Detrás de aquella puerta tan cerrada
yacen recuerdos mil veces olvidados,
recodos que la vida se hurtó
y una mesa puesta por si vuelves.
Estancias frías, ordenadas, tan silentes
como sarcófago vacío, sin habitantes
que la pueblen ni voces que la animen.
Yerta, fría, con el soplo de escarcha
mil veces retenida
entre mi aliento y tu ausencia
…tan sentida.
Detrás de esa puerta que contemplas,
visitante, extranjero sin premisas,
se encuentra un alma contrariada
por voces inexistentes, por las perdidas
que a lo largo de la vida
se hicieron presas de la herrumbre,
a base de soledades y costumbre.
Esa puerta cuajada de misterio que contemplas,
extranjero, con cuidada curiosidad bien ordenada,
está la vida entera, en alcancías
ordenadas, entre el polvo,
y miasmas, en los estantes
que labraron los años que vivimos,
sin apenas darnos cuenta,
labrando rutinas consistentes .
María Toca
Santander-14-09-2019.
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