Mercedes Cabello de Carbonera

Nace esta mujer en Moguegua, Perú, un siete de febrero de 1845, en una familia donde el papá era un terrateniente colonial, con una rica hacienda donde Gregorio Cabello ha fundado una familia con Mercedes Llosa y Mendoza, hija de un magistrado que presidió el Congreso Constituyente de 1827. La ciudad de Moguegua la forma un colectivo de pocas familias adineradas que dominan una sociedad criolla clasista y conservadora que domina todos los ámbitos sociales con sus formas burguesas, donde la mujer es educada para ser esposa, cuidar su aspecto, tener hijos que  cuidarán los criados y lucir en fiestas de sociedad. A los hombres se les permite una educación esmerada, por supuesto. El papá de Mercedes y su tío se han formado en diversas universidades, incluso viajaron por Europa, porque era costumbre, en las familias poderosas del Perú, conocer Francia aunque no se visitara nunca Lima. Ambos hermanos se han curtido intelectualmente en París y  en su retorno al hogar portan una gran cantidad de libros franceses. Balzac, Flaubert, Sthandal y Zola conforman una biblioteca a la que la pequeña  Mercedes tiene acceso desde temprana edad.

La joven no va a la universidad, ni tan siquiera a una escuela o colegio. Es formada como a cualquier muchacha casadera, en casa. Aprende a tocar el piano, cosa que hace con virtuosismo y conoce el francés a la perfección lo que le da lugar a leer a los clásicos acarreados por su papá y tío en sus viajes culturales. Mercedes se forma en la biblioteca paterna con los clásicos franceses de forma solitaria y se empapará del realismo y naturalismo que ya forma parte de la literatura europea.

En Perú la literatura del momento aún no se ha despegado del romanticismo que preña sus obras de amores imposibles o de historias tenebrosas, Mercedes ha sido formada por su padre y por su tío de los que absorbe el ansia de saber, de leer y se desapega de las funciones femeninas que pretenden encadenarla a una forma de vida que no desea.

A los veinte año marcha a Lima donde vive con un tío que es Comendador Mayor de la República, cargo ancestral que procede del colonialismo español. En la capital conecta con gente de letras participando en tertulias literarias donde aprende  a estructurar novelas ya que hasta entonces solo ha escrito ensayo.

Escribe algún poema pero pronto se decanta por el ensayo periodístico que publica en diversos medios nacionales e internacionales.

Sus ideas políticas se acercan a las de Bartolomé Vera que considera que debe de ser la clase culta quien detente el poder en una sociedad dividida entre elite y pueblo. Pronto se da cuenta de la diferencia que existe entre hombres y mujeres, a las que se las enseña de forma sesgada y solo para ser lucidas en sociedad negándoles el derecho al conocimiento.

Mercedes Cabello toma conciencia de que solo la cultura iguala a las personas y emprende el camino del feminismo imprimiendo en sus escritos la necesidad de culturizar y educar por igual a mujeres y a hombres. También toma conciencia de la necesidad de que las mujeres tengan un trabajo que las independice del padre o del esposo.  Comienza a escribir novela, alejándose del romanticismo imperante,  debido al influjo de los clásicos franceses, estrena el realismo y el naturalismo, lo que la aleja de antiguas compañeras que mantienen aún las formas antiguas y detestan sus crudas historias que son un espejo de la sociedad peruana del momento. Las obras de Cabello, realizan  una critica despiadada, tanto de la situación femenina como política y comienza a generar tanta admiración como odios acendrados.

En 1866, contando veinticuatro años contrae matrimonio con el prestigioso médico Urbano Carbonera que le trasmite conocimientos sobre ciencia y positivismo. El matrimonio no es feliz, no tienen hijos y  mientras ella prosigue con su obra, Urbano Carbonera dedica tiempo al juego y sobre todo a la conquista de otras mujeres. La desgracia hace que le contagie a Mercedes una sífilis que le amargará la vida futura. La pareja se separa mientras la fama de escritora realista y rebelde se hace notoria en Mercedes.

