Para quienes le conocían fuera del trabajo les era inconcebible pensar en que su triste figura escondía algo tan turbio, bajo el aspecto de niño hambriento, tez de un blanco de sudario y su endeblez no se entendía que fuera capaz de ser lo que Roberto Conesa fue para un número grande de personas.
Nace en Madrid, en 1917, pronto se queda huérfano y va dando tumbos hasta que en la temprana edad en que los niños aún patean el balón en el patio del colegio, consigue un trabajo de ayudante de ultramarinos que había en la calle General Lacy de Madrid. Era una labor socorrida para los desarrapados que no tenían familia o que eran tan pobres que se veían expulsados del nido con la obligación de ganarse la vida. A cambio de comida y cama, el joven empleado se encargaba de todo. Tareas de atención al público, limpieza, reposición y cualquier cosa que al amo se le ocurriera porque el sistema era casi de esclavitud.

El ”Orejas” como le llamaban en el barrio se adapta al trabajo mientras masca en sus adentros la forma de subir en el escalafón social. Son los años de los sueños republicanos y al Orejas le suenan las cadencias reivindicativas del socialismo pero intuye que ese no va a ser el camino por el que medrar en el futuro. Al comienzo de la guerra, el ultramarinos donde trabaja es incautado por la CNT y él se afilia al sindicato sin mucha convicción. Algo ven los cenetistas en el Orejas que a poco lo expulsan. Quizá se dan cuenta de que desaparecen alimentos del almacén incautado para los defensores de la ciudad, siendo trasegados hasta las embajadas donde la gente de bien se refugia de los furores del revolucionario Madrid. Mientras los ojos oscuros del joven Roberto Conesa observan que la guerra se va a perder por lo que toma partido por los que supone ganadores. Apuesta fuerte el joven orejudo, porque puede fallar, por lo que opta por reptar en silencio en las aguas quintacolumnistas forjando su talento para ser lo que no es, para parecer lo que odia y para engañar a todos en propio provecho.

Se hace de Falange aunque sigue cercano a las fuerzas que defienden Madrid y comienza su labor en la Quinta Columna madrileña. Para tener acceso a toda la información milita en las Juventudes Unificadas Socialistas donde se codea con jóvenes como él reptando por el subsuelo quintacolumnista para pasar toda la posible información a los invasores. Cuando acaba la guerra, propone matrimonio a la única hija de sus jefes, que si bien no es guapa ni le gusta mucho le va a poner un escalón importante en su ascenso social.
El 4 de diciembre de 1939, Conesa recibe una felicitación del ministro de la Gobernación, Ramón Serrano Súñer , por las «medidas preventivas y de mantenimiento del orden público» durante el traslado de las restas del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera , desde Alicante hasta San Lorenzo del Escorial.

Se convierte en yerno del dueño de los ultramarinos, mientras las informaciones que pasa sobre la JSU darán como fruto la caída de muchos/as jóvenes. Entre ellos trece casi niñas que andan ayudando al Socorro Rojo, organizando la resistencia al fascismo. En los archivos abiertos no hace mucho, se confirma que fueron sus informaciones detalladas las que propician la detención de las 13 Rosas y sus delaciones consiguen que sean fusiladas en el paredón del cementerio del Este. Además de las 13 Rosas, caen otros muchos. El Orejas va dejando de ser el tragaldabas del barrio para convertirse en alguien al que temer. Son años en que se mantiene la esperanza de una ayuda internacional por parte de los aliados, el PCE sostiene la lucha interna enviando a militantes al interior para luchar por la libertad. El Orejas se hace insustituible en las tareas de infiltración y delación.

Sus delaciones hacen que el PCE sea diezmado. Uno tras otro van cayendo los comunistas que llegan con idea de luchar contra la dictadura. Incluso se ha convertido en redactor de Mundo Obrero donde publica encendidos artículos revolucionarios, en ocasiones comete errores intencionados, simulando ignorancia, así los mandos se reúnen para enseñarle…cosa que aprovecha para denunciarlos.

