El ser humano siempre soñó con volar. Imaginamos a personajes de todas las épocas mirando al cielo o escrutando el vuelo de las aves con el deseo de imitarlas. El vuelo de Ícaro que perdió sus alas al acercarse demasiado al sol, debió de ser un temor irracional para los soñadores.
En los comienzos del siglo XX se dan pasos para conseguir lograr un sueño de forma tímida. De forma esporádica y con el arrojo de unos cuantos soñadores se va logrando volar. En España no sería hasta 1910, en que dan comienzo los primeros pasos de la aviación, siendo en 1925 cuando se forma la Unión Aérea Española, organismo que se ocupa del análisis y la gestión de los diversos aeródromos que van surgiendo por el país, así como de la supervisión de las fábricas de aeronaves que también se prodigan por el territorio patrio. El veintiocho de junio de 1927 se crea la empresa IBERIA que comienza a su labor el quince de mayo con la primera operación comercial.
En diversos puntos del país van naciendo los aeródromos, mientras el pueblo asiste con fascinación a la llegada y salida de esos pájaros de hierro pilotados por hombres considerados casi suicidas y aguerridos. En Cantabria existe el aeródromo de La Albericia desde los inicios de la aventura, en 1910, también se utiliza una línea de hidroaviones que salen de la bahía santanderina con dirección a Bilbao y Bayona.
En Astillero nos encontramos a un personaje singular, casi que diríamos típico de la época proclive a emprendedores con visión de futuro y empecinados en hacer crecer sus empresas, quizá no tanto por el enriquecimiento personal como por la gloria y la fama que se conquista con el empeño, si este resulta exitoso. Suelen ser personajes nacidos del pueblo con una visión visionaria del futuro, cuando la sociedad moderna estaba por hacer y se preveían gratos avances.
https://astillero-guarnizo.blogspot.com/2021/01/talleres-del-astillero-1923-1927.html
Casimiro Tijero, era el típico industrial venturoso y visionario que mantenía una empresa de construcción y reparación de barcos, bastante floreciente. Además, es alcalde de su pueblo, Astillero y tiene una premonición que le quita el sueño. Tijero piensa que la aviación tiene futuro y puede ser el detonante de la prosperidad de su pueblo, además de la suya. Con este sueño establece contactos y viaja a Alemania, en 1928 con el fin de entrar en tratos con la empresa que fabrica los Junkers, consiguiendo la promesa firme de los alemanes de que es posible conseguir la patente de fabricación de sus aviones (aeroplanos comerciales y de guerra) para su construcción en Astillero.
La fiesta de la celebración de las buenas noticias que traía el bueno de Tijero a sus conciudadanos fue grande. Recibido con algarabía en su pueblo, porque la fabricación de los bimotores, suponían puestos de trabajo y riqueza económica para la región, además del orgullo de saberse pioneros de una industria en expansión. Para ello, era imprescindible encontrar un lugar donde aterrizaran y despegaran los aparatos creados en la empresa del alcalde. Casimiro Tijero, inspeccionó la zona, encontrando una explanada cercana a la ría que confluye en la bahía de Santander sirviendo de frontera entre municipios vecinos (Marina de Cudeyo y Medio Cudello), que ha sido rellenada por el material de las minas que bordean los territorios cercanos a la montaña matriz de la ciudad y aledaños, Peña Cabarga. Valorada desde los tiempos romanos hasta su agotamiento y posterior creación en los terrenos de una de ellas, del Zoo de Cabárceno. Las ricas minas, llenaron de mineral de hierro a las empresas nacionales. Los terrenos no están en el municipio de Astillero, pero el alcalde Tijero, entabla negociación con los propietarios de las fincas que se encuentran en Marina de Cudeyo, municipio vecino al que representa. Los propietarios, en principio, ceden los terrenos en la llamada finca de Prades, para realizar pruebas de aterrizaje y despegue.
El alcalde Tijero siente que toca con la punta de los dedos el sueño de fabricar sus aeroplanos, hasta concierta con los alemanes enviar a obreros de su pueblo para formarse por técnicos alemanes y que vuelvan capaces de realizar el montaje y reparación de los bimotores. En su nuevo viaje a Alemania, va acompañado al director de ‘Talleres del Astillero’ la empresa matriz: Manuel Casanova, ingeniero de la empresa; Justo Tijero, director administrativo; Eugenio Jiménez, jefe de talleres y dos delegados de los obreros. Este equipo negociador liderado por Casimiro Tijero, se trae la patente para fabricar los aviones durante 20 años además del compromiso de enviar trabajadores de los talleres del Astillero a conocer los procesos de producción y hacer prácticas en la propia fábrica de Alemania.
