Se escuchan cada años llegados a estas fechas el dolor ante la ¿conmemoración? de la liberación del campo más terrible de la historia, Auschwitz y entonamos todas el «No olvidar» como desagravio al pueblo judío que fue masacrado bajo la perversa organización creada por las mentes psicóticas del Partido Nazi. Sin quitar ni un ápice del valor de tanto dolor sufrido por los judíos , queremos poner voz y datos a otros genocidios que caminaron, algunos, en paralelo , así como remontarnos a la historia de nuestro país proclive a razzias de toda índole, posiblemente con el dudoso honor de ser precursores de la «Solución final» promovida por los nazis.
Con ello negamos que el nazismo surgiera espontáneamente, al contrario, creemos que las raíces del racismo y la xenofobia se hunden en la historia de forma estructural, bien es cierto que los jerarcas nazis la perfeccionaron hasta el paroxismo. Las aberraciones históricas no surgen de forma milagrosa sino que se siembran y se alimentan durante tiempo hasta que germinan conformando monstruos amparados en la indiferencia de un pueblo adormecido por la (mala) costumbre de normalizar el horror.
Con esto, quiero recordar la anécdota que contaba Jorge Semprún, preso en Buchenwald. Refería que desde los ventanucos del barracón donde habitaba divisaba a lo lejos un pueblo habitado. Al ser liberado, lo primero que hizo fue caminar hasta ese pueblo con la esperanza de comprobar por si mismo que no había visión del campo desde las casas habitadas por los decentes ciudadanos. Al entrar en las viviendas deshabitadas por la reciente batalla librada, comprobó con espanto, que la visión de la totalidad del campo era completa. Incluso se dibujaba con claridad las chimeneas por las que debieron de salir en forma de humo miles de seres humanos. Todo el pueblo veía el horror. Todo el pueblo fue testigo del espanto. Y todo el pueblo calló y siguió con su vida como si nada ocurriera tras de las alambradas del campo. Esa «ignorancia» cómplice pervierte al ser humano más que la propia maldad intrínseca de los verdugos.
Al hilo de lo dicho, hemos celebrado hace pocas fechas el aniversario de la liberación de Auschwitz, con el consiguiente recuerdo a las víctimas. El pueblo judío ha monopolizado el dolor, por razón del número de víctimas del Holocausto, pero no fueron sólo judíos los que arrasaron las hordas nazis. Se desconoce la cifra exacta de gitanos que murieron en los campos. Se barajan cifras de 800.000 ya que ni merecían registro por parte de sus verdugos. Fue en los años ochenta cuando se reconoció el genocidio nazi perpetrado al pueblo gitano, hasta entonces se obviaba como si los integrantes de este pueblo no tuvieran historia, ni importancia.
Otro tanto ocurre con los homosexuales, las cifras oscilan de los 250.000 en adelante, tampoco hay contabilidad precisa de su eliminación. Se les quiso exterminar ya que suponían que el homosexual hombre no colaboraba en la difusión de la raza aria, al no procrear. Consideraban que su “perversión” ensuciaba la suprema raza a la que los nazis pertenecían, lo cual no era óbice para disfrutar de fiestas orgiásticas donde el homosexual podría ser objeto deseable.
Retornamos al pueblo gitano. Cuando algún integrante de este pueblo manifiesta admiración por el franquismo, creo que muchos gatitos mueren de pena. Miren y admiren el reglamento de la Guardia Civil que no fue cancelado hasta la puesta en vigor de la Constitución del 78.
.Artículo 4. Se vigilará escrupulosamente a los gitanos, cuidando mucho de reconocer todos los documentos que tengan, confrontar sus señas particulares, observar sus trajes, averiguar su modo de vida y cuanto conduzca a formar una idea exacta de sus movimientos y ocupaciones, indagando el punto al que se dirigen en sus viajes y el objeto de ellos.