Tal fue su actividad que la Brigada Político Social consigue desmantelar al PCE hasta el punto que pasa, en los años cuarenta, a dirigirse desde la cárcel poque no hay gente fuera. A la vez, Roberto Conesa se relaciona con los ocupantes de la vecina Francia. Formado por la Gestapo colabora con ellos en la detención de exiliados españoles en Toulouse, incluso se le considera instructor de la detención de diez guerrilleros que tienen su sede en Toulouse con infiltraciones en la Península. Su tarea es impagable para el régimen…

En el régimen fascista instaurado en España, sí que se paga la traición y el Orejas sabe mover sus fichar para cobrarse bien. Al desarrapado enclenque de postguerra, además de la esposa pudiente, Francisca Larral Torrecilla, que le proporciona un hogar en la calle Narváez número 48, se le ofrece, justo contando veintidós años, ser agente provisional de la BPS entrando el veinticinco de agosto de 1939 a formar parte de la comisaría del distrito Palacio de Madrid. Ya es uno más de los esbirros visibles del régimen, por lo que comienza a ser respetado y los que le conocen sienten el latigazo de miedo ante la escuálida presencia de un tipo sin formación, sin carisma y sin escrúpulos. Es por esto último por lo que el que luego llegaría a lo más alto, convirtiéndose en el comisario Conesa.

La Falange le premia por su labor de Quinta Columna, concediéndole el local número uno de la Colonia Virgen del Pilar en la Avenida de América en donde instala un despacho de aceites que le proporcionan pingües ganancias. Eso unido al estraperlo y a las incautaciones que realiza cuando trata con detenidos de cierto poder económico le van labrando una fortunita al huérfano esclavo de los ultramarinos familiares.
Son tiempos para los avispados, y Roberto Conesa lo era en grado sumo. Además de no tener ningún escrúpulo ni afecto por nada ni nadie tiene una aptitud muy valorada por los fascistas: goza con el dolor ajeno, sabe manipular haciendo daño, doblando cuerpos y almas de la gente que está detenida en los bajos de la DGS. Durante los primeros años de postguerra, labra una tupida red de confidentes, tan desalmados y malvados como él con los que teje la maraña en donde caen los luchadores por la libertad, son el Rubio, el Peque y el Chato. Ya dijimos que aprendió con los mejores de la época, la Gestapo fue su maestra.

Se dice que desde octubre de 1946 hasta enero de 1947 propicia la detención de dos mil comunistas, con 1744 penas de cárcel consiguiendo apuntar en su lista honorifica 46 condenas a muerte. Por esa tarea ingente recibe 2500 pesetas por cada operación lo que supone el 56% de su salario anual. A ello se suman las diversas sustracciones de dinero y pertenencias a los detenidos con posibles. A veces se le iba la mano y detenía a gente sin cargos solo por el placere de incautar algo que a Conesa le parecía apetecible.
Jorge Semprún, al que jamás fue capaz de dar caza, le describe bien: “Conesa era capaz de trabajar solo a base de confidentes y de palizas” Siendo ministro, se cruzó con el malvado Conesa en varias ocasiones.

Con la frustrada invasión al valle de Arán que coincide con la llegada de la Guerra Fría y el reparto de Europa en bloques, Stalin decide que no va a apoyar más entradas de camaradas en España, a la que da por perdida. Pasionaria y Carrillo deben acatar las ordenes de Moscú y descabezan la lucha tanto guerrillera como la que trae camaradas al interior. El PCE queda sin fuerza y diezmado por las sucesivas caídas y detenciones, por lo que Conesa se queda sin enemigo a batir.
Es momento de formarse en los nuevos métodos de tortura, para ello realiza un curso con la CIA desplazándose a EEUU donde recibe dos meses de formación en anticomunismo, con métodos un poco más sofisticados que los que se utilizan en España. Se marcha el cinco de diciembre de 1957 bajo las órdenes de Vicente Reguengo, alto cargo de la Dirección General de Seguridad con el conocimiento y la aprobación del ministro Camilo Alonso Vega. En EEUU es presidente Eisenhower que poco antes ha validado a la dictadura franquista con un abrazo en Barajas. Poco después solicita una excedencia marchando a la República Dominicana durante un año donde realiza formación y trabaja con ahínco para la dictadura de Leónidas Trujillo ( sangriento dictador retratado por Vargas Llosa en una de sus novelas)