Una de sus novelas recibe un premio de un Ateneo cultural, quedando segundo el inefable y prestigioso autor  Juan de Arona, poeta y novelista romántico y cumbre de la intelectualidad convencional del país…Arona es un hombre muy culto, poderoso en el mundo de la cultura que no entiende como le ha sobrepasado ¡una mujer! Los celos y una envidia enfermiza hacen presa del hombre y  alumbra diversos escritos sarcásticos y muy críticos sobre Mercedes, a estas criticas se unen varios escritores más, entre los que se encuentra Ricardo Palma.

Pasa el tiempo y la enfermedad va tomando el cuerpo y la mente de la autora, que se enfrenta de forma excesiva a políticos locales, lo que le hace tener que exiliarse en Chile y Argentina durante un tiempo. La enfermedad va minando su salud, sufre parálisis, el cuerpo se le llena de llagas dolorosas y su mente desvaría por efecto de la  sífilis y también, nos tememos, que por la incomprensión de sus lectores y las criticas  excesivas que le  recibe por el hecho de ser mujer, tener éxito y hacer crítica social. Mercedes Cabello muestra admiración por autores como Tolstoi y cada vez su obra se descarna hacia un naturalismo cercano a Zola. A la vez toma conciencia de que la educación debe eliminarse de las manos de la iglesia que mantiene sumida a la mujer en el infantilismo de  unas formas patriarcales que la subsumen. La oposición y critica a la iglesia es virulenta lo que la granjea más enemigos que aducen locura para desacreditar su obra.

Lentamente su salud se deteriora, hasta que la familia la recluye en el Manicomio del Cercado de Guena, donde fallece el doce de octubre de 1909. Sus últimos años han sido dolorosos debido al deterioro tanto físico como cognitivo  que le ha producido la enfermedad contagiada por el marido. Mercedes Cabello ha realizado una obra extraordinaria a la vez que sus ideas regeneracionistas y feministas impregnaron las generaciones futuras.

En un triste obituario escrito por una de las pocas amigas que la quedaban en la última parte de su vida, Teresa González de Fanning y publicado en El Comercio, diario donde Cabello había publicado sus ensayos,  nos expresa la crudeza de una vida que no mereció tan triste final.

“Mercedes Cabello de Carbonera, tan talentosa como desgraciada -dijo- después de dar lustre a las letras peruanas con un cerebro luminoso y profundo, ha muerto tristemente en el manicomio, sin darse cuenta de ese grave problema del tránsito de la vida al no ser; sin tener una mano amiga, una mirada cariñosa que la acompañara en el terrible trance”.

La obra de Mercedes Cabello es la que sigue:

Novelas[editar]

  • Sacrificio y recompensa(Lima, 1886), premiada por el Ateneo de Lima.
  • Eleodora(Madrid, 1887), refundida después en Las consecuencias.
  • Los amores de Hortensia(1886 y 1887)
  • Blanca Sol(1888, 1889 y 1894)
  • Las consecuencias(1890)
  • El conspirador (autobiografía de un hombre público)(1892 y 1898)

 

Ensayos[editar]

  • Influencia de las Bellas Letras en el progreso moral y material de los pueblos(1887), premiado con medalla de oro por la Municipalidad de Lima.
  • La novela realista
  • La novela moderna(1892), premiado con la “Rosa de Oro” en el concurso interamericano de ensayo promovido por la Academia Literaria de Buenos Aires.
  • Importancia de la literatura
  • Estudio comparativo de la inteligencia y la belleza de la mujer
  • Perfeccionamiento de la educación y la condición social de la mujer
  • La religión de la humanidad(1891)
  • El conde León Tolstoi(1894)

 

María Toca Cañedo©

Sobre Maria Toca 1673 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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