Terrorismo

Les voy a contar una historia que viví (vivimos) de cerca.

Amparo Pérez, residía en su casa cercana a la S20, a diez minutos escasos andando del centro de Santander, zona de expansión urbana pero rodeada de campos verdes que le hacían parecer un pueblo o una cabaña bucólica . Amparo tuvo una vida dura. Le tocó trabajar desde los doce años, cuando se desarrolla esta historia tenía 86. Trabajó de niña a cambio de comida en los duros años de postguerra , luego se colocó de sirvienta, lavando la ropa de los señoritos en el lavadero de agua helada en invierno que laceraban sus manos curtidas pero infantiles aún.  Además  limpiaba la casa ella sola. Al casarse, su marido tenía una tejabana en medio de una finca pequeña,  que fue convertida con su trabajo y la ayuda de familiares y vecinos en una cómoda vivienda de noventa metros ,  rodeada de una finca de 374 metros cuadrados en donde la pareja plantó árboles, sobre todo un limonero que esponjaba cada temporada y donde Amparo se refugiaba para tomar la fresca y recibir a alguna vecina o familiar en los meses veraniegos.

 

La casa  fue construida ladrillo a ladrillo por la pareja. Vi las facturas que ella guardaba celosamente por si alguien reclamaba algo. Cemento, ladrillo, ventanas…todo ordenado en una cajita de galletas abombada por los años. Amparo fue feliz en esa casa donde crio a sus hijos, amansó la vida poco después con los nietos y perdió al marido y compañero. Ahora, en el ocaso de su vida, la finca y el limonero plantado años atrás eran su mundo. A veces la veía paseando por la zona, parándose cada poco a charlar con alguna vecina…La tranquila vida de la anciana Amparo Pérez estaba próxima a quebrarse.

En los aledaños del poder hay cuervos. Siempre hay personajes que toman posesión de una alcaldía y reparten prebendas y disfrutes sin mayores incidencias. Recuerdan aquel político que decía que había entrado en política para hacerse rico…Él fue sincero, otros no lo dicen así de claro, pero lo piensa. O peor, lo cumplen.

La S20 circunvala la ciudad con sucesivas entradas hacia el centro. La casuca de Amparo seguía en medio de las fincas, pero  su suelo se convirtió en  urbano  tiempo atrás. En el Ayuntamiento de Santander, idearon una nueva e innecesaria entrada a la ciudad (a 800 metros justos hay otra) y para ello necesitaban la finca de Amparo. ¿Qué tramaron las mentes lubricas de la Casona?: declarar  el suelo urbano donde se aposentaba la casa de Amparo en rustico con lo que su valor caía estrepitosamente;  poco después  expropiaron la finca y propusieron a la mujer, que por su casa de (repito, 90 metros cuadrados y finca de 374 a poca distancia del centro)…recibir una indemnización de ¡78.000€! o bien,  le ofrecieron un apartamento en el otro extremo de la ciudad, extrarradio más bien, de 40 metros, además de tener que abonar  un añadido de 10.000€ .

Amparo tembló porque su casa era todo para ella. Su rincón, sus vecinos, su limonero, eran su mundo. No quería marchar y sobre todo lo que aborrecía era que la tomaran por tonta. ¿Cambiar una vivienda unifamiliar cercana al centro con finca por un apartamento lejano, más hipoteca? Cuando nos amenazan con ese comunismo que quita propiedades, o con okupas que nos arrebatan las viviendas a poco que las dejemos solas, yo me acuerdo de Amparo y de tantas Amparos que el poder, no comunista, sino derechista a ultranza arrebata sin remisión.

 

Entramos en lucha en apoyo a esta mujer. Tuve una participación indirecta en la redacción de un alegato que se llevó al ayuntamiento contando lo que les he referido con datos y facturas de la construcción de la casa. Les juro que debía interrumpir el escrito cada poco porque me hizo llorar conocer los detalles de una vida sencilla y sacrificada.

El Ayuntamiento de Santander recibirá hoy a Amparo

No sirvió de nada tanta lucha. No aplacó las fauces de los que se habían propuesto morder la finca de Amparo para hacer una enésima salida tan cara como innecesaria porque los sobrecostes, como siempre, ahogaron el presupuesto. Sobrecostes que sí asumió el Ayuntamiento, tan rácano a la hora de indemnizar a la mujeruca.

Amparo se resistió, pero conforme llegaba el día del desahucio su salud se resquebrajaba. Conforme apurábamos la lucha sin que los integrantes de la corporación y la empresa constructora –UTE, formada por Isolux-Corsán y Copsesa (esta última propiedad de José Domingo San Emeterio, que entonces compatibilizaba su tarea empresarial con la alcaldía de Ramales (de la Victoria…) y militante del PP ¡sorpresa!- no se atuvieran a un cambio de planes para que Amparo residiera sus últimos años en lo que era su hogar.