La Unión Aérea Española, supervisa los terrenos aceptando, con ciertas limitaciones, el uso de la finca como pista. Admiten que tiene óptimas condiciones de piso y nivelaciones, además, sus dimensiones son más que suficientes para los aparatos militares Junkers F13 pero no para los trimotores que pesan más de seis mil kilos por lo que éstos, necesitan más espacio de despegue. Las limitaciones vienen ocasionadas, por las zanjas que bordean la finca cuyo fin es drenar parte del terreno. Tijero, asegura a la Unión que las zanjas serán rellenadas para que nada impida convertir al aeródromo de Pontejos en un colosal punto de aterrizaje y despegue. Los dueños de los terrenos que lo habían cedido de forma gratuita se niegan, a inutilizar sus campos por el relleno y eso para las expectativas del alcalde. También se reciben presiones desde diversos puntos de la península, de otras empresas con más raigambre en el mundo aeronáutico, que menosprecian al desconocido visionario de Astillero.
No obstante los problemas, se producen varios viajes y expediciones de visitantes, militares sobre manera, al aeródromo, que el alcalde quiere que se llame “Astillero” como su pueblo, aunque ya dijimos que está situado en el de al lado, Marina de Cudeyo. Según datos del historiador Emilio Herrera Alonso, en su libro ‘Alas sobre Cantabria’ confirma que “El 21 de julio llegaron al campo de Pontejos –al que oficialmente se denominaba ‘Astillero’- dos Breguet XIX desde Cuatro Vientos tripulados por los comandantes Franco (sí, hermano del otro, pero este se llevó la valentía y la inteligencia de la familia) y González Gallarza, además de los capitanes Ruiz de Alda y Álvarez Buylla. La idea de los recién llegados es visitar al rey que veraneaba junto a su familia y sequito en La Magdalena, en un intento de explicarle e implicarle en un vuelo que proyectan hacer alrededor del mundo. El veinticinco de julio, justo a las ocho de la tarde vuelven a aterrizar en Pontejos tres biplanos de la casa Nieuport 29 C-1 grupo 11 de Getafe, pilotados por el comandante Ortiz Muñoz y los capitanes Roig y Bustamante de la Rocha. Todos los informes son favorables, salvo las pegas previstas y se produce la notica que esperan: “Autorización para construir aviones del tipo Junkers por tener la exclusiva de la licencia para su explotación” a la S.A. Talleres del Astillero. Lo que se publica en el BOE ocho meses después, el 7 de enero de 1929, por lo que aparece el informe favorable de la Dirección de Aeronáutica Militar.
Lo que ni Tijero ni la incipiente industria española auguraban es que, en octubre de ese año, 1929, se produce el terrible crack en la bolsa de Nueva York, que echa al traste el proyecto del industrial Tejero y los sueños de convertirse en constructor de aeronaves…
Aun con el desfalco económico, sigue llegando algún aeroplano a las pistas de Pontejos siendo visitados por los habitantes del vecino pueblo de Astillero, que siguen pensando que su sueño es posible. La ría imposibilita caminar hasta las pistas; unas barcas sirven de comunican entre el pueblo de Astillero y la zona donde están las aeronaves que trasiegan con los ilusionados curiosos.
El sueño de Casimiro Tijero se estanca, aunque él espera, paciente, a que la economía se consolide y pueda retomar. Lo que no contaba el buen del industrial astillerense es que en 1936 el hermano del aviador valiente, el pequeño general africanista Francisco Franco, diera un golpe de estado que fracasa provocando una guerra sangrienta y terrible que muchas consideramos la primera batalla de la Segunda Guerra Mundial. En 1936 mueren los sueños de Tijero, como los de gran parte del pueblo español. El aeródromo de Pontejos se utiliza poco como pista de despegue de la escasa y tullida flota aeronáutica republicana hasta que en agosto de 1937 entran los invasores en la ciudad, cobrando nueva vida el aeródromo de Pontejos que fuera concebido por la mente emprendedora del buen alcalde.
