“Que se me convenza mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la razón —porque no le creo ni al papa ni a los concilios, ya que está demostrado que a menudo han errado, contradiciéndose a sí mismos— por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido a mi conciencia y ligado a la palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni saludable”.
Martin Lutero
Os he confesado en alguna ocasión la ventaja de trabajar en medio propio que no recibe ni subvención ni presión alguna. Escribo y entrevisto a quien quiero. Claro que el inconveniente es que pago con trabajo ( con dinero también) y tiempo mi libertad. Por eso solo entrevisto a gente que me gusta o intuyo que me va a gustar…Algún día notarán ustedes la crispación porque tendré que vérmelas con alguien que me resulte antipático. Hoy no es el caso, ni mucho menos.
Marcho, una tarde otoñal en pleno Agosto, al hermoso pueblo de Villaverde de Pontones donde me he citado con Julio García Celorio para escucharle y contarles a ustedes.
Julio García Celorio creó y preside una ONG que sorprende nada más conocerla por las actividades que acoge. Como me dice a lo largo de las casi cuatro horas de intensa conversación: “cogemos lo más difícil, lo que nadie quiere…¡cómo somos evangélicos!”
La Asociación Nueva Vida da trabajo a más de 80 personas, entre psicólogos, asistentes sociales, trabajadores varios. Todos profesionales cualificados/as de Cantabria, bien pagados (dice Julio…aunque no todo el mundo esté de acuerdo con él, me insiste, con una sonrisa, que su hijo Julio David considera que no tan bien pagados) que dan asistencia a las diversas plataformas de la ONG, como iremos explicando. Además Julio es pastor evangélico y un hombre de fe. Una fe inquebrantable pero constantemente cuestionada porque puntualiza: “si mi fe no me deja respetar a alguna persona, debo cuestionar mi fe. La fe y las creencias deben tener ante todo respeto a la diversidad, a la complejidad humana. Si no es así, la fe debe ser revisada, no al revés”
Conozco por terceras personas la obra y a la persona de Julio desde hace mucho. He escuchado alabanzas y he constatado la labor que de forma discreta, a veces a contrapelo de la oficialidad, desempeñan. Visto desde fuera parece una obra hercúlea, cuando escuchamos a Julio contar el sencillo desarrollo de su vida y de sus acciones una entiende que quizá sea cierto eso de que hay personas elegidas. Elegidas para hacer un mundo mejor. No tanto, en palabras del mismo Julio, para cambiar el mundo “he desistido de querer cambiar el mundo, María, ahora solo quiero influir un poco en cambiar, en hacer felices a las personas, solo eso” dice. Quizá es solo eso: Julio García Celorio hace un poco mejores a las personas cambiando sus condiciones de vida. Lleva más de cuarenta años en el empeño y a fe que lo consigue.
Vamos a conocer a este hombre y a su obra. Les aseguro que merece la pena.
Julio nace en el corazón mismo de Cantabria, Cabezón de la Sal, donde nació también otra persona que quiso cambiar el mundo, nuestra amada Matilde de la Torre. Hijo de trabajadores del ferrocarril, con siete hermanos, en su casa no sobra nada, nos cuenta. El padre, al que se remite con sentido respeto mi interpelado, muere cuando Julio cuenta siete años. La madre, una recia mujer hija de su tierra, mantiene a los siete hijos de forma digna dejando la vida en ello. Julio desde niño siente la llamada de Dios. Quiere ser sacerdote e ingresa, en el Seminario de Corbán, en Cantabria.
A los quince años, reciben una visita de un grupo de oración cristiana carismática. Es invitado a asistir y se encuentra con una forma nueva de cristianismo. No rezan al uso, oran y hablan con un Dios cercano. Leen y comentan las escrituras de forma comunitaria…Julio al principio (fervoroso católico entonces) le parecen divertidos pero sigue con ellos. Comienza a leer la Biblia y se hace preguntas…
En ese momento es justo cuando el catolicismo hace crisis. Nuestra Santa Madre Iglesia no admite preguntas. Las escrituras son “interpretadas” por los “doctores” de la iglesia y las/os creyentes solo pueden acatar. Nada de cuestionarse ni investigar. Julio sigue curioso y comienza de forma autónoma a asistir a centros evangélicos, a escuchar otras voces. Dura cinco años más en el Seminario hasta que da el salto entendiendo que el catolicismo no le ofrece la oportunidad de ser él mismo, del crecimiento y honestidad personal que desea. Se hace evangelista…con la incomprensión de su familia y la certeza de que, a partir de ese momento, se convierte en minoría. Al final de la conversación, entre risas me confiesa: “ser minoría, estar en el gueto es enriquecedor, María. Soy Julio García, hijo de ferroviarios y he creado una ONG importante, desde la marginalidad, desde el gueto”
Dejemos que hable este hombre singular.
