Será la suerte del pobre,
zambulléndose en el barro,
porque nuevos sinvergüenzas
engañan al ciudadano.
Las condena es evidente
porque las pieles abrasan.
Nadie parece evitarlo,
todos lo saben y callan
pues si te hicieras clamores
serías preso en su trama.
¿A qué parece la historia
de hace siglos, de otra etapa?,
¿sentís vosotros lo mismo…?
¿La creímos olvidada?
Pues nada señores… Sigue
la detritus aireada
por delante de nosotros,
por detrás y hasta en la cama,
porque son estafadores
sombreándose la cara
para parecer hermosos
mas, traen el alma pelada.
Pobres, pobres, pobres, pobres…
de nosotros, que buscamos
gente mejor, más honrada.
Hablan de honores ¡qué asco!,
a los que asienten y votan.
Ponen cerrojos dorados
en las puertas de sus casas
donde esperan agasajos,
más ‘fotos’ y más aplausos,
que si entras, en su aroma te has mudado.
©Ángeles Sánchez Gandarillas
5-IV-2014
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