Conforme se nos acerca la tarea electoral, comprobamos una vez más, que el tono apocalíptico de la derecha descalificando ad hoc cualquier movimiento de la izquierda, sube decibelios hasta hacernos ensordecer con los exabruptos diarios. Quizá les beneficie la estrategia de tensar la cuerda hasta el paroxismo y repercuta en la urnas a su favor, lo cual, creen ellos, legitima la altisonancia. Fíjense que si fuera solo por eso creo que sería más perdonable. El caso es que intuyo que los exabruptos no son exclusivamente para ganar votos, les sale más de dentro. Es algo más profundo y peligroso que les quiero detallar por si ustedes me quieren corregir y calman mi posible paranoia.
Barricadas levantadas, llamadas a la huelga general (se lo juro, Marcos de Quintos en twiter, ayer) quememos las naves del gobierno dictatorial, atrapemos al traidor Pedro Sánchez que gobierna al paso marcado por Pablo Iglesias (vuelvo a jurar, un medio de comunicación, ayer mismo) Estos y otros argumentos subidos de tono los hemos leído y escuchado con la relativa estupefacción que nos produce las logorreicas hipérboles de nuestra derecha. Irredenta derecha. Y no les nombro las que pronuncia Isabel Díaz Ayuso para no manchar con las tontunas escatologicas el texto demasiado truculento ya con las anteriores.
Si alguien que desconociera nuestro país se acercara en estos días a los medios “oficializados medios, derechizados medios” se pensaría que España es una república banana cuya política la marca un dictador pelele, traidor ante intereses espurios de los demoniacos catalanes (sustituyan catalanes por sindicatos, feminismo, socialismo, bolchevismo…o lo que surja) tal es el tono de acusaciones, como decía, hiperbólicas.
La retreta de la derecha mediática y política se produce ahora debido a la reforma del Código Penal que pretende el gobierno, sobre los delitos de malversación y sedición. Les aporto el clarificador artículo publicado por Ana Pardo de Vera en publico.es que explica perfectamente el proceso y los recovecos del mismo https://blogs.publico.es/dominiopublico/49329/de-aquellos-polvos-del-psoe/#analytics-autor:listado
El Código Penal se modifica a discreción de los problemas que van surgiendo o en detrimento de algunos que ya no. Punto. Como todo los estamentos del Estado que se deben conformar al cariz que toma la sociedad a menos de dejarlos obsoletos e inservibles, carne de cañón del desacato legal. Como las Constituciones, que la mejor forma de que salten por los aires es no tocándolas y dejándolas vegetar entre un respeto religioso y acomodado. No, hay que reformar de forma constante leyes adaptándolas a las necesidades del presente. Tal es así, que como nos cuenta Pardo de Vera, en 2015 el gobierno de Mariano Rajoy, realizó una reforma rápida y ad hoc del Código Penal, porque se dieron cuenta de que no podían condenar por malversación a Artur Mas por un supuesto delito similar al realizado por los integrantes del Procés. Se reformó y nadie dijo ni pio. Ni golpe de estado, ni traición, ni Cristo que lo fundó. Nada. ¿Qué pasa ahora para la revuelta de barricadas? ¿Por qué acusan de ocupa y traidor al presidente?
Se dice que prometió durante campaña algo diferente a lo que ahora realiza. ¡Oh! me quedo muerta! la derecha pidiendo coherencia entre las promesas electorales y la gobernanza. No como aquella maniobra postelectoral de don Mariano, que habiendo prometido bajar impuestos a cascoporro (constante promesa electoral de la derecha, tan constante como incumplida…para el pueblo llano, se entiende) cascándonos la estratosférica subida de IVA, la eliminación de pagas al funcionariado y reducción de días de disposición propia, que nos cascó nada más llegar a la Moncloa
¿Traidor Rajoy por incumplir promesa electoral? No. Ya se buscaron ellos argumento para justificar la tropelía.
Hago la salvedad, coincidiendo con Pardo de Vera que lo expresa en su artículo, de que ahora el Psoe está encenagado en el cúmulo de despropósitos cometidos contra el gobierno de Catalunya durante años y que ahora pretende desenredar. El apoyo que prestó a las medidas represivas con las que el gobierno de Rajoy trató el tema catalán, por ejemplo. El apoyo ante el envío de tropas policiales (piolines) que invadieron zonas comunes, el mal trato efectuado a las personas que participaron en el referéndum (sí, ilegal, que ya les oigo, pero ¡no vinculante! ¡coñe! que se les olvida) De aquel juicio en donde los jueces se vinieron arriba debido al apoyo político y se juzgó con saña lo que nunca se hubiera debido juzgar.
En los errores estuvieron y ahora toca deshacerlos. Tarde y mal, es cierto. Reformar leyes a golpe de necesidad perentoria no es la mejor manera de sedimentarlas y hacerlas perdurables, desde luego. Pero ¿es lógica tanta retreta? No creo. ¿A qué viene lo de gobierno ilegal, presidente golpista? Creo, en mi modesto entender a que ellos se consideran amos del condado.