–Hablas mucho de fe. Con la fe se nace o es posible adquirirla. Hay personas que pasan la vida buscándola sin encontrarla, recuerdo esa imponente novela de Unamuno, San Manuel Bueno, mártir, que abundaba en el sufrimiento que supone buscar y no encontrar-
-La fe es un don. Es un chispazo…No creo que se nazca con ella, pero en algún momento de la vida ¡zas! surge. He asistido a verdaderas conversiones inesperadas. Gente problemática, asesinos (el chico de la Katana, como ejemplo más conocido) maltratadores, proxenetas, gente dura que en un momento de su vida, ante una lectura, una oración, algo concreto, reciben la gracia de la fe y cambian de vida de forma total. No puedo decirte qué ocurre ni qué lo produce pero lo he visto. Lo vivo cada día-
– Julio, ¿se puede ser cristiano de verdad siendo capitalista?-
-No, tajantemente no. Y no hay más que leer el Evangelio para comprobarlo. Claro que en honor a algún capitalista que conozco y es amigo podría matizar. En nuestra iglesia hay ricos, claro, gente adinerada que colabora de forma discreta, sin ostentación, que me da por debajo de la mano 500€ para realizar la barbacoa en el Dueso y al que cuando le damos el justificante de su dinero se extraña porque no quiere que se sepa nada. Por cierto en nuestra iglesia todo, todo se cuantifica, porque entendemos que el dinero y las cuentas, como todo lo que realizamos, deben ser pura transparencia. Conozco y tengo aprecio a algún capitalista…sí…pero te confieso que no creo que pueda ser buen cristiano haciendo la salvedad de que no soy nadie para juzgar. Recordemos las palabras de Cristo cuando el rico le pide que le indique el camino: “deja todo lo que tienes, dáselo a los pobres y sígueme” Él rico se quedó triste porque no quiso hacerlo. Me pregunto muchas veces ¿Qué haría Cristo de volver a la tierra con la iglesia? ¿Echaría a latigazos otra vez a los mercaderes del templo? Es más, creo que le volveríamos a crucificar. Los suyos…¿le volverían o le volveríamos a crucificar? Lo pregunto mucho en las pláticas para los fieles de mi iglesia ¿Qué pensaría Jesús de nosotras, de nuestra iglesia? Me preocupa mucho ese pensamiento-
-¿Por qué te acercas a los presos?-
-No te lo vas a creer pero fue casual. Nunca quise ser el pastor de las cárceles y de las putas (así me llaman, en serio) Nunca. En una ocasión dos jovencitas se presentaron en mi iglesia pidiéndome que visitara a su hermano que estaba preso. Las chicas me recitan el Evangelio cuando yo las digo que no sé si… “porque cuando tuve sed me diste de beber, hambre, de comer” Me enfadé un poco pensando que me estaban chantajeando, pero allá que me fui. Sin saber nada, solo consultando el manual del pastor para esos casos. Llegué a la Prisión Provincial de Santander que estaba destartalada, maloliente, inseguro y sin saber que hacer. Me encerraron con el preso que había solicitado verme…¡no te imaginas que pintas tenía! Era traficante, proxeneta…Una joya, vamos. Yo no sabía que decir así que oramos. Nos arrodillamos en un sucio suelo y oramos. Nada más. A la semana siguiente me volvieron a llamar de la cárcel porque volvía a precisar mi presencia y me encontré a un hombre diferente. Se había cortado el pelo, las uñas, estaba aseado…y con él había quince presos más. Así comencé a convertirme en el pastor de los presos-
–Hoy mantenéis en Nueva Vida una sección importante, no solo para su atención y acompañamiento espiritual en la cárcel, sino para la reinserción. Cuéntame como va–
