Satisfecho de sí, recibió indiferente el caluroso aplauso por su brillante actuación.
Librado ya, quiso celebrarse frente a la taza de humeante café en la mesa del bar.
Miró, al abrir el sobre de azúcar, la frase de Unamuno que decía: “un pedante es un estúpido adulterado por el estudio”.
Sobre el mármol de la mesa se enfrió el café, y el sobre de azúcar arrugado quedó abandonado al lado de la taza.
Y que más…
Texto: Mario Yudicello.
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