A Roberto Conesa ya nadie le llama el Orejas en Madrid porque el prestigio de su sadismo ha llegado muy lejos. Tanto que en los años cincuenta es condecorado por el Sha de Persia para el que ha realizado algún trabajo oculto con la medalla de oro de la orden Hamagom. Poco después su segunda esposa, la primera ha muerto poco antes, recibe una condecoración al mérito policial.

Roberto Conesa Escudero con número de placa 2486, y domicilio en la calle Comandante Fortea de Madrid se ha convertido en la estrella de los bajos de Sol, donde campa con sus torturas infames. Una de sus víctimas más frecuentes es Simón Sánchez Montero, al que tortura sin jamás conseguir que se quiebre, que confiese nada. Al llegar a los bajos siniestros, el gran militante comunista, ante las preguntas de los infames contesta siempre lo mismo: “me llamo Simón Sánchez Montero y soy comunista” Nadie, nunca consiguió sacar de su boca más palabras. Detiene también a los integrantes de las Comisiones Obreras, con Marcelino Camacho al frente.

Durante la década de los sesenta abandona la persecución de comunistas porque en el país encerrado de miedo se han levantado nuevos combatientes contra la dictadura. Son los tiempos en que ETA comienza a atentar y para eso está Conesa. Siguen llegando medallas a su pecho y a su economía, en 1963 el ministro Pedro Nieto Antunez le concede la Cruz al Mérito Naval de 2º clase por los “excelentes servicios prestados a la Marina Mercante”
En 1966 detiene a varios miembros del PCml (maoístas) llegando a especializarse en los nuevos grupos que brotan a la izquierda del PCE. En 1967 le llega la Cruz del Mérito Policial, distintivo rojo, incrementado el premio con una paga de 28.800 pesetas. También en 1968 recibe tres felicitaciones además de premios en metálico por sus acciones contra ETA. En 1969 accede a ser docente (él, que carece de toda formación académica) en la Escuela de Policía.

En 1971 su sueldo es de 246.456 pesetas, lo que le convierten en un policía adinerado. Es en ese año cuando contrae matrimonio con su nueva esposa, Carmen Ferrero Gil.
«Roberto Conesa fue el enemigo número uno del PCE porque se infiltró varias veces en él y logró deshacerlo otras tantas. Después de que la Policía liberase en 1977 a Antonio María de Oriol y Emilio Villescusa, secuestrados por los GRAPO, él presumía de haber logrado algo más que infiltrarse: captar el espíritu de la organización, su lenguaje y su personalidad no solo para hacerse pasar por uno de ellos, sino también para captar a militantes desde dentro y persuadirlos para que se pusiesen a su servicio», explica a Público el autor de Falsos camaradas: Un episodio de la guerra antipartisana en España, 1947.
https://www.publico.es/politica/policia-cazarrojos-infiltro-pce-aniquilarlo-franquismo.html

Durante la década de los setenta se dedica a investigar y detener a miembros del FRAP y ETA con los mismos métodos usados en los primeros años de la dictadura. Torturas salvajes, delaciones, e infiltraciones de confidentes. En la DGS ha conseguido formar un grupo que le siguen en sus métodos, como aventajados alumnos, entre ellos destaca el pequeño e insignificante malvado Juan Antonio Rodríguez Pacheco, Billy el Niño. En 1974 sigue con su carrera ascendente siendo designado por la DGS representante ante el Instituto Español de Estudios de la Defensa (CESEDEN) y el dieciocho de abril de 1974 pasa a ser jefe de la Brigada Central de la Comisaria de Investigación Social. Culmen del éxito de aquel huérfano que servía como mancebo de los ultramarinos en la tienda de General Lazy, en la España republicana que no tiene ninguna formación más que la que le ha producido la reptación por las cloacas del Estado.