- Artículo 5. Como esta clase de gente no tiene por lo general residencia fija, se traslada con mucha frecuencia de un lugar a otro, en los que son desconocidos, conviene tomar en ellos todas las noticias necesarias para impedir que cometan robos de caballería o de otra especie.
- Artículo 6. Está mandado que los gitanos y chalanes lleven, además de su cédula personal, la Patente de Hacienda que les autorice para ejercer la industria de tratante de caballerías. Por cada una de éstas llevarán una guía con la clase, procedencia, edad, hierro y señas, la cual se entregará al comprador (…) Los que no vayan provistos de estos documentos o, los que de su examen o comprobación resulte que no están en regla, serán detenidos por la Guardia Civil y puestos a disposición de la Autoridad competente como infractores de la Ley.
La ley de Bandidaje y terrorismo no era más que una copia de otra ley de la Italia fascista de Mussolini, que Franco decidió importar al estado español (esa Italia de la que tomó ejemplo el ínclito José Antonio Primo de Rivera) El objetivo era castigar a los «enemigos» del Régimen, bien sea por su raza, tendencia política o inclinación sexual.
Si nos remontamos hacía más atrás en la historia, nos encontramos que el pueblo gitano entra en la Península Ibérica hacia el siglo XV, al amparo de lo que entonces podría considerarse libertad de cultos. Con el advenimiento de los Reyes Católicos se impone la idea de uniformizar la Península bajo su poder, con la religión católica como argamasa de la unión y la Inquisición como guardiana de las esencias patrias, el pueblo gitano comienza a padecer persecución y razzias sin medida.
Cito a George Borrow que define el sentir patrio: «quizás no haya un país en el que se hayan hecho más leyes con miras de suprimir y extinguir el nombre, la raza y el modo de vivir de los gitanos como en España». Fue la Pragmática de Medina del Campo firmada por los Reyes Católicos la que los marginó y declaró grupo peligroso. Desde entonces sufrieron persecuciones y deportaciones continuas:
«Mandamos a los egipcianos que andan vagando por nuestros reinos y señoríos con sus mujeres e hijos, que del día que esta ley fuera notificada y pregonada en nuestra corte, y en las villas, lugares y ciudades que son cabeza de partido hasta sesenta días siguientes, cada uno de ellos viva por oficios conocidos, que mejor supieran aprovecharse, estando atada en lugares donde acordasen asentar o tomar vivienda de señores a quien sirvan, y los den lo hubiese menester y no anden más juntos vagando por nuestros reinos como lo facen, o dentro de otros sesenta días primeros siguientes, salgan de nuestros reinos y no vuelvan a ellos en manera alguna, so pena de que si en ellos fueren hallados o tomados sin oficios o sin señores juntos, pasados los dichos días, que den a cada uno cien azotes por la primera vez, y los destierren perpetuamente destos reinos; y por la segunda vez, que les corten las orejas, y estén sesenta días en las cadenas, y los tornen a desterrar, como dicho es, y por la tercera vez, que sean cautivos de los que los tomasen por toda la vida». (Isabel y Fernando, Medina del Campo, 1499, recogido en la Novísima Recopilación, Libro XII, título XVI).
