Normalmente hago borrador. Normalmente me siento a escribir con cierta ilusión. Normalmente. Hoy no es así. Verán, coordinar un magazine que no recibe subvención, que se mantiene a base de entusiasmo y generosidad, es duro. Porque cansa, no a mí, no me malinterpreten. Cansa a los colaboradores, porque somos todos muy de hacer cosas, de llenarnos la boca con la bronca mitinera, pero a la hora de la verdad cuando no hay parné de por medio el que más o menos, se cansa. Y es normal. Que le vamos a hacer, la sociedad capitalista nos ha agarrado con zarpas y nos ha calado bien. No hay dinero, no escribo, o escribo poco, salvo mi Gella que pese a gripes y descalabros ahí anda, fiel y tenaz. Y ahí me tienen a mí haciendo de mujer orquesta con la cantidad de colaboradores que salieron en el regocijo del inicio.
Al tener poca plantilla, me veo en la obligación de comentarles la moción de censura. Y no la vi. Ese es mi castigo y mi dolor. Tengo que trabajar porque ni ustedes (lectores) pagan, ni #LaPajarera recibe plusvalías. Y trabajo. Para comer, pagar y crear #LaPajarera. No es que me queje; con el sindios de parados que hay, para hacerlo. Es que una pierde ilusión por las cosas obligadas de hacer. Como no me pagan… será eso. Por tanto, me veo en la tesitura de contarles algo de la moción. Que no vi.
No la vi, pero fui cumplidamente informada, es lo que tienen las redes y los amigos; no escriben para #LaPajarera pero se despachan a gusto en las redes. No es una queja, es constatación pura . Como les decía, me cuentan mis amigos, que una mujer hizo acopio de rabia, de recuento de agravios (a ella no tanto, al ciudadano medio) e hizo un discurso desde el punto de vista feminista, que es lo que a mí me mola, supondrán ustedes. Luego salió al estrado el líder, que resolvió sacando trapos sucios al gobierno y al partido del gobierno. Los demás son incógnita, porque no se sabe si estaban o se les espera. Unos dicen que a chincharse, por no apoyar al que quiso ser presidente, aquél tan guapo…que luego ellos echaron con alevosía un 1 de Octubre casi con lanzallamas de Ferraz. Él, ha vuelto, como un Ave Fénix redivivo pero no se sabe mucho más . Estará reponiendo las alas, porque es de sobra conocido que al Ave Fénix se le chamuscaron. Hay otros en el Parlamento, otro partido, pero no sé muy bien ni dónde ni como. Debo tener problema de daltonismo, ya que confundo el naranja (de los nuevos) con el azul charrán de siempre. Cosas mías.
Queda debate, cuando les escribo. Quedan cosas, imagino que a lo largo de la tarde tendré que rehacer el artículo. Y me da pereza hablar de nuevo de política vieja. Soy consciente que ellos tal como yo, han hecho mucho para nada. Porque los señores del gobierno, sus amigos, y los amigos de sus amigos, ni se enteran. Pero ni nos oyen. Están tan convencidos de su razón, del derecho inalienable que les asiste de robar, expoliarnos, dedicarse a putas y a orgías en vez de a gobernar un poco, que ni se enteran de lo que la bancada de la oposición (la que hay, la otra ni está ni se la espera) ni escuchan. Llevan tablets, móviles o directamente se duermen con la conciencia de un querubín cargado de razones para estar tranquilo. Se vio algún libro en los escaños, para escarnio de los próceres. De sobra se sabe que uno comienza con un libro y puede acabar montando una revolución.
Por tanto, tengo pereza. Escribo, me estrujo la cabeza y total…pa na. Porque ni caso que me hacen. Como a los de la oposición, la de verdad, que la otra duerme sobre su ombligo. Eso sí, que no se nos olvide pagar el IVI, IVA, IRPF y votar cuando nos toque. Si es balando, mejor. Ya les dije que estaba desganada y de mal café.
#MariaToca
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