Ya se permite la fama, durante una larga entrevista que concede en 1977 a Cambio 16 incluso se pavonea de sus “capacidades”: «Vas en busca de otras piezas. Vas a bajar la pieza como el buen cazador. Luego, que la coma otro. Vas siguiendo el rastro para que el detenido sirva de cimbel«, declaraba a la revista en referencia al método que empleaba para que unos militantes delatasen a otros, aun a riesgo de que muriesen durante las torturas, «por su culpa, por sus propios hechos» es su argumento, algo que, hipócritamente, decía lamentar en la entrevista. «Como hay cazadores que ven la pieza bonita y después de haberla matado dicen: qué pena, qué pena no haberla podido coger viva para presentar este ejemplar, ¿comprende?».

«Las recompensas, las mordidas y otros ingresos al margen de la nómina eran lo que permitían que el pobre Conesa viviera por entonces en un ático de la calle Narváez, en pleno barrio de Salamanca«, escribe Fernando Hernández Sánchez, quien señala que esas prebendas alentaban el «celo represivo« de unos agentes «mal pagados». Me permito dudar de que Conesa a lo largo de su vida estuviera mal pagado.
En esos años consigue la liberación de los secuestrados Oriol y Villaescusa que le hacen emerger en prestigio y fama, que él sigue aprovechando con petulancia publica pavoneándose frente a la prensa

Roberto Conesa ha depurado su “técnica” que traspasaría a sus alumnos destacados en los temibles bajos de Sol donde anidaba la DGS con la Brigada Político Social que durante años fue el terror de la oposición y desde cuyos despachos se torturó incluso también asesinaron a muchos de forma impune incluso calumniando a las víctimas con montajes infames.
Las depuradas “técnicas” que se utilizaban por Conesa y su equipo eran las siguientes:
La «rueda» (golpes circulares entre varios agentes), «la cigüena» (obligar al detenido a mantenerse en cuclillas esposado), «el tambor» (golpes con cubo metálico en la cabeza), «la bañera» (sumergir la cabeza en agua, orina o escupitajos). A esto se sumaban torturas psicológicas: insultos, amenazas a familiares, simulacros de ejecución.

Este fue el sujeto cubierto de honores, prestigiado por la prensa como el gran cazador de terroristas entrevistado por los medios y por baboseos de Pilar Urbano que le dedicó loas vergonzantes.
Si quieren conocer bien el origen del sujeto les aconsejo que lea Las tres bodas de Manolita en donde le verán caminar por el oscuro Madrid de postguerra traicionando, delatando y conduciendo a la muerte a las personas que luchaban por la democracia y la libertad.
Sus últimas acciones dejaron en silla de ruedas a Antonio Cubillo, atentado propiciado, como tantos otros como el del Scala de Barcelona, por el ministro Martín Villa.
https://elpais.com/diario/1996/02/12/espana/824079606_850215.html
Roberto Conesa muere en Madrid un veintisiete de enero de 1994, un día de huelga general. Nadie del gobierno ni de la policía acudió de forma oficial a ese entierro, quizá ya habían comenzado a conocer el pasado de uno de los infames verdugos del franquismo.
María Toca Cañedo©

Bibliografia:
Las tres bodas de Manolita, Almudena Grandes (Alfaguara)
Veinte años y un día (Tusquets, 2011) Jorge Semprún, donde el autor le nombra como Roberto Sabuesa
Falsos camaradas: Un episodio de la guerra antipartisana en España, 1947. Fernando Hernández Sánchez.
https://elpais.com/diario/1994/01/28/espana/759711615_850215.html

» Las tres bodas de Manolita», refleja muy bien a este tipejo y la Situación de parte de la guerra y la postguerra, por eso no podían ni verla los del PP.
Así es. Gran libro