-Además de la asistencia en prisión, acompañamiento, escucha, apoyo incondicional, contamos con un centro en Renedo de Piélagos donde conviven ex convictos para su total reinserción en la sociedad. Es muy importante ese paso, porque tú dejas libre a una persona en la puerta de la cárcel y ¿luego qué pasa? Si la sociedad es dura para la gente sin problemas imagina para un ex convicto. Ocurre lo mismo con los menores acogidos, el mismo día que cumplen dieciocho años les ponen en la calle sin amparo ninguno. Es terrible, porque es gente sola, sin lazos sociales que les amparen, con lo que el riesgo de exclusión o delincuencia se agrava. Desde nuestra perspectiva de gente normalizada, con las necesidades cubiertas protestamos por la delincuencia, los robos, las ocupaciones de casas pero ¿Qué le queda a una persona que no tiene nada ni a nadie? El estado no puede dejar en esa desprotección total a gente al día siguiente de cumplir dieciocho años o a un preso sin bagaje para vivir en sociedad. Intentamos paliar ese problema en la medida de nuestras fuerzas-
–Dices que tenéis pisos de acogida donde conviven gente dispar ¿Hay problemas de convivencia? y me refiero a diferentes religiones, razas…-
-Nunca, jamás. Fíjate que incluimos a personas trans, tanto mujeres como hombres y te aseguro que nunca se ha producido un problema. Hay, cristianos, agnósticos, musulmanes…les proporcionamos hasta la alfombra para que recen, y sabes una cosa, es enriquecedor. La convivencia de los diferentes enriquece a todos. Tengo la seguridad, al contrario de los discursos de odio que escuchamos a veces, que la diferencia agranda las miras, enaltece el conocimiento. La diversidad nos hace mejor personas-
–Imagino que te hará daño la renovación de los discursos de odio que creíamos superados-
–Me lleno de ira, de verdad. No puedo con ello. El cristianismo no es pusilánime…no hay más que recordar los latigazos de Jesús a los mercaderes, la dureza con la que trataba a los hipócritas. Al contrario, solo se rodeaba de parias, de la prostituta, el recaudador, los pobres, marginados. A los hipócritas, a los sacerdotes a los poderosos los fustiga. No puedo soportar el odio que parece renacer. Nos ha ocurrido viendo el crimen homofobo de Samuel, que por cierto era evangelista. Esos gritos de odio mientras le matan a palos…¡y las autoridades dudan de que fuera homofobia! No me fastidies, quien mata al grito de ¡maricón de mierda! es por homofobia. Como las sentencias judiciales que estamos viviendo en los últimos tiempos. Estamos aprisionados por una judicatura de ultraderecha. No puede ser que haya partidos e instituciones canallas que exploten el discurso del odio, porque es falso. No hay nada de lo que dicen. Desde mi pequeño púlpito clamo con rabia y me pregunto ¿por qué no salimos a las calles a combatir esas eléctricas que incrementan los precios de forma abusiva? Eso son los verdaderos malvados sociales. Los extranjeros no delinquen por serlo. Jamás. La mayoría de los delitos son por pobreza, por soledad, por incultura, por falta de valores, pero no por ser de un país o de una religión. Es todo falso y esos políticos son unos canallas por ampliar el mensaje de odio-
-¿Habéis trabajado con menores no acompañados? Los famosos MENAS¿ Han dado problemas?-
-Hemos tenido casa tutelada hasta que no pudimos más porque dejamos de recibir fondos del gobierno y bien que lo sentimos. No solo no tuvimos problemas sino que algunos (bastantes) de los chicos acogidos hoy están en la plantilla de Nueva Vida, porque ¿quién mejor que ellos para entender y ayudar en la integración de los/as inmigrantes? Les hablan su idioma, practican su religión…Entienden bien el camino tortuoso que hay que seguir para hacerse un hueco en nuestra sociedad. Jamás los MENAS produjeron un problema. Jamás…y me enferma escuchar los ataques que se les hacen. Son niños desamparados, sin familia, sin dinero. No tienen nada. Solo miedo y soledad-
– Julio ¿caridad o justicia social?-
-Sin duda, lo segundo. No “damos” nada, es su derecho. Es lo que les corresponde, no “hacemos caridad con los pobres” concepto muy “cristiano” ese de dar limosna que tranquiliza conciencias pero no sirve de nada. No, creemos que es hacer justicia, porque les corresponde lo que nosotros tenemos, es suyo por ser ciudadanos del mundo. No hacemos más que devolver. Hacemos justicia social, claramente-
–Hablemos de vuestra tarea con las mujeres prostituidas ¿Cómo empezáis ese camino?-