Felipe II instaura el mandato de gitanos a galeras, como si fueran ganado, utilizando la fuerza de los hombres hasta su muerte por extenuación que una vez producida se les tiraba al agua siendo repuesta la víctima por otro y así hasta el infinito. De hecho, se ha mantenido la maldición gitana de enviar a galeras como mal terrorífico. Más tarde llegó el rey Fernando VI y el marqués de la Ensenada con la idea clara de conseguir el total exterminio biológico de la raza gitana en lo que se dio en llamar la Gran Redada, que fue una razzia realizada entre la noche del 30 de Julio de 1749 y la madrugada siguiente. Málaga, Cádiz, Almería fueron las ciudades más afectadas por este genocidio. Miles de personas fueron sacadas de sus hogares, separadas por sexos, asesinados la mayoría o encarcelados bajo tortura de Inquisición en esos días aciagos para el pueblo gitano.https://www.gitanos.org/actualidad/archivo/117161.html.es
Cuando la derecha española celebra con bombo a los Reyes Católicos como base fundamental de nuestra patria común o a la monarquía que coronó a Fernando VI, debemos conocer toda la historia que conlleva. La buena, que estudiamos en el colegio y nos meten a machamartillo y también la oculta, no menos cierta, sobre manera debieran conocerla los que fueron víctimas de la misma. Nadie pidió perdón ni reparó el daño histórico que ha llegado hasta nuestros días (recuerden que la ley de Bandidaje y Terrorismo, se derogó a finales de los setenta) Nadie se disculpó por los psiquiátricos para homosexuales, ni los confinamientos en campos de trabajo donde eran atendidos (en ambos casos) por unos sádicos guardianes que vejaban y torturaban de forma continua a este colectivo. Nadie se disculpó por la persecución perenne al gitano, por la querencia de una integración forzada sin respeto a su idiosincrasia, o por ser utilizados como bufones de señoritos, como palmeros de sus verdugos. Hoy quedan reminiscencias de ambas represiones a poco que raspemos el barniz de ciertos políticos haciéndonos temer lo peor las noticias de recientes pactos entre las derechas y el grupo añorante, tanto de los Reyes Católicos –recuerden el paseo a caballo en pos de una Reconquista andaluza del tipo que me niego a nombrar, mientras es financiado por terroristas iraníes, en la irónica y contumaz falacia de luchar contra los fanáticos musulmanes- como de las glorias franquistas.
No es que asimilemos la derecha con el nazismo, que no, pero hijos y herederos putativos son del franquismo –recordemos quien fundó el PP y de quien fue ministro- La simpatía y afinidad del franquismo con los regímenes nazi y fascista italiano es incuestionable. Si me consideran exagerada recuerden a la División Azul que sigue teniendo reconocimientos oficiales de nuestros gobernantes y homenajes póstumos donde brillan algunos integrantes del PP y de Vox
https://elpais.com/politica/2018/05/16/actualidad/1526467375_859739.html.
La División Azul (por si no recuerdan) fue la avanzadilla que Franco envió para luchar con el ejército alemán contra los aliados. Y recuerden de quien eran los aviones que bombardearon España en nuestra guerra civil…Por poner un ejemplo cercano, la provincia (entonces) de Santander se rindió al ejército fascista italiano…Es decir, Franco, a quien lloraron y lloran algunos integrantes de ambos colectivos fue socio de los genocidas Hitler y Mussolini, siendo apoyado por ellos sin fisura en la Guerra Civil. Se dio la circunstancia de que Serrano Suñer intercedió para matrimoniar a doña Pilar Primo de Rivera (hermana de José Antonio) con Hitler, cosa que por diversos motivos no triunfó pero a punto estuvo. Conocer la historia nos conduce a no errar en apoyos porque de no hacerlo, ya conocen el dicho: estamos condenados a repetirla. Una no puede dejar de preguntarse dónde estarían los integrantes de ambos colectivos en caso de haber triunfado en la guerra los amigos de Franco.
Mucho duele encontrarse integrantes de ambos colectivos (pueblo gitano y lgtbi) amigándose de forma explícita con los partidos que jamás aborrecieron ni abjuraron de su origen como herederos del franquismo siendo este hermano gemelo y cómplice del régimen nazi. Nunca sabremos hasta dónde hubiera llegado la represión de haber triunfado las potencias del Eje, pero visto lo realizado siendo la dictadura española mirada a veces con lupa por las potencias democráticas, pensamos que hubieran superado al maestro… ¿O quizá será mejor decir que España fue maestra de genocidios?
María Toca.
Entrevista a Elisabeth Borja Pisa. Mujer, gitana y feminista
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