No hay forma de que la derecha española –verán que no hago distingos entre una y otra, hace tiempo que dejé de hacerlo y ya me gustaría- entienda lo del sufragio universal. Eso de que el voto de una persona de elite social/económica vale igual que la del iletrado, la trabajadora o la desahuciada. No les entra en la cabeza de que un gobierno de izquierda, de coalición representa una parte de la sociedad de la misma forma que un gobierno mayoritario o de coalición de derechas representa a la otra parte. No les entra ni a tiros.
Guardo en mi memoria la estupefacción que sufrí frente a mi televisor escuchando a Martínez Sieso, a la sazón presidente de mi autonomía, que perdía en ese momento la presidencia en base a la coalición entre Psoe y Prc ¡clamando por repetir las elecciones! El motivo era claro: habían perdido la mayoría al decantarse el PRC por la coalición con el PSOE en vez de con ellos.
Esa es la cuestión, interiorizan la pérdida del poder como un robo, un ataque directo a la propiedad privada secular que vienen manteniendo durante siglos. Por eso cualquier gobierno con un ligero barniz progresista o social demócrata, les parece ilegal. Ilegal porque no es suyo. Como los niños pijos que en patio del colegio bajaban su balón de reglamento y al perder el partido lo tomaban con enfado y se lo volvían a casa. Las derechas quieren su balón porque están convencidos que es suyo y si pierden se lo llevan a casa.
Quizá mantengan cierta duda sobre el poder electoral, tan variable y adverso a veces para ellos, pero el resto de los estamentos del Estado, lo ven como suyo for ever. Sí, por siempre y para siempre. La justicia (suya) poder económico (sí, vale, ese es suyo, concedido) la industria (suya y para su condumio) la bandera (suya y para si consigo) la iglesia (de toda la vida, suya y de raíces españolas) Y podríamos seguir hasta el infinito. Todo suyo. El resto de las ideologías somos los/as aparceras del condado que laboramos para ellos mientras nos distribuyen una incierta comanda, la que sobra, la suficiente para sobrevivir y seguir produciendo, pero no más. Los amos del cortijo, disponedores de vida y obra. Feudalismo hibrido con un capitalismo decimonónico.
Creo que esa es la cuestión de fondo. Si la izquierda realizó ciertos deberes de modernidad, renqueantes deberes desde luego porque adolece aún de cierta reticencia, la derecha lo hizo en falso. Tan en falso como la Transición, por eso les raspa tanto la Memoria democrática, y entender que su voto es tan voto como el nuestro. Que los gobiernos de izquierdas son tan legítimos como los de derechas y que un gobierno de coalición, podrá ser conflictivo de puertas para adentro, pero es tan o más democrático como uno mayoritaria…Uno mayoritario si es de derechas, claro, porque si es de izquierda llaman a la subversión por aplicarles el “rodillo parlamentario” que se lo tengo yo muy oído. No, el gobierno que ellos llaman Frankestein, representa de forma más clara la delegación del pueblo al poder político al contar éste con diferentes puntos de vistas y trasladarlos a la realidad política, porque se obligado a la negociación y con ello a la matización constante de las diferencias que existe en la población…
Ese también es otro de los graves problemas que nos aquejan, y aquí unifico a todo el espectro político, el grave convencimiento que tenemos de poseer la esencia de la verdad. La verdad y bondad ideologice que se mantiene en el sagrado templo de MI ideología y que no tienen nada que ver con la SUYA. Claro que en ese convencimiento nos llevan mucha ventaja, son siglos manejando el condado, creyéndolo suyo y se sienten convencidos de que su ideología es LA IDEOLOGÍA y que por eso ha durado tanto. Lo de la dictadura franquista, los Cien Mil Hijos de San Luis, el analfabetismo secular, la incultura excluyente a la que han sometido al pueblo y el apoyo incondicional de las armas y tal, la derecha no considera que tenga nada que ver.
Habría que hacer una formación urgente y didáctica, muy didáctica, para enseñarles democracia a los/as señoras/es de la derecha española. Y contarles que el condado ya no es suyo…aunque quizá estemos equivocadas nosotras y sí, sigan siendo los propietarios del poder.
María Toca Cañedo©
Muy sensato y formidable artículo y de paso, nuevamente les dejo estos dos epigramas:
«Yo odio la farsa, decía,/
cierto político un día,/
con sentido mojigato; /
y otro que en el corro había, /
lo miró, y le dijo ¡Ingrato!. »
—Claudio Coello-, escritor panameño.
– “En cierta infeliz nación/
cuantos gobiernos mandaban/
solemnemente juraban/
cumplir (guardar) la Constitución./
Y todos, por Barrabás,/
cumpliendo lo que ofrecían,/
guardarlo tanto solían,/
que no la usaron jamás.“ (Liborio T. Porcet, periodista bilbaino, s.XIX)