-Como empezamos lo de las cárceles…De forma casual. Que me he convertido en pastor de presos y putas en contra de mi intención- largas risas- Mi compañera Elisabeth es enfermera. Al principio llegaban al templo mujeres huyendo del proxeneta, buscando ayuda. Ella las curaba los golpes, las heridas de arma blanca, las amparaba su desesperación y sufrimiento. En mi casa, convivían con mis hijos, hasta que nos dimos cuenta que había que hacer algo al respecto. En ese momento nos llegaron tres millones de pesetas de la época, de iglesias hermanas para comprar un local a fin de hacer el culto. En el oficio dominical propusimos utilizar ese dinero para ellas, y seguir de alquiler. Se aprobó la propuesta con un solo voto en contra. Uno. Comenzamos la labor de lucha contra la trata cuando no se llamaba así, cuando nadie hablaba de ello. Hace más de veinte años. Verás te contaré algo gracioso. Intervine con la jueza para reinsertar a un condenado como hacemos siempre. Yo jamás pregunto ni quiero que me cuenten sus delitos, no me interesa el pasado del preso, me interesa su futuro. Conseguí que le mejorasen la condena…y resultó ser un proxeneta importante. En agradecimiento me dijo que cuando necesitara algo se lo pidiera. Lo que fuera…Le pedí asistir a las chicas en los clubs, hacerles la prueba de VIH y asesorarlas en prevención de enfermedades venéreas. Nos dejó hacerlo y poco después le volví a pedir que hablara con otros dueños de clubs para hacer la misma labor. Muy reticente pero recordándole su promesa, conseguimos entrar en los clubs de alterne. Tenemos media hora más o menos para estar a solas con ellas mientras las hacemos la prueba VIH, las dejamos el teléfono, el nombre. Les damos el lazo al que asirse si son maltratadas, o están forzadas. Muchas, muchas nos llaman, vienen. Llegan destrozadas física y psicológicamente porque ninguna, ¡ninguna mujer quiere ser puta! Jamás es por gusto, las mujeres son prostituidas, no son prostitutas. Las ayudamos primero cuidando sus heridas físicas, luego las psicológicas que son profundas, las acogemos en casas compartidas y hacemos como con los presos. Enseñarlas el idioma, buscarles trabajo…No dejarlas abandonadas para volver a ser sujeto de proxenetas y de prostitución porque si no das alternativas la persona hace lo que sabe, lo que siempre ha hecho, lo que le han convencido que es: puta. Y no. Las intentamos sanar y las devolvemos al mundo y a la dignidad-
-¿Eres partidario de la prohibición de la prostitución?-
-Tajantemente, sin paliativos- se irrita y sube el tono de voz– me indigna que los políticos no den un paso al frente definitivo en este tema. No, la prostitución no puede existir en un mundo igualitario y justo. La trata es terrible, denigra al ser humano hasta el límite de la explotación más aguda. No podemos comerciar con mujeres, no podemos comprar y vender cuerpos. Y no lo digo porque sea pastor y puritano, que para nada. Al contrario, creo que la sexualidad es obra de Dios, una facultad hermosa que nos ha dado para gozar, para disfrutar, pero no tiene que ver nada con la trata, con la prostitución. Y si hay prostitución hay trata, hay vejación de mujeres y de hombres. Claro que soy total y absolutamente prohibicionista-
–Eres consciente de que estamos asistiendo a un descredito del evangelismo en el mundo. Hay fanáticos entre vosotros, ¿Qué opinas del apoyo a la ultraderecha de los evangelistas?-
-Me duele, pero quiero decir que al igual que en todas las religiones hay de todo. Sentimos mucho porque nos confunden, creen que somos iguales y no. Por otro lado, te diré que en el asalto al Pentágono vi a latinos con la estampita de la Virgen de Guadalupe en la mano. No, el integrismo se aprovecha de la ignorancia y utiliza todo para conseguir sus fines. Que volvamos atrás en derechos, en libertad, en democracia. Te diré que la Biblia tal como la entendemos nosotros es un espejo en el que nos miramos y nos vemos el rostro. No es un espejo retrovisor que mira hacia atrás, no, mira nuestro interior y nos devuelve la propia imagen-