Recuerdo la suplica que le hizo al alcalde de entonces, Iñigo de la Serna: “no se preocupe señor alcalde, espere un poco, si me voy a morir pronto, luego usted hace lo que quiera pero déjenme morir en mi casa” No, no la dejó,  Iñigo de la Serna  tiene demasiado frío en el alma.

El cinco de febrero de 2015, día que estaba propuesto para el desahucio, Amparo fue conducida a la UCI de Valdecilla, su corazón no pudo soportar el desaliento de los días anteriores empacando  recuerdos, recogiendo los muebles y enseres para marchar a un sitio impreciso que ella no quería pensar. Parte de la gente que protegía la finca y la casa sin abandonarla,  marcharon con ella pensando que no se atreverían a cumplir la amenaza de desahucio mientras estuviera ingresada,  quedando pocas personas en el lugar.

A las cinco de la tarde,  recuerdo el sonido de mi teléfono avisando de mensaje,  y el consiguiente  choque de mis ojos ante  las fotos de los bulldozers destrozando la casa de Amparo. Habían aprovechado el ingreso de la mujer para arrasar su hogar. Mientras los cascotes caían arrollando los recuerdos y los ladrillos construidos por ella y su compañero de vida, me juré que jamás iba a perdonar esa afrenta de la canalla corporación municipal santanderina encabezada por el que luego fuera ministro, Iñigo de la Serna.

https://www.eldiario.es/cantabria/ayuntamiento-santander-amparo-perez-uci_1_4380494.html

Amparo murió tres días después. No salió de la UCI, ni volvió a su casa inexistente,   varios dictámenes médicos avalaban la fragilidad de su salud y la improcedencia de obligarla a un traslado a su edad y con la  insolvencia de un corazón herido.

Amparo murió, pero nadie acusó jamás de esa muerte al alcalde  de mi ciudad. Ni a la corporación. Nadie les acusó de terrorismo por adelantar o producir una muerte con sus actos. Imagino que si le presentamos el caso al juez García Castellón tendría a bien considerarlo como terrorismo y juzgaría a don Iñigo de la Serna en consecuencia. Estoy segura de que el señor juez, haría lo propio, incluso pienso que el señor Feijoo consideraría acto terrorista a lo ocurrido con Amparo Pérez porque según él, terrorismo es terror, impeler al terror, sentir terror,  y yo le aseguro que pocas veces he visto más terror dibujado en la cara del que Amparo sufrió durante los meses de la tortura a la que la sometió la corporación santanderina.

El caso de Amparo no es único, si le cuento es porque sentimos la herida abierta y cada mes de febrero se nos abre un poco porque jamás se le hizo más justicia que las flores que manos anónimas ponen cada poco en la curva que tuerce el vial donde se hallaba su casa. Por cierto, vial completamente inútil que apenas tiene tráfico.

Hace dos días saltó a la prensa la noticia de que otra anciana ha sido desahuciada por deber 80€ que gente de bien se prestó a pagar. La propiedad de la casa de la anciana no quisieron saldar la deuda, desean el desahucio porque ese piso valdrá más en el mercado inmobiliario de alquiler por temporada. Cuervos, ya les dije. Cuervos hambrientos y malvados.

¿Cuántas personas han muerto como consecuencia de desahucios en nuestro país? Son tantas que al juez García Castellón no le daría la vida para procesar a los infames que produjeron los actos que potenciaron dichas muertes. O quizá es que no se ha enterado que estos hechos ocurren cada poco…

¿Cuántas ambulancias se retrasan al entrar en barriadas oscuras y sin asfaltar? ¿Cuántos transeúntes mueren de frio o asesinados en la calle por falta de sensibilidad social? ¿Cuántas muertes ha tragado el Mediterráneo debido a la falta de empatía social de los gobiernos que niegan ayuda a las pateras?

Imagino que el juez García Castellón, inmerso como está en enjuiciar a los integrantes del Procés, no tiene tiempo de considerar víctimas de terrorismo a la gente que muere por desatención, corrupción o simplemente porque los que mandan  les importa una mierda el pueblo que dicen representar. Pero ya se sabe, el señor juez y los patriotas andan entretenidos defendiendo la unidad de España…Lo de defender la vida de los/as españolas, ya para otro momento. Por eso cuando les pregunten ¿terrorismo? podemos responder: ¿y tú me lo preguntas? Terrorismo eres tú.

María Toca Cañedo©

In Memorian de Amparo Pérez y de lo que representó para quienes tuvimos el honor de conocerla.

Escrache de la PAH a De la Serna por el desalojo de Amparo

Sobre Maria Toca 1673 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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