía el recuerdo.
Me diste vida, me diste tanto amor
que hoy solo al recordarlo,
siento que todo fue conciso…
y que tuvo sentido.
Aunque dolió, cariño…tu marcha fue tormento
ahora, hijo mío, lo confieso,
hoy, con seis años de invierno,
aun lo sigo sintiendo.
María Toca
Dedicado con amor a Luis Morao Toca, por siempre, para siempre.
19- Enero-2014/19-Enero de 2020. 6 años después
Sin palabras, María. Reverencia a tu dolor y a la maravilla de esos versos.
Gracias Montse, cada lectura es un recuerdo que vuela hacia él. Mil gracias.
No se olvida a un hijo cuando se va, pero los años hacen que el dolor se vaya amortiguando, pero el recuerdo pesa y los sentimientos perduran, la falta del ser amado se suple con recuerdos que a veces rompen el alma, y que llena nuestros ojos de lágrimas que queman cuando corren como ríos por las mejillas abrasadas y rojas como el color de la sangre que un día formo parte de nosotros y se fue para siempre aunque para siempre lo llevaremos en nuestro corazón y nuestro recuerdo, animo querida María, como tú dices que él te decía, tu eres fuerte, aguanta querida amiga aunque el dolor apriete. Un abrazo amiga
Gracias Luis, se recibe ese abrazo y da fuerza. Otro de vuelta muy grande.