-¿Qué diferencias hay entre el evangelismo y la iglesia Católica, además de los rituales?-
-Principalmente que nosotros vamos a la fuente, leemos la Biblia, los Evangelios, sin intermediarios. No aceptamos la pirámide donde unos “sabios” interpretan la palabra y el pueblo obedece. Somos profundamente democráticos, en nuestra iglesia se vota todo. Y cuando digo todo, es todo. Da igual que tardemos más en tomar decisiones, que hagamos algo importante, si la comunidad no lo aprueba, no se hace. Nos negamos a la financiación pública de nuestra fe. Ni un euro cobramos del estado. La religión debe sustentarse por los creyentes. Otra cosa es la función social que realizamos, claro…que en muchos es atendida por nuestros creyentes, y tengo que decir que los pobres son más generosos que los ricos. La religión debe estar totalmente separada del estado. Totalmente. Fue terrible que Franco entrara en la iglesia bajo palio, que la jerarquía católica siga considerando a esta religión única y verdadera. Son aberraciones como la infalibilidad del Papa o el dogma de la Inmaculada Concepción. La fe no es mayoritaria. Se vive de forma personal, intima, se comparte en comunidad pero no forma parte, jamás, de un estado-.
-¿Con quién prefieres estar con los presos y con mujeres prostituidas o con políticos? Imagino que pasas tiempo negociando con ellos…-
-¡Oh! que mala eres. Sin duda, con los presos y las chicas-grandes risas otra vez– Los políticos jamás te responden lo que preguntas, jamás te concretan. Cuando vienen a nuestros centros se hacen la foto y solo salen ellos. Ni las personas acogidas que son las importantes, ni nosotros, los que cuidamos y organizamos. No, son ellos y solo ellos. Es muy difícil tratarlos. Con todos, quizá con algunos más que con otros pero en general, prefiero mil veces estar con presos y con prostituidas. Sin duda-
-¿Has cumplido tus sueños? Soñaste alguna vez llegar a tener una ONG con ochenta personas trabajando y tanta gente detrás–
-Noooo. No soñaba nada. Yo solo quería ser pastor y sentir a Dios. Lo demás ha llegado pero ni lo busqué ni lo he soñado. Solo quería ser un buen pastor de almas-
-¿Crees que se puede cambiar al mundo? A nuestra edad no sientes qué el ser humano en general decepciona?-
-Hace mucho tiempo que dejé de querer cambiar al mundo. Solo quiero ayudar a cambiar a mejor a alguna persona. Con eso me conformo, sabes. Con que unas cuantas personas que han pasado por mi vida y por nuestra organización vivan más tranquilas, más felices, más seguras, con eso me conformo. Y sí, siento que, como dices, a estas alturas de la vida, el ser humano en conjunto decepciona porque hay personas que no quieren salir de esa masa informe de la generalidad. No quieren elevarse, ser más humanos, más solidarios, más justos. Y hay que convivir con ello, pero haciendo lo que hacemos, sin más. Creo en la educación, en la cultura. Estoy profundamente convencido de que la educación es la revolución de las conciencias. En eso creo. Y en Dios, claro-
El rocío ha cubierto los prados, de un hiriente verde, de Villaverde. Mi espalda hace rato que se ha cubierto con una chaqueta que me sacó Elisabeth, solicita y cariñosa. La tarde se nos ha ido en palabras, abriendo puertas al corazón. Siento que me gustaría tener el poder de hacer lo que el judío palestino aquél, que multiplicó los panes y los peces. Yo simplemente multiplicaría Julios…que por otro lado, creo que ese milagro se ha producido porque ha criado una saga de Julios maravillosos, con tres hijos/a que continúan su labor de forma magistral y multitud de amigos/as fieles que han caminado a su paso.
Marcho de su casa, acompañada por sus risas y chascarrillos, sintiéndome mejor persona, con renovada esperanza en el ser humano. No, este mundo no va a caer en el lodazal que quieren algunos mientras siga habiendo personas como Julio García Celorio. El hijo de los ferroviarios, pobre, cristiano y pastor de almas.
María Toca Cañedo©
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