Por amor pongo hasta el útero

No puedo remediarlo, cuando oigo la palabra amor me pongo en guardia. No es que no lo sienta, que amo y mucho. Es que veo trampa en ello. Hace unos días leí una frase magnífica que  hago mía : el amor es el opio de las mujeres. No puedo estar más de acuerdo. Bajo esas cuatro letras se nos ha colado la cadena. La del váter y la del cuello. Por amor dejamos vida, trabajos, intenciones, nos bajamos la falda o nos la subimos, nos dejamos el pelo largo o nos lo cortamos, nos quedamos embarazadas o abortamos…Todo por amor.

Antes de seguir, añado que hablo del amor romántico, ese despiadado sentimiento que refleja la copla y las letras del pop más casposo, o de  los bolerazos que nos emborrachan. A ese amor alucinógeno, me refiero. No el sano, el igualitario, el desprendido que jamás cae en el servilismo ni en la esclavitud, porque entiende que solo amparado en un mutuo respeto, crece.

Me refiero al sacrificio que hace la mujer, mayoritariamente, en aras del altar supremo del AMOR con mayúscula. Da igual lo que suponga, da igual el dolor que produzca, si es por amor, vale y es reconocido.

Y nos la clavan sin piedad. Resulta que nos leyeron cuentos de princesas y de príncipes rescatadores, nos contaron que después del abrazo llegaba el fin con: fueron felices y comieron perdices. Lo creímos y así nos va.

Bajo el epígrafe del amor romántico nos cuelan servilismo, cocinar, limpiar, recoger miasmas del amado, porque ya se sabe, amar significa lavar calzoncillos. Nos colaron que amar significa decir siempre sí. Aunque no tengas ganas, aunque no te apetezca, aunque estés reventada. Amas y ya. Al amado, al hijo, al nieto, a toda la cristiandad.

Las que dejamos atrás esa forma de amar, se nos tilda de machihembras, de zorras, de desnaturalizadas. No nadamos en las aguas del romanticismo machacón y, aunque valoremos un buen bolero, o una buena copla (ay, esa Concha desgarrada cantando que él vino en un barco y la chuleó) no tragamos y nos ciscamos en la madre que parió al amor romántico.

Que no. Queremos que nos quieran bien, que no nos traigan flores, de verdad, que se marchitan, pero, por favor, recojan sus calzones, pongan la lavadora y laven sus platos.

Lo mejor es que ahora, llegan unos chicos muy liberales,  de esos que creen en los mercados y en la supervivencia del más fuerte y nos dicen que la mejor forma de amar es poner el útero al servicio del amor, del altruismo, que debemos ser generosas y parir para otros. Por amor. Por altruismo. Por el morro que calzan.

Texto: #MariaToca

Sobre Maria Toca 1673 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

2 comentarios

  1. También nos dicen que amar es sufrir, que lo bueno se hace esperar y si no duele no es amor verdadero.
    Tenemos que aguantar porque lo bueno está por llegar y tras esa espera, a veces con golpes e insultos, solo llega la anulacion de la mujer y en el peor de los casos la muerte.
    Amar nunca debería suponer renunciar a ser libre.
    Saludos.

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