Se trataba de una nueva y terrible vida, ya que se convierte en escala perfecta para la Legión Cóndor, cuyos bombardeos azotan a la vecina Asturias, reforzando con ello a las tropas rebeldes que sitian a los asturianos. En Pontejos se forma un campo de concentración que anidará desde finales de agosto a presos políticos, que son empleados como mecánicos expertos, que con su trabajo esclavo arreglarán las aeronaves que lleguen averiadas, a la vez que cargan las bombas en las tripas de los aviones que poco después destrozarán la tierra astur. El lugar concebido como sueño empresarial se convierte en parada y salida del azote que llevaría a la tierra asturiana a la derrota.
Los Heinkel He 111 de la Legión Cóndor se reponen y se llena en el aeródromo de Pontejos, para salir a realizar bombardeos de alfombra (a baja altura, divisando perfectamente el objetivo) Nos imaginamos que muchos de aquellos Heinkel salieron de Pontejos lleno de carga pesada con la que bombardearon a los héroes del Mazuco…quienes resistieron el embate de la Legión Cóndor hasta ser exterminados, ganando un tiempo precioso con el fin de conseguir que la gente asturiana pudiera huir de una muerte segura a manos de los genocidas que no tenían mayor piedad con el derrotado. La batalla del Mazuco se estudia en los centros militares como experiencia gloriosa de resistencia humana.
Los días siete, diecisiete, dieciocho, diecinueve de octubre de 1937, la aviación se ha abierto paso hasta El Musel, en donde bombardean a un submarino republicano, el rep-C-6. El veinte de octubre los Heinke He 111 hunden el destructor Císcar, anclado en El Musel con lo que la flota republicana recibe un duro golpe ya que ambos, se encontraban en espera de reclutar a gente para propiciar su huida. La desesperación de los que esperan en El Musel para huir de la represión es total. Indalecio Prieto ordena enviar otro destructor a Gijón pero el caos y las contraordenes de mandos intermedios, lo impiden.
El quince de octubre, las tropas franquistas de Aranda, se unen a las fuerzas de Solchaga y el diecisiete de octubre el Consejo Soberano de Asturias y León (autogobierno creado en los últimos días) calculan la huida ya que la vulnerabilidad de Gijón es notable. Los bombardeos de los aviones que salen de Pontejos, siguen maltratando a la tierra asturiana. Son presos esclavos los que se ven obligados a colaborar en la destrucción de sus compañeros y vecinos. Es tanta la población penal santanderina que los presos de “confianza” de Pontejos marchan a sus casas en los pueblos vecinos, después de la dura jornada laboral. No escapan, porque no hay a dónde ir ni como ocultarse de una tropas poderosas que en caso de huida la respuesta sería de una crueldad extrema.
El veinte de octubre se evacua de forma precaria, Gijón, puesto que las tropas de Aranda hostigan a las puertas de la ciudad. La Quinta Columna, tal como ocurriera en Santander ( en los últimos días de la derrota, ofrecían botellas de coñac a los exhaustos milicianos, a cambio de su armamento) toma los lugares estratégicos de la ciudad. Francisco Galán, Belarmino Tomás, Segundo Blanco, jefes de la resistencia, así como los asesores soviéticos, huyen en el último momento. Se rinden varios batallones milicianos y en la tarde del veintiuno de octubre la IV Brigada Navarra toman Avilés y Gijón. La visión de las ciudades y pueblos asturianos es dantesca después de soportar los terribles bombardeos y los ataques que han llegado desde el mar por los destructores franquistas. Barcos hundidos, casas destruidas, heridos, gente vagando sin rumbo…
https://canales.elcomercio.es/guerra-civil/criticas.html
El veintisiete de octubre, Asturias es tomada por el bando fascista y con ello finaliza la Campaña del Norte. Expertos consideran que ahí se perdió la guerra de España, puesto que el resto de la contienda no tenía demasiado sentido.
A continuación copio el extracto de una carta fechada en Comillas el trece de septiembre de 1937 por el general de la Legión Condor, Hugo Sperlle.
«Mi distinguido General y amigo:
Plenamente convencido de que la situación general de la guerra ha mejorado considerablemente gracias a los grandes éxitos de las tropas que están bajo su mando —éxitos que entrarán en la historia mundial bajo los nombres «BILBAO » y «SANTANDER»— me he decidido sin embargo confesar a Vd., mi distinguido amigo, las preocupaciones que me conmueven cada día más.
La decisión del Generalísimo de terminar la guerra tan pronto como sea posible mediante una operación de gran estilo en el valle del Ebro me ha causado una gran satisfacción y alegría. Que esta operación debe empezar tan pronto como sea posible no me cabe la menor duda. Pero lo decisivo en esta operación no es solamente su rápido comienzo. Mucho más importante me parece la fuerza con la cual se realice el ataque contra el ejército rojo acumulado en el frente de Aragón en espera del combate decisivo.
Sin la totalidad de las tropas del Ejército del Norte que están bajo su Mando tan acostumbradas a la guerra y a la victoria especialmente las Divisiones de Navarra y Castilla, el éxito de la operación en el frente de Aragón será dudoso al menos en sus consecuencias decisivas.
Por eso debo constituir el fin deseable del Ejército del Norte, terminar la guerra en Asturias tan pronto como sea posible, conservando al mismo tiempo la plena fuerza de combate de sus valiosas tropas. Según mi opinión no es tolerable que el peso del combate en Asturias contra un enemigo que se defiende tenaz y hábilmente sea llevado únicamente por las Brigadas de la División Navarra que operan en la costa. La situación militar en Asturias, tan favorable para nosotros, debe ser más aprovechada por nosotros manejando todas las fuerzas con el fin de aniquilar las fuerzas rojas apretadas en un espacio muy limitado. Sería conveniente hacer un ataque general por todos los lados para aniquilar rápidamente al enemigo».
https://www.muyinteresante.com/historia/64027.html
Al caer Asturias, solo en los primeros días fueron fusilados mil prisioneros, se formaron batallones de trabajo esclavo, se llenaron los campos de concentración y la terrible represión con juicios sumarísimos y paseos al amanecer, da comienzo. Tal como antes había ocurrido en Vizcaya, y Santander.
Perder el Frente Norte supuso a la republica ceder a los enemigos el 36% de la producción industrial, el 60% de la producción de carbón y la totalidad del acero. Por lo que la economía y la producción de material de guerra quedó totalmente mermado para la zona leal.
Muchos de los combatientes que huyeron de las zonas conquistadas, volvieron a territorio republicano por Barcelona para seguir luchando y una cuantía numerosa de ellos, tal como se hiciera en Cantabria, subió a los montes para seguir la lucha como guerrilleros antifascistas.
Alguna vez debió de utilizarse durante la Segunda Guerra Mundial, puesto que se produjo un accidente donde perecieron los cuatro tripulantes de la Legión Cóndor que participaban en dicha guerra. La discreción sumió al accidente puesto que al régimen no le interesaban en absoluto implicarse en dicha contienda ya que mantenía una neutralidad que supuso a la dictadura franquista la supervivencia posterior. Los cuatro nazis muertos en el accidente fueron enterrados, primero en Ciriego, luego en Cuacos y posiblemente trasladados con posterioridad a Alemania. Nos cuenta Miguel Marañón que a veces ha servido de guía a visitantes alemanes, que se emocionan al llega al lugar del accidente. Nostalgia que nos parece similar a la producida en Cuacos y documentada por la gente de la zona.
Acabada la contienda en el norte, Pontejos deja de ser útil cayendo lentamente en el olvido, tanto como los sueños concebidos por el visionario Casimiro Tejero, olvidándose su finalidad de aeródromo, quedando solamente el de la Albericia, como utilizable, hasta que se construyó el aeropuerto de Parayas, no lejos del primigenio de Pontejos.
Hoy, los terrenos del lugar están tomados por la maleza que ahoga lo que pudo ser patrimonio innovador y una empresa floreciente. Casimiro Tijero, durante la guerra siguió haciendo negocios con sus otras empresas, alimentando al bando vencedor…
María Toca Cañedo©
Mi reconocimiento a Jesús Rivas, que me asesoró con detalle sobre la figura de Casimiro Tejero. Y a Miguel Marañón que mostró el lugar y refirió con amplitud histórica todo lo referente a las minas y al accidente de los pilotos de la Legión Cóndor.
Gracias María por este magnifico articulo tuyo, uno más, gracias a los cuales podemos adquirir y ampliar conocimientos sobre algunos aspectos olvidados o silenciados de nuestra historia.