Reseña: Prometeo contra Leviatán. Teorías sobre el Estado. Del liberalismo al anarquismo, de Costas Despiniadis. Cuadernos de Contrahistoria

Costas Despiniadis, en este libro, escribe una breve, pero intensa, historia de los autores clásicos que formularon las teorías sobre el origen del Estado y de los críticos con estas. A pesar de que en la obra podemos encontrar varios temas, todos en torno a la defensa o desmitificación del Estado, es obvio que la idea del “contrato social” al ser una de las más esgrimidas para legitimar el Estado es también una de las aportaciones más importantes que le debemos a la labor divulgadora de Despiniadis, quien señala que hay tres tendencias que han predominado en la teoría política moderna y en las que se fundamenta el mundo liberal burgués: Thomas Hobbes, John Locke y Jean-Jacques Rousseau. […] Las teorías del derecho natural y del contrato social, […] siguen siendo hasta el día de hoy los fundamentos de la argumentación teórica de los apologistas del Estado [pág. 8].

A propósito de esto, Despiniadis se pregunta si el predominio total del capitalismo en el mundo tiene relación con el renovado interés en últimas décadas en la obra de Locke, que durante algunos años parecía tal vez olvidada [pág. 71] y apunta que, sus críticos han visto en su teoría sobre el Estado […] la estructura de las sociedades anónimas [pág. 59]. También Locke afirma que desde el momento en que surge esta propiedad individual, […], los seres humanos ya tienen necesidad de ‘leyes positivas’ que delimiten y protejan esta propiedad y por lo tanto ingresen a la sociedad civil ‘voluntariamente’ en términos de contrato social [pág. 63].

Sin embargo, Despiniadis afirma que el autor de El Contrato Social, Rousseau, rechaza el argumento hobbesiano básico de que las personas, al delegar el poder en el soberano, aseguran la paz y la tranquilidad y la protección que este les proporciona. Las guerras entre los Estados […] son muchas más y más intensas que cualquier otro conflicto [pág. 43]. Pero las principales críticas no vendrán del liberalismo. Escribe Despiniadis que Proudhon cree que el contrato social es el pacto que hace el hombre con el hombre y del que ha de resultar lo que se llama sociedad. […] La idea de contrato excluye la de Gobierno [págs. 107-108]. Así, Proudhon afirmará que el Estado es una institución externa en relación con la sociedad humana [pág. 114].

Por otro lado, en autores como Hegel podemos observar que la crítica al Estado liberal ha supuesto la afirmación del Estado como una entidad aún más independiente de la sociedad. En el libro de Despiniadis vemos la evolución de un “joven” Hegel, que mostró un repudio ferviente del Estado y que dijo que ¡tenemos que ir más allá del Estado! Porque todo Estado tiene que tratar a hombres libres como engranajes mecánicos, y puesto que no debe hacerlo debe dejar de existir [pág. 76], a un Hegel “maduro” que, influido por las abrumadoras derrotas sufridas por los Estados alemanes en la guerra contra Francia […], orienta su pensamiento político e histórico hacia la búsqueda de un Estado que proteja el interés común en el interior, pero que también proteja a los alemanes de los peligros externos [págs. 77-78]. Este Hegel “antiliberal”, se opone firmemente a todas las teorías del derecho natural […] [y] del contrato social [pág. 81] y cree que la ley, por tanto, no nace del contrato social, sino de una dialéctica de ultraje y castigo [pág. 82].

Para Despiniadis, un Marx que revelaría más influencias hegelianas que l, as que él mismo reconoció explica la utilidad que tiene el Estado y el Parlamento para asumir funciones que antes ejercía colectivamente […] la comunidad (como, por ejemplo, la defensa armada frente a eventuales peligros exteriores o la administración de la justicia) […] asignadas a cuerpos […] separados de la sociedad [pág. 96]. Para Marx, la república parlamentaria era algo más que el terreno neutral en el que podían convivir con derechos iguales las dos fracciones de la burguesía francesa […], la gran propiedad territorial y la industria. Era la condición inevitable para su dominación en común, la única forma de Gobierno en que su interés general de clase podía someter a la par las pretensiones de sus distintas facciones y las de las otras clases de la sociedad. Por eso, además, el mecanismo real y estable del Estado es independiente del Gobierno y permanece inalterable ante los eventuales cambios parlamentarios [pág. 98].

Para Nietzsche, como leemos en Despiniadis, el Estado es incapaz de concebir un fin superior al de su propia existencia y prosperidad [pág. 195] y no es más que un conquistador con mano férrea, controlado por tiranos que eran indiferentes a la verdad, y utilizaba poderosos ejércitos para organizar a la masa […]. De este modo, en efecto, comienza el ‘Estado’ sobre la Tierra: pienso que se acabó ese delirio que lo hacía comenzar con un ‘contrato’ [pág. 197].

Por su parte, Bakunin, de cuyos posibles vínculos teóricos con Nietzsche se ocupa el libro de Despiniadis, cuestiona enérgicamente la opinión que quiere al Estado como ‘encarnación del interés general’. […] Una trampa: ‘La producción capitalista moderna y la especulación bancaria exigen para su pleno desarrollo un gran aparato estatal centralizado, pues solo él es capaz de someter a su explotación a los millones de asalariados’ [pág. 124]. Por ello, rechazó la teoría del contrato social: ‘[…] ¿Qué vemos a lo largo de la historia? El Estado ha sido siempre el patrimonio de una clase privilegiada: la clase sacerdotal, la nobleza, la burguesía; y, al final, cuando todas las demás clases se han agotado, entra en escena la clase burocrática y entonces el Estado cae […] al estatuto de una máquina. Pero para la salvación del Estado es absolutamente necesario que exista alguna clase privilegiada interesada en mantener su existencia. [págs. 124-125]. Bakunin denunciará que todo Estado […] es esencialmente una máquina para gobernar a las masas desde arriba, a través de una minoría inteligente y por tanto privilegiada que supuestamente conoce los verdaderos intereses del pueblo mejor que el propio pueblo [pág. 127].

 

 Fundación Anselmo Lorenzo (Delegación de Aranjuez), Aranjuez, 2021.

Por Roberto Pradas Sánchez-Arévalo.

Sobre Maria Toca 1673 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

Sé el primero en comentar

